Redacción Perico Noticias // La provincia de Jujuy se encuentra en una encrucijada política y social crítica, marcada por 10 años de un oficialismo liderado por la UCR que, aunque logró estabilidad institucional, no concretó las reformas estructurales necesarias para resolver las desigualdades crónicas, un Estado sobredimensionado frente a una débil actividad privada y una pobreza que afecta a más del 50% de la población. Con un posible adelantamiento electoral que pondría en disputa el control de la Legislatura y los concejos deliberantes, el panorama se torna complejo y multifacético.
1. Escenario del oficialismo (UCR-Cambia Jujuy)
El desgaste tras una década en el poder, sumado a la falta de cumplimiento de promesas clave como la equidad en coparticipación para los municipios del interior, pone a Cambia Jujuy en una posición delicada. El liderazgo de Carlos Sadir, heredero de Gerardo Morales, no ha generado la renovación esperada, y el oficialismo podría enfrentar un revés significativo, especialmente si no logra movilizar al electorado joven y de clase media, sectores profundamente golpeados por la crisis.
Los intendentes radicales Oscar Jayak (Libertador General San Martín) y Julio Bravo (San Pedro) han insinuado intenciones de liderar la provincia, pero sus perfiles cautos y su falta de reclamos contundentes sobre las necesidades del interior podrían limitar su atractivo en un contexto donde la demanda de federalismo es cada vez más fuerte.
2. Peronismo: Fragmentación y debilidad
El PJ jujeño está fracturado en múltiples corrientes sin liderazgo claro, lo que dificulta su reorganización. Dante Velázquez, intendente de La Quiaca, emerge como un posible unificador, gracias a su discurso conciliador y su insistencia en una coparticipación más justa para los municipios del interior. Sin embargo, figuras como Rubén Rivarola hijo han diluido la identidad peronista al alinearse con el oficialismo provincial, erosionando aún más la capacidad del PJ de presentarse como alternativa real.
La falta de líderes con peso político fuera de Velázquez y la ausencia de un plan cohesivo posicionan al peronismo como un actor marginal en el corto plazo, aunque no se descarta que algunos sectores puedan gravitar hacia las corrientes libertarias como vía de supervivencia política.
3. La potencia libertaria: Promesa pero sin estructura
La ola libertaria encabezada por Javier Milei a nivel nacional tiene el potencial de transformar el tablero en Jujuy. Sin embargo, este espacio carece de estructura territorial sólida y depende en gran medida del «efecto arrastre» del liderazgo nacional. Si bien la narrativa disruptiva podría resonar en una provincia cansada de las promesas incumplidas, la falta de líderes locales establecidos es una debilidad evidente.
Ante un adelantamiento electoral, los libertarios deberán apostar al entusiasmo juvenil y al descontento generalizado, pero su éxito dependerá de su capacidad de traducir apoyo mediático en votos concretos.
4. La izquierda: Retención de su histórica banca
La izquierda, representada por Alejandro Vilca en el Congreso, enfrenta el desafío de retener su banca en un contexto de creciente fragmentación del voto opositor. Aunque ha mantenido una posición crítica constante, su centralismo en la capital provincial limita su alcance en el interior, donde las demandas de federalismo y desarrollo económico resuenan con más fuerza. La izquierda necesita un «milagro electoral» que movilice más allá de su base tradicional.
5. Emergencia de liderazgos del interior
El posible adelantamiento electoral abre la puerta para que figuras del interior profundo ganen protagonismo. La falta de federalismo, evidenciada en la ausencia de una ley de coparticipación municipal, ha generado un descontento latente que podría canalizarse en nuevas figuras con discursos más humanitarios y enfocados en la justicia social.
Dante Velázquez, por ejemplo, ha sido una voz solitaria pero firme en su pedido de reparación histórica para las localidades del interior. Esta narrativa podría resonar en un electorado cansado de la centralización en San Salvador de Jujuy y de la perpetuación de desigualdades.
La lucha por un cambio estructural
La política jujeña enfrenta un momento decisivo. Un posible adelantamiento electoral no solo definirá el control de la Legislatura y los concejos deliberantes, sino que también podría marcar el inicio de un cambio más profundo en los liderazgos y prioridades de la provincia.
La fragmentación del PJ, el desgaste del oficialismo y el crecimiento de corrientes libertarias y de izquierda configuran un escenario incierto pero propicio para el surgimiento de nuevas voces desde el interior profundo. Si estas figuras logran articular un mensaje coherente y humanitario, podrían capitalizar el descontento y liderar un cambio histórico hacia un modelo más justo y federal para Jujuy.