Redacción Perico Noticias // Mientras el gobierno nacional celebra la estabilidad en variables macroeconómicas, la realidad de los consumidores en las góndolas cuenta una historia muy distinta. En lo que va de diciembre, y en plena temporada de compras por las fiestas, el consumo en supermercados se desplomó aún más que en noviembre, mostrando el impacto directo de las medidas de devaluación y liberación de precios implementadas recientemente.
Caída del consumo: un golpe a las familias
Según datos del sector, las primeras dos semanas de diciembre registraron una caída preocupante en las ventas de alimentos y productos básicos, una señal clara de que el ajuste económico está afectando con fuerza el poder adquisitivo de los argentinos.
El «momento de la verdad» para las familias llega en un contexto de:
- Devaluación del peso del 118%, que encareció productos esenciales.
- Liberación de precios, que disparó los costos de bienes en supermercados y almacenes.
- Salarios que pierden mes a mes frente a la inflación y no logran acompañar el alza de precios.
El ajuste macro no se traduce en alivio micro
Si bien el gobierno de Javier Milei ha logrado contener algunas variables macroeconómicas, como la reducción del riesgo país y un aparente orden fiscal, estas mejoras no impactan en el bolsillo de los argentinos, que día a día ven cómo su capacidad de consumo se deteriora.
Para las familias trabajadoras, el panorama es crítico:
- Los precios en góndola subieron hasta un 40% en diciembre, empujados por la devaluación.
- Productos de primera necesidad como pan, carne y lácteos se alejan cada vez más de la mesa de los argentinos.
- El efecto en las fiestas es notorio: las compras navideñas están en niveles de consumo mínimos en comparación con años anteriores.
¿Ajuste sin red?
Economistas advierten que, sin políticas que amortigüen el impacto del ajuste, la economía de los hogares seguirá en caída. Aunque el gobierno apuesta a la estabilización futura, en lo inmediato el aumento de tarifas, el precio del transporte y la liberación de controles generan una tormenta perfecta para el consumo interno.
Mientras tanto, los supermercados reflejan una situación alarmante:
- La caída del consumo alcanza los dos dígitos en términos reales.
- Los sectores medios y bajos ajustan sus compras al mínimo indispensable.
Conclusión: entre la macro y la micro
La política económica actual muestra que el ajuste macro tiene consecuencias microeconómicas directas: menos consumo, menor calidad de vida y una economía estancada en la base social. Aunque el gobierno celebra sus logros financieros, el desafío pendiente es claro: generar alivio en el bolsillo de los argentinos para que el crecimiento sea sostenible e inclusivo.
De no corregir el rumbo, el costo social del ajuste puede convertirse en una carga imposible de soportar para millones de familias.