El Senado avanza con una ley que desafía el ajuste libertario, mientras Milei amenaza con otro veto. La calle arde y el Congreso se convierte en el nuevo epicentro de la resistencia social.
Este miércoles, el Congreso de la Nación fue escenario de un nuevo capítulo en la creciente tensión entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo. El Senado aprobó un proyecto de ley que busca mejorar las jubilaciones, desafiando directamente las políticas de ajuste del presidente Javier Milei. La iniciativa, impulsada por bloques opositores, propone una recomposición de los haberes jubilatorios, argumentando la necesidad de proteger a los sectores más vulnerables frente a la inflación y los recortes presupuestarios.(clarin.com)
La respuesta del presidente no se hizo esperar. Fiel a su postura de mantener el equilibrio fiscal a toda costa, Milei anunció que vetará cualquier ley que implique un aumento del gasto público sin una fuente de financiamiento clara. «No vamos a permitir que se comprometa la estabilidad económica del país con medidas irresponsables», declaró el mandatario en una conferencia de prensa.
La amenaza de veto presidencial ha intensificado las divisiones políticas y ha movilizado a diversos sectores sociales. Frente al Congreso, miles de personas se congregaron para manifestar su apoyo a la ley y exigir su promulgación. Jubilados, trabajadores de la salud, docentes y estudiantes universitarios se unieron en una protesta masiva, portando pancartas con consignas como «No al ajuste» y «Defendamos nuestras jubilaciones».
La tensión también se trasladó al interior del Congreso, donde los legisladores debatieron acaloradamente sobre el futuro de la ley. Mientras algunos defendieron la necesidad de priorizar el bienestar de los jubilados, otros advirtieron sobre las consecuencias fiscales de aprobar medidas sin respaldo presupuestario.
La situación plantea un escenario incierto para el gobierno de Milei, que enfrenta una creciente oposición tanto en el Congreso como en las calles. La decisión final sobre la ley de jubilaciones y su posible veto presidencial será determinante para el rumbo político y económico del país en los próximos meses.
En medio de este clima de confrontación, la sociedad argentina observa con atención los acontecimientos, consciente de que el desenlace de este conflicto tendrá un impacto directo en sus vidas y en el futuro del sistema previsional.