Bolivia enfrenta una crisis de combustible sin precedentes que amenaza con paralizar su economía. La escasez de diésel y gasolina ha llevado al país a una encrucijada, evidenciando problemas estructurales profundos. Mientras tanto, el Noroeste Argentino (NOA), especialmente provincias como Salta y Jujuy, podría estar ante una oportunidad histórica para posicionarse como proveedor clave de hidrocarburos para el mercado boliviano.
Causas de la crisis boliviana
Desde hace más de un año, Bolivia ha experimentado períodos recurrentes de escasez de combustibles. La situación se agravó recientemente cuando el gobierno admitió que no puede cubrir la demanda debido a la falta de dólares para importar carburantes. Este problema se origina en una combinación de factores:
- Dependencia de importaciones: Bolivia importa el 86% del diésel y el 56% de la gasolina que consume, lo que la hace extremadamente vulnerable a fluctuaciones en el mercado internacional y a la disponibilidad de divisas.
- Política de subsidios insostenible: Desde 2005, los precios de los combustibles están congelados en Bolivia. El Estado vende el litro de gasolina y diésel a aproximadamente 0,53 dólares, mientras que el costo real supera los 1,20 dólares. Esta diferencia ha generado un gasto público insostenible y ha fomentado el contrabando de combustibles hacia países vecinos.
- Caída en la producción local: La falta de inversión en exploración y explotación de hidrocarburos ha llevado a una disminución en la producción nacional, incrementando la dependencia de las importaciones.
Oportunidades para el NOA argentino
La crisis boliviana abre una ventana de oportunidad para las provincias del NOA argentino. Históricamente, Jujuy tuvo explotaciones en Caimancito, y aunque actualmente no produce hidrocarburos, su proximidad geográfica y la infraestructura existente podrían facilitar la logística de exportación. Por otro lado, Salta mantiene una producción activa de hidrocarburos, lo que la posiciona favorablemente para abastecer al mercado boliviano.
Argentina ha experimentado un crecimiento sostenido en la producción y exportación de petróleo y gas. En 2024, la producción de crudo creció un 10%, mientras que la de gas aumentó un 5%. Este boom energético, impulsado por el desarrollo de Vaca Muerta, ha permitido al país proyectar récords en producción y exportación de hidrocarburos.
Factibilidad de la exportación al mercado boliviano
Para que el NOA argentino pueda capitalizar esta oportunidad, es esencial considerar:
- Infraestructura de transporte: La existencia de gasoductos y oleoductos que conecten las zonas productoras en Argentina con Bolivia es crucial. La reciente inauguración del Gasoducto del Norte, que transporta gas desde Vaca Muerta, podría facilitar esta conexión.
- Acuerdos bilaterales: Es necesario establecer convenios entre ambos países que regulen aspectos comerciales, fiscales y logísticos de la exportación de hidrocarburos.
- Capacidad de producción: Las provincias del NOA deben evaluar su capacidad para aumentar la producción y satisfacer la demanda boliviana sin desabastecer el mercado interno.
Conclusión
La crisis de combustible en Bolivia representa una oportunidad para que el NOA argentino se consolide como proveedor estratégico de hidrocarburos en la región. Con inversiones en infraestructura y acuerdos comerciales adecuados, provincias como Salta y Jujuy podrían no solo impulsar sus economías locales, sino también fortalecer la integración energética regional.