Aplican tecnología en la floricultura jujeña

 Aplican tecnología en la floricultura jujeña

Pequeños productores de flores de los valles templados de Jujuy (Las Pampitas y El Cadillal) decidieron aplicar nuevas tecnologías para mejorar la calidad y los rendimientos de su producción. Con el apoyo del programa Cambio Rural II avanzaron en la implementación de técnicas de solarización para almácigos, prevención de enfermedades y registro de actividades, entre otras, enfocadas en los principios de las buenas prácticas agrícolas. Así lo hicieron saber a Pregón Campo, el Agente de Proyecto Ing. Pedro Alvarado y la Promotor Asesor Ana Laura Cometto, de la AER INTA Perico.

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Cabe destacar que Cambio Rural II es un programa de acción conjunta entre el Ministerio de Agroindustria y el INTA que tiene por objeto apoyar a grupos de productores a través de la contratación de un profesional (Promotor Asesor) que facilita la gestión integral de sus emprendimientos para la innovación en sus territorios.

La floricultura en la provincia de Jujuy es una actividad de gran importancia desde el punto de vista social, como así también productivo y de mercado. En cuanto a superficie cultivada a campo ocupa el segundo lugar en el país y décimo lugar en superficie cubierta con plásticos.

En las zonas productivas de Las Pampitas y El Cadillal se formaron dos grupos de floricultores que participan del programa de Cambio Rural II. Ellos son: Flor de Ceibo y Flores del Valle.

En este sentido, los profesionales, señalaron que “los proyectos desarrollados para CR II se basaron en las inquietudes y necesidades de los participantes de los dos grupos donde de manera participativa y consensuada se llegó a identificar los problemas  y oportunidades comunes entre los productores de cada grupo. El rol del promotor asesor fue de facilitadora de procesos, gestora, promotora, acompañante de estrategias y facilitadora para armar el Plan de Trabajo Grupal de cada grupo”, destacaron.

Respecto a las actividades, informaron “con la finalidad de generar confianza, mejorar la adopción de tecnología y empoderamiento de nuevas prácticas, se realizaron actividades orientadas a la formación por competencias, basados en el concepto de aprender por descubrimiento y enfocados en los principios Buenas prácticas agrícolas”. Agregaron  “la estrategia fue trabajar con los productores que demostraran estar interesados en probar una tecnología, producto o práctica nueva. Luego de eso, y con el consentimiento del productor, se invitaba al resto a ver los resultados y discutir las ventajas y desventajas”.

SOLARIZACIÓN

El manejo de plagas y enfermedades es la problemática que el productor percibe como más importante. Las enfermedades de raíz pueden ser llevadas a campo desde el almácigo, cuando en los mismos no se realiza ninguna práctica de desinfección de suelo. En este aspecto, aseguraron “la técnica de solarización es una alternativa ambientalmente sustentable (ya que no utiliza químicos), que consiste en aprovechar la energía solar para desinfectar el suelo”.

Para avanzar en esta técnica “se realizó un taller a cargo del Ing. Agr. Freddy Mollinedo del INTA Famaillá para entender los fundamentos básicos de la solarización. Luego con la parte práctica en fincas de tres productores para aplicar lo aprendido en la teoría”.

Para incentivar el interés de los productores en una técnica novedosa y de muy bajo impacto ambiental, el programa “ofreció como beneficio adicional, cubrir el costo del plástico para 1 o 2 canteros por productor que asistiera a la capacitación y que así lo solicitara”.

Para completar la experiencia, “cuatro meses después se realizó una jornada práctica de cierre, que permitiera evaluar participativamente los resultados. Se compararon los almácigos realizados de manera convencional versus almácigos solarizados, donde se pudo observar la diferencia en el stand de plantas y uniformidad”, explicaron.

PARCELAS DEMOSTRATIVAS

Para mostrar las ventajas de las nuevas técnicas se realizaron parcelas demostrativas. Donde “se realizó un ensayo comparativo de remojado de raíz con fungicida al momento del trasplante de crisantemo a partir de plantines producidos en la finca de un productor con el objetivo de implementar prácticas de prevención de enfermedades de raíz en el cultivo a campo”.

Teniendo en cuenta que “los suelos con desequilibrio agroecológico y alta presión de patógenos, que sumado al daño de las raíces propio de la modalidad de trasplante originan una alta infestación desde el inicio”. Se realizó “el mismo ensayo con otro productor, en cultivo de Limonium, a partir de plantines producidos en la quebrada”.

Resultando las experiencias “exitosas ya que los productores pudieron comprobar que esta práctica aumentaba el stand de plantas, consolidando su conocimiento de manera empírica”. Para el caso del crisantemo, “se pudo medir un 8 % más de stand de plantas en las rayas tratadas. El trabajo con parcelas demostrativas permite observar al mismo tiempo ambas situaciones y comparar los resultados, dando sustento empírico a la propuesta de mejora”, finalizaron.

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