Consumidores y Pymes en Perico sienten el impacto real de una inflación que no baja

Consumidores y Pymes en Perico sienten el impacto real de una inflación que no baja

¿Los funcionarios están a la altura de una crisis histórica?

Perico no vive una coyuntura: atraviesa una crisis histórica. La inflación que no cede dejó de ser un indicador macro para convertirse en una realidad cotidiana que erosiona salarios, vacía góndolas, enfría el consumo y pone a las pequeñas y medianas empresas al borde del colapso. En este escenario, la pregunta ya no es técnica ni ideológica: ¿están los funcionarios a la altura del momento que atraviesa la ciudad?

La respuesta exige honestidad. En Perico, el termómetro económico se mide en ventas caídas, cuentas impagas, proveedores que acortan plazos y familias que postergan lo básico. Diciembre volvió a presionar precios; enero no promete alivio. Con un presupuesto nacional aprobado que no despeja la incertidumbre, la inflación sigue marcando el pulso y el acceso al crédito continúa cerrado. La previsibilidad, tan invocada, no llegó al mostrador.

Las Pymes locales cargan con costos que suben más rápido que sus ingresos. Energía, logística, insumos y cargas fiscales se combinan con una demanda retraída. El resultado es un círculo vicioso: menos ventas, menos empleo, menos inversión. La economía local —dependiente de actividades primarias con escaso valor agregado— queda expuesta a cada sacudón macro sin amortiguadores propios. Y cuando el consumo cae, Perico siente el golpe antes y más fuerte.

Aquí emerge el rol del Estado municipal. No para negar la realidad ni para refugiarse en excusas externas, sino para gestionar con inteligencia. La austeridad será inexorable en 2026, pero austeridad no es parálisis. Ajustar sin estrategia es profundizar la recesión. Gobernar hoy implica priorizar, reordenar, liberar recursos improductivos y activar palancas de desarrollo: simplificación administrativa, alivio real a quienes producen y emplean, compras públicas con criterio local, ordenamiento del espacio comercial, y un plan serio de valor agregado que conecte producción, logística y mercados.

  JUJUY 2026: AUSTERIDAD O BANQUILLO — la “motosierra penal” convierte el gasto en delito y el federalismo en obediencia

La crisis también desnuda una dimensión moral. La sociedad tolera el ajuste cuando percibe equidad, transparencia y rumbo. No tolera el clientelismo, la improvisación ni la ausencia de rendición de cuentas. La legitimidad se construye con decisiones difíciles explicadas con claridad y ejecutadas con coherencia. En Perico, la política debe dejar de ser caja de favores y pasar a ser herramienta de transformación.

Hay, sin embargo, una oportunidad. Las crisis ordenan prioridades. Perico puede elegir replegarse o reformularse. Integrarse a cadenas regionales, apostar a la economía del conocimiento aplicada a lo productivo, profesionalizar la gestión, atraer inversiones con reglas claras y acompañar a las Pymes con políticas inteligentes, no con discursos.

La inflación no baja. El consumo no reacciona. La incertidumbre persiste. Frente a este cuadro, la pregunta final vuelve a ser inevitable: ¿los funcionarios están a la altura de la crisis histórica que enfrenta Perico? La respuesta no se dará en conferencias ni en consignas, sino en decisiones concretas que devuelvan oxígeno a quienes sostienen la ciudad todos los días: consumidores y Pymes. La historia juzgará rápido. Y el tiempo, esta vez, no sobra.

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *