Alivio al bolsillo: el Gobierno elimina aranceles e impuestos a productos electrónicos y se espera una baja de hasta el 30% en los precios

Alivio al bolsillo: el Gobierno elimina aranceles e impuestos a productos electrónicos y se espera una baja de hasta el 30% en los precios

En una medida que impacta directamente en el bolsillo de los consumidores, el Gobierno Nacional anunció la eliminación de aranceles e impuestos a una amplia gama de productos electrónicos, tanto importados como de fabricación nacional. Esta política, que busca dinamizar el consumo y reactivar el mercado tecnológico, podría traducirse en una reducción de precios de hasta un 30%, de acuerdo con estimaciones oficiales y del sector comercial.

La decisión fue comunicada en un contexto de fuerte presión inflacionaria y caída del poder adquisitivo, donde el acceso a la tecnología —que ya no es un lujo sino una necesidad básica— se había vuelto cada vez más restringido. Celulares, notebooks, electrodomésticos, accesorios digitales y otros artículos esenciales para la vida cotidiana y el trabajo remoto figuran entre los beneficiados por esta desgravación.

Desde el punto de vista de los consumidores, la medida representa una bocanada de oxígeno. Los altos precios y la carga impositiva venían funcionando como una barrera de entrada a la tecnología, especialmente para los sectores medios y bajos. Familias que necesitaban renovar una computadora para el estudio de sus hijos, trabajadores freelance que requerían actualizar su equipamiento o emprendedores digitales que no podían afrontar el costo de herramientas básicas, ahora vislumbran un horizonte más accesible.

Además, al eliminar los aranceles de importación, se espera un mayor ingreso de productos con tecnología de punta y mayor variedad en las góndolas, algo que en los últimos años se había vuelto escaso debido a trabas burocráticas y fiscales. Esta competencia internacional también podría empujar a los fabricantes nacionales a mejorar precios y calidad, beneficiando a los usuarios finales.

Especialistas en consumo sostienen que si bien la medida no es una solución estructural al problema de fondo —como lo es la pérdida constante del poder adquisitivo—, puede representar un alivio concreto en el corto plazo. “Una notebook que costaba un millón de pesos podría bajar a 700.000. Ese diferencial puede marcar la diferencia entre estudiar o no, entre emprender o seguir postergando”, comentó Verónica Suárez, economista de consumo digital.

El anuncio fue celebrado también por asociaciones de usuarios, quienes venían reclamando desde hace años una política más justa en el acceso a la tecnología. El nuevo esquema podría además incentivar las compras en canales formales y desalentar el mercado paralelo, donde la falta de garantías y los sobreprecios dominaban la escena.

Por otro lado, desde el Gobierno señalaron que la medida está alineada con una visión más abierta del comercio, donde la baja de impuestos busca estimular la competencia y la productividad, en lugar de sostener mercados protegidos a costa del consumidor. En este sentido, el fin del régimen de Tierra del Fuego —que mantenía aranceles del 17% en muchos artículos— marca un giro sustancial en la política tecnológica argentina.

En definitiva, el impacto más inmediato se medirá en la capacidad del ciudadano común para acceder a bienes indispensables sin endeudarse ni caer en la obsolescencia tecnológica. Una política que, si se sostiene en el tiempo y se complementa con estabilidad macroeconómica, podría significar un paso importante hacia una democratización real del acceso a la tecnología en Argentina.

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