Apenas un 16% de los productores realiza agricultura por ambiente

Según un relevamiento realizado por el Área de Investigación y Prospectiva Tecnológica de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

En la campaña 2016/17 apenas un 13% de los empresarios agrícolas argentinos realizaron manejo de agricultura por ambiente, según datos de un relevamiento realizado por el Área de Investigación y Prospectiva Tecnológica de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Las zonas con mayor proporción de adopción de agricultura por ambiente son sudeste bonaerense y Cuenca del Salado con un 22% de empresarios que en la última campaña implementaron esa tecnología de procesos en sus sistemas agrícolas, seguida por el sector norte de la zona núcleo pampeana (20%), sudoeste bonaerense y norte de Santa Fe (17%), NOA (16%), sudeste de Santiago del Estero, San Luis y sur de la zona núcleo pampeana (15%) y oeste bonaerense (14%).

El desarrollo agropecuario argentino se hizo inicialmente dividiendo los campos en cuadrículas que, si bien no existen como tales en la naturaleza, resultaban útiles para administrar la biomasa en base a mediciones de rindes promedio por lote.

Posteriormente, algunos empresarios comenzaron a establecer -de manera artesanal- «macrozonas» (como loma, media loma y bajo) para distribuir los cultivos e insumos en función de la aptitud de cada una de las mismas. El siguiente paso, que fue posible gracias al cruzamiento de datos generados por monitores de rindes agrícolas con imágenes satelitelaes, fue determinar «microzonas» dentro de las «macrozonas» a partir de diferentes variables edáficas, las cuales, con una medición sistemática de napas, permiten realizar una asignación mucho más eficiente de los recursos disponibles.

«Cuando comprendimos que las líneas rectas no servían más para medir la heterogeneidad de suelos, eliminamos los alambrados. ¿Para qué necesitábamos una línea recta que no dividía un ambiente del otro?», indicó un año atrás Santiago del Solar, empresario agropecuario y actual jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria, al ofrecer una conferencia sobre el tema en la sede porteña del Polo Científico Tecnológico. «Cuando uno vuela en avión, en algunas zonas se ven campos divididos en cuadrículas, pero en el futuro eso ya dejará de ser la norma, porque la agricultura se realizará adaptándose a la naturaleza y no a la inversa», aseguró por entonces.

La generación de conocimiento proveniente de la caracterización ambiental requiere determinar un lenguaje común a nivel regional para poder intercambiar, procesar e interpretar grandes volúmenes de datos. El primer paso en ese sentido lo dio la región CREA Oeste con la matriz ambiental Ridzo (2009) que identificó 19 microambientes en base a parámetros fijos (como por ejemplo el contenido de arena) o variables (como la napa).

Los datos que suelen emplearse para delimitar ambientes son mapas de suelos, mapas de rendimiento, mapas de riesgo hídrico, imágenes satelitales históricas, mapas de profundidad de tosca y planialtimetría del campo, entre otros.

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