Con fuertes críticas a la herencia recibida, Macri trazó sus ejes de gobierno

El presidente Mauricio Macri inauguró ayer el período de sesiones ordinarias en la Asamblea Legislativa, con fuertes críticas a la herencia del kirchnerismo, y expuso como principales ejes de gobierno: bajar de inflación, generar empleo, reducir la pobreza y combatir el narcotráfico.

Región Norte Grande || La dura descripción de la situación que encontró el 10 de diciembre al asumir el poder generó el repudio de un sector del kirchnerismo, lo que obligó a Macri a pedir que «se respete el voto del pueblo» y a la vicepresidenta Gabriela Michetti a pedir que se respete al jefe de Estado.

Ante un recinto colmado de diputados, senadores e invitados especiales, Macri realizó un discurso por espacio de una hora donde pidió que el Congreso sancione los proyectos para cerrar el acuerdo con los fondos buitre y así salir definitivamente del default, y poder acceder al financiamiento externo y a la expansión económica.

En ese sentido, Macri dijo que hay que «poner la responsabilidad por sobre la retórica» para cerrar el acuerdo alcanzado con los holdouts y dijo que por la falta de un consenso con los tenedores de bonos en los últimos años se perdieron 11.000 millones de dólares.

En su mensaje, Macri propuso una extensa agenda legislativa que contempla la rebaja del IVA para productos de la canasta familiar para los sectores de menores recursos, reformas en el consejo de la Magistratura, la designación de los pliegos para jueces de la Corte Suprema, una ley de compras para proveedores del Estado, ley de arrepentido y reforma política electoral.

Macri llegó a las 11.25 al Congreso Nacional y allí, tras ser recibido por la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente provisional del Senado Federico Pinedo, el titular de Diputados Emilio Monzó, y dos comisiones, una exterior y otra de interior, se trasladó al recinto de sesiones.

El jefe de Estado comenzó su discurso con un balance sobre la herencia recibida el 10 de diciembre y en ese marco aseguró que se encontró con un Estado «desordenado y mal gestionado», con «falta de planeamiento, corrupción y desidia» que lo hicieron tener «poca o nula capacidad para atender sus obligaciones».

«En los últimos años el Estado ha mentido sistemáticamente, borrando líneas entre la realidad y fantasía», con lo cual «la credibilidad y la confianza fueron destruidas», dijo.

En ese contexto, Macri indicó que encontró «un Estado plagado de clientelismo y al servicio de la militancia política y de destrucción de la carrera de los trabajadores públicos», y enfatizó que en la Argentina «no creció el empleo en los últimos años tanto por la inflación como por los impuestos y por las malas políticas aplicadas».

Al hablar de las provincias más postergadas del país, Macri recordó «hemos lanzado el Plan Belgrano, un ambicioso proyecto de reivindicación histórica del Norte argentino. Luego de muchas décadas de postergación, desarrollaremos inversiones públicas de infraestructura productiva y social. El objetivo es llevar desarrollo y trabajo a los que viven en las provincias del Norte Grande (NEA-NOA).

«No acostumbramos a vivir así y pensamos que era normal», señaló.

Con aplausos de los diputados de Cambiemos y por tramos gritos reprobatorios de algunos kirchneristas, Macri subrayó los problemas que enfrenta la Argentina y ese sentido puntualizó que en los últimos años «se habló de un modelo de inclusión social, pero tuvimos en estos 10 años una inflación de 700%, un déficit del 7% del PBI» que se financió con emisión monetaria del Banco Central, apuntó.

Y ante el repudio de los kirchneristas, aseguró que «la inflación existe porque el gobierno anterior la promovió porque creía que era una herramienta válida de la política económica».

En la casi media hora que dedicó a exponer la herencia recibida, Macri se comprometió «a publicar los datos área por área para que sepan cómo estaba la Argentina en diciembre del 2015».

Por otra parte, Macri reafirmó que el objetivo del gobierno será «unir a los argentinos, combatir el narcotráfico, la pobreza, disminuir la inflación y mejorar la independencia del Poder Judicial» y resaltó como medidas de su gobierno los cambios en las asignaciones familiares («incorporamos un 1.200.000 familias») y en el impuesto a las ganancias, aunque señaló que «el cambio de las escalas será una tarea del Congreso».

Además, recordó el 40 aniversario del último golpe militar que se cumplirá el 24 de marzo y dijo que se debe aprovechar ese día para «gritar nunca más a la violencia institucional» y pidió terminar «con la lógica de amigos y enemigos».

En el último tramo de su discurso, Macri pidió recuperar la «cultura del trabajo, del esfuerzo que te aleja de la deshonestidad» y llamó a unirse detrás de «una agenda de crecimiento».

«El puente lo construimos juntos o no se construirá jamás», ejemplificó el primer mandatario, y dijo que los cambios se hacen con «pequeños pasos todos los días», para concluir afirmando que ya se empezó a recorrer ese camino.

Al concluir su discurso, Macri se retiró acompañado por Michetti, Monzó y Pinedo, y en medio de los aplausos de los legisladores de Cambiemos, en una de las Asambleas Legislativa más tensas desde el retorno de la democracia el 10 de diciembre de 1983, cuando asumió el líder radical Raúl Alfonsín.

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