Redacción Perico Noticias // En el horizonte del 2027, la política argentina se perfila como un tablero de ajedrez en plena partida decisiva. Javier Milei, consagrado para 2025 como un actor central, dueño de la narrativa global de las nuevas derechas y afianzado con poder propio en ambas cámaras, encontrará en Axel Kicillof un rival capaz de dar vuelta la página. Si Milei ha sido el embajador de una Argentina disruptiva y digital en las redes sociales, Kicillof podría reemergir como el arquitecto de la «reorganización social 2.0» del panperonismo, amalgamando cercanía, territorialidad y progresismo en un nuevo pacto ciudadano.
Las tensiones con el kirchnerismo –específicamente con Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora– han sido un rasgo distintivo de esta etapa del gobernador bonaerense. Sin embargo, Kicillof parece haber encontrado en las «mateadas» su método revolucionario de construcción política: un formato cercano a la sociedad, directo, horizontal, que recuerda más al Frente Amplio uruguayo que a los tradicionales actos peronistas.
La polarización naciente:
2027 presentará dos argentinas enfrentadas, como un espejo de las transformaciones globales. Milei, con su embestida libertaria y su impronta digital, representa la «nueva Argentina», un país del cambio acelerado y sin intermedios. Del otro lado, Kicillof, con su estilo amigable pero técnico, apunta a encarnar la Argentina del «futuro tamizado»: la del diálogo, la reconstrucción territorial y la recomposición de los lazos sociales desde la base.
En ese contexto, Kicillof se perfila como el único candidato potente del arco opositor panperonista, capaz de enfrentar la «madre de todas las batallas». Su fortaleza no reside únicamente en la gestión, sino en su capacidad para captar el aire de época: el llamado a una nueva participación social, ajena a los viejos ritos partidarios. Con el respaldo de CFK como «presidenta del partido» y promotora de la reconstrucción del espacio, Axel emerge no solo como un candidato, sino como el símbolo de la reorganización política y social 2.0 que demanda la Argentina del mañana.
Así, 2027 podría ser el escenario de un nuevo milagro político, uno donde Axel Kicillof logre canalizar el hartazgo, al igual que Milei lo hizo en su momento, pero desde una perspectiva distinta: la de una sociedad más conectada, territorial y consciente.
La batalla está planteada. Dos argentinas se miran de frente. Y en esa polarización, el gobernador bonaerense podría ser quien transforme la página del presente para escribir, en mayúsculas, el futuro.