Perico y San Salvador pusieron a LLA en la pole position de Jujuy. El voto económico fue épico y pragmático: orden ya. El oficialismo provincial quedó sin tracción. Sólo un frente productivo con resultados podrá disputar 2027. En el Gran Jujuy, gobierna quien haga crecer.
Vinalito mostró el ocaso del clientelismo: una camioneta oficial repartiendo mercadería antes y durante la elección, mientras las urnas castigaban al oficialismo. La sociedad exige empleo y dignidad, no dádivas. En el Jujuy del siglo XXI, Jujuy Crece quedó sin mandato moral ni político.
Monterrico habló: sexta derrota al hilo para Nilson Ortega, ruptura con el PJ y un espacio agotado. El orteguismo se queda sin agenda, sin votos y sin futuro rumbo a 2027. La unidad peronista y nuevas lideranzas pisan el acelerador.
Jujuy entra en la era de dos polos: La Libertad Avanza, favorita por inercia, y un peronismo que debe unificarse y renovarse para competir en 2027. El ocaso radical libera votos; la generación joven polariza. Gana quien convierta bronca en soluciones medibles.
2027 ya empezó: en Jujuy, solo un peronismo unido y productivo puede frenar una ola violeta que hoy es favorita. La generación dólar exige resultados; clientelismo y burocracia ya no alcanzan.
Con apertura normal de mesas —incluida La Quiaca— el país estrena la boleta única de papel y el mundo observa. Se eligen diputados nacionales (y senadores en algunas provincias) en unos comicios llamados a ser bisagra económica y social.
La luz en dólares frenará la sangría de corto plazo, pero acelerará la inflación por costos y hundirá el poder adquisitivo.
PyMEs y comercios enfrentarán subas de 15% anual promedio (hasta 35% en invierno) y menores márgenes; el traslado a precios será inevitable.
El esquema importa riesgo legal (CIADI) y déficit cuasi fiscal si la brecha cambiaria reaparece y las tarifas no acompañan.