El gobierno de Javier Milei consiguió un importante triunfo político al salvar el decreto que permite al ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, reestructurar la deuda externa sin necesidad de pasar por el Congreso. Este avance se logró gracias a una delicada y estratégica negociación que involucró a actores clave de la política argentina, como Horacio Rodríguez Larreta y Elisa «Lilita» Carrió, y que también contó con el apoyo del gobernador catamarqueño, Raúl Jalil.
Un 2025 con vencimientos críticos
Con vencimientos previstos de más de 20.000 millones de dólares para 2025, el decreto es fundamental para que el gobierno de Milei pueda renegociar los compromisos externos sin enfrentar los obstáculos legislativos que complicaron gestiones anteriores. Este movimiento es visto como una herramienta para evitar un default y garantizar una mayor flexibilidad en la búsqueda de soluciones financieras.
El decreto fue objeto de fuertes tensiones políticas, ya que la oposición intentó bloquearlo mediante una sesión especial en la Cámara de Diputados. Sin embargo, la falta de quórum permitió que la medida siga vigente, asegurando a Caputo el margen necesario para operar en los mercados internacionales.
La intervención de Larreta y Carrió
Horacio Rodríguez Larreta jugó un papel crucial al lograr una tregua con su exaliada Elisa Carrió, quien permitió que su bloque, la Coalición Cívica, no se convirtiera en un obstáculo decisivo. De los seis diputados de Carrió, solo dos bajaron al recinto para contribuir al quórum: Maximiliano Ferraro y Mónica Frade. En contraste, los otros cuatro legisladores se ausentaron estratégicamente, facilitando que el oficialismo sorteara el escollo.
Esta maniobra fue negociada sigilosamente y refleja la capacidad de Larreta para influir en sectores opositores en momentos críticos. Según trascendidos, la relación personal entre Larreta y Caputo fue un factor determinante en esta gestión.
El rol de Raúl Jalil y sus diputados
Otro actor relevante fue el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, quien ordenó a sus cuatro diputados no asistir al recinto. Esta decisión fue clave para evitar que la oposición lograra reunir los números necesarios para frenar el decreto. La jugada de Jalil, alineada con la estrategia oficialista, subraya el peso que los gobernadores peronistas aún tienen en el tablero político nacional.
Las implicancias políticas y económicas
La posibilidad de reestructurar la deuda sin pasar por el Congreso otorga al gobierno una ventaja significativa, pero también genera críticas de sectores que ven en este mecanismo una falta de transparencia y control democrático. La oposición advierte que esta medida concentra un poder excesivo en el Ejecutivo y podría tener consecuencias negativas a largo plazo.
Para Caputo, sin embargo, el decreto representa una oportunidad de manejar la pesada carga de la deuda con mayor agilidad. La medida también es vista como un guiño a los mercados internacionales, que esperaban señales claras sobre la capacidad de Argentina para cumplir con sus compromisos.
¿Un éxito o un riesgo?
El decreto marca una victoria política para el gobierno de Milei, pero también deja en evidencia las tensiones internas y externas que enfrenta su administración. Mientras el oficialismo celebra haber sorteado este obstáculo, la oposición promete redoblar esfuerzos para fiscalizar los resultados de esta decisión.
El 2025 será un año crítico para la economía argentina, y la efectividad de Caputo en renegociar la deuda bajo estas condiciones determinará en gran medida la estabilidad financiera del país y el futuro del gobierno de Milei.