La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, asumió un rol clave para fortalecer el bloque libertario. Tras quebrar la UCR, Bullrich se ha dedicado a sumar dirigentes en el Congreso y asegurar apoyo para Milei, con miras a las elecciones de 2025. Las negociaciones estratégicas lograron que cinco legisladores radicales respaldaran el veto a la actualización de jubilaciones. Ahora, Bullrich se enfoca en consolidar su influencia tanto a nivel nacional como en la Provincia, preparando el terreno para futuros actos políticos libertarios.
Ezequiel Spillman // Apenas diez días antes de que cinco diputados de la UCR anunciaran que acompañarían el veto presidencial a la actualización de la fórmula jubilatoria, en el último piso del edificio en la calle Gelly y Obes, donde está el Ministerio de Seguridad, Patricia Bullrich recibió a casi todos ellos. La foto no se difundió pero fue un primer acercamiento claro. Uno de los objetivos: acercar a los radicales que tienen posicionamientos prolibertarios al oficialismo. La historia, luego, es conocida: terminaron los cinco en Casa Rosada con el presidente Javier Milei dando a conocer su apoyo al veto y quebrando así el bloque radical. Algunos de ellos también habían estado, antes de la sesión de la semana pasada, con el ministro de Defensa, Luis Petri, otro correligionario más.
La “Bullrich armadora” coincide con la ministra que se sumó orgánicamente a una flamante mesa política que diagramó el Presidente con su hermana Karina, el asesor presidencial Santiago Caputo, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el titular de Diputados, Martín Menem. Esa mesa surgió luego de cinco derrotas al hilo en el Parlamento y una marcada ausencia de instancias de diálogo y contención adentro y afuera del oficialismo con los aliados.
Entre sus íntimos, la ministra de Seguridad se siente a sus anchas. Está cómoda. Cree que puede colaborar en el armado de mayorías –en este caso puntual, minorías defensivas para que no se cayera el veto a las jubilaciones– en el Congreso y, paralelamente, avanzar sobre territorio bonaerense pensando en las elecciones de 2025. El trabajo político subterráneo no empezó hace dos semanas sino hace varios meses, cuando el diputado y armador bullrichista del PRO, Damián Arabia, empezó a coquetear políticamente con muchos radicales. En particular, con muchos de los que fueron candidatos en 2023 con el apoyo de Bullrich, a pesar de que Mauricio Macri le planteaba que no sumara radicales a sus listas para las PASO ya que los veía del lado de Horacio Rodríguez Larreta. El neuquino Pablo Cervi es un caso.
En otros, simplemente radicales más jóvenes que miran a sus territorios, como el tucumano Mariano Campero o el misionero Mariano Arjol, y se sienten lejos de los posicionamientos anti-Milei de Martín Lousteau o Facundo Manes.
Con todo, en las próximas horas el oficialismo viene trabajando para que esos cinco legisladores sean más. Una de ellas es la santacruceña Roxana Reyes, quien había sido parte del lote de diputados que estuvo con Bullrich antes de sacarse una foto en la Rosada. En total, calculan cerca de la ministra, de cinco podrían pasar a ser entre ocho y diez. En el oficialismo, casi en broma, ya los llaman la UCRL: la “Unión Cívica Radical Libertaria”. Muchos de ellos argumentan que en temas institucionales, como el acceso a la información, están en la vereda de enfrente de LLA; pero que en lo que refiere al rumbo económico, y sobre todo a la cuestión fiscal, están alineados.
En este marco, Campero le avisó del encuentro en Casa Rosada al jefe del bloque radical, el cordobés Rodrigo de Loredo, esa misma mañana, apenas unas horas antes de la foto en Balcarce 50. El presidente de la bancada logró que un par de diputados más no se sumaran a esa foto. Pero no mucho más.
La discusión que se viene en la UCR promete ser álgida: los legisladores de Evolución de Lousteau plantearon expulsar del bloque a los cinco. De Loredo no quiere hacerlo. Pero la pelea mayor es con el senador y presidente del partido, quien ya viene de romper el bloque radical dos años atrás. Solo eligió volver a rearmarlo para poder presidir el partido.
Paralelamente, en la Provincia Bullrich sigue recibiendo dirigentes y hace dos semanas terminaron de confluir, en la Cámara de Diputados bonaerense, los cinco legisladores bullrichistas con La Libertad Avanza en un bloque netamente libertario sin el PRO. Lo conduce Agustín Romo, quien además es uno de los cerebros de la estrategia digital de LLA.
Aunque pocos lo nombran, quizá por vergüenza, en la mesa bonaerense está Gerardo “Jerry” Milman, quien hace ya más de un año y medio que eligió un bajísimo perfil. En rigor, el armador más cercano a la ministra es hoy Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero, quien cuenta con la doble ventaja de ser amigo personal del Presidente y de ser el único intendente del conurbano bonaerense que quedó en pie por el PRO tras la masacre electoral del año pasado.
Valenzuela acerca futuros candidatos en la Provincia, concejales, otros intendentes y dirigentes tanto del PRO como vecinalistas, pasando por libertarios. Bullrich los recibe con una sonrisa a agenda abierta. Pueden ser del Conurbano o del interior. Además mantiene abiertos los diálogos con la UCR de Maximiliano Abad –quien fue electo senador por la lista de Bullrich– y no quiere dejar afuera al PRO, a pesar de que con Jorge Macri la relación sigue en menos diez.
En este marco, junto al armador libertario Sebastián Pareja, empieza a ganar terreno y retomar la vieja idea de hacer un acto en La Plata con el Presidente, Karina Milei y Bullrich. Habían imaginado para después del comienzo de la primavera y ahora hay quienes lo plantean para octubre. Por lo pronto quieren hacer una muestra conjunta de fuerza con un encuentro de todos los legisladores bonaerenses más concejales y hasta consejeros escolares.