Cuando el tabaco resiste, Jujuy respira: los productores se plantan con coraje ante la tormenta

En una tarde cargada de realismo y determinación, la Estación Experimental “La Posta” en Perico fue el escenario de una de esas jornadas que definen el espíritu de un pueblo. La Cámara del Tabaco de Jujuy convocó a una reunión informativa que fue mucho más que un parte técnico: fue un acto de fe en la producción, en la tierra y en el futuro. Con una masiva concurrencia de productores de toda la región, se volvió a confirmar que el tabaco en Jujuy no solo es cultivo: es identidad, es historia viva, es una causa común.

El presidente de la Cámara, Dr. Pedro Pascuttini, condujo la jornada con claridad y firmeza. Junto a la comisión directiva y el equipo técnico, ofreció un análisis descarnado pero profundamente honesto de la última campaña: los aciertos, las deudas pendientes, las amenazas latentes. La cita tuvo dos motores: el compromiso institucional de rendir cuentas, y la necesidad vital de disipar malos entendidos ante una coyuntura que golpea sin piedad.

Porque nadie desconoce la angustia que atraviesan muchos productores. En tiempos de inflación desbocada, insumos dolarizados, mercados inestables y políticas que no entienden el esfuerzo del campo, dudar es humano. Pero rendirse no está en el ADN del tabacalero jujeño. La reunión sirvió para ponerle palabras a ese nudo en la garganta, para afirmar con datos que las dificultades no son internas, sino fruto de variables externas, muchas veces inmanejables, pero no invencibles.

El análisis sobre el Fondo Especial del Tabaco (FET), la problemática energética, la mano de obra rural y las expectativas de mercado dejaron en claro que el sector está en permanente estado de alerta. Pero también demostró que la Cámara del Tabaco no abandona el timón, y que el capitán que la conduce cuenta con el respaldo incondicional de los que hacen la patria todos los días desde el surco.

Se trata de una economía regional que ha curtido su piel a lo largo de décadas de tormentas. De un colectivo de hombres y mujeres que no piden privilegios, solo reglas justas. Que producen uno de los mejores tabacos del mundo en calidad y rendimiento, y lo hacen con orgullo, sin atajos ni especulación. A ellos, a esa comunidad que sigue creyendo en la fuerza de la unidad gremial, se les habló hoy con el corazón en la mano.

La institucionalidad está firme. El gremio, lejos de desdibujarse, reafirma su papel de escudo y de puente. Lo que se sembró no fue solo tabaco, fue confianza. Y cuando la confianza echa raíces, florece la esperanza. La campaña que se avecina no será fácil, pero nadie llega hasta acá para doblarse al primer viento. Jujuy necesita ejemplos, y los productores tabacaleros volvieron a dar el suyo.

La Cámara del Tabaco de Jujuy no es solo una organización: es una lección de coherencia, compromiso y visión a largo plazo.