Del Adolfo a Cristina: Los K prefieren al peor de todos

 Del Adolfo a Cristina: Los K prefieren al peor de todos
por EL APUNTADOR
PARANÁ (Especial para Urgente24). Quienes recorren por estos días el territorio de la Provincia de Entre Ríos no entienden cómo es posible que desde muchos sectores del kirchnerismo se pretenda que quien gobierna esta tierra arrasada pueda transformarse en precandidato a Presidente del FpV. Solo un fanatismo exacerbado, o intereses que nada tienen que ver con la ética y la moral pueden sostener lo que para los que ahora se llaman kirchneristas en Entre Ríos es el “sueño entrerriano”El sueño de unos pocos. Muy pocos.
Sergio Urribarri se ha transformado en el “Rey del relato K”, porque nadie como él ha llevado tan lejos ese recitado con tanto éxito. Tanto que hasta los kirchneristas más puros, aquellos que están en las antípodas ideológicas del pensamiento de Urribarri, se lo han creído. La devoción que manifiestan muchos de los integrantes del colectivo K hacía el simpático entrerriano, no hace más que poner en evidencia esa virtud que él tiene para fabular y hacerles creer que la provincia que gobierna es un edén donde todos viven agradecidos por su gestión.
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Muchos de ellos seguramente no conocen (y otros quizás prefieren no recordarla), aquella historia de mediados del año 2003; en los principios de lo que para el kirchnerismo fue la década ganada.
Una historia imperdible
Por aquél entonces gobernaba la provincia el radical Sergio Montiel y en las presidenciales de marzo de ese año el radicalismo entrerriano no escapó al desastre que había ocurrido en el resto del país luego del gobierno de Fernando De la Rúa. Por eso, cientos de radicales de esta provincia se cobijaron tras la figura del economista Ricardo López Murphy y su partido Recrear.
Entre ellos el actual fiscal de Estado de Entre Ríos, el ahora Nac & Pop, Julio Rodríguez Signes; y por entonces presidente de la Cámara de Diputados por la UCR. Urribarri era diputado provincial PJ por Concordia, y ya por entonces habían desarrollado una profunda amistad basada en negocios relacionados con la compra-venta de jugadores de fútbol.
Cuando Montiel le puso fecha a las elecciones provinciales, Néstor Kirchner ya era el nuevo Presidente de los argentinos, y algunos, para esas elecciones provinciales, creyeron que la ola del “que se vayan todos” los ayudaría si se mostraban como algo “nuevo” para enfrentar al poderoso Jorge Busti, quien no había apoyado a Kirchner y muchos pensaban que la gente no volvería a darle su apoyo. Intuían que podrían derrotar al veterano pejotista.
Por eso Recrear tomó más fuerza de la mano de muchos más radicales y peronistas que no confiaban en el gobierno de Néstor Kirchner. Rodríguez Signes no lo dudó un instante, y luego de un encuentro con López Murphy en Buenos Aires, volvió a Paraná con la novedad de que sería candidato a gobernador por Recrear. Los diarios de la época lo reflejaron con grandes titulares.
Pero lo que nunca contaron es que si Rodríguez Signes hubiese logrado su objetivo, su ministro de Gobierno iba a ser el actual abanderado del “progresismo” en Entre Ríos: Sergio Urribarri.
En un vuelco increíble, Urribarri terminó luego siendo parte del gobierno de Busti. Por eso, a muchos no les llamó la atención que años después lo haya traicionado.
Pero lo que nunca nadie pudo imaginarse es que también se las haya ingeniado para embaucar a todo el kirchnerismo, al punto tal de que estén dispuestos a proclamarlo como el mejor exponente para la continuidad del “modelo”.
Una provincia quebrada
Que Urribarri se las haya ingeniado para engañar con su relato hasta a los propios kirchneristas es una cosa, pero que además se piense que también engañó al resto de los peronistas que integran el colectivo K, es una equivocación. Muchos de esos peronistas entrerrianos, supuestamente K, hacen como que si se creen el relato, pero solo por una cuestión de conveniencia; de supervivencia. Ellos son la usina en las que uno puede ahora nutrirse de mucha información.
Entre Ríos, la provincia que gobierna el presidenciable K Sergio Urribarri, el candidato que suma el mayor apoyo de los sectores netamente kirchneristas, es un Estado al borde del quebranto que sólo se mantiene gracias al esfuerzo de los sectores productivos que generan los recursos que el gobierno de Urribarri se encarga de malgastar para mantener la estructura de su gigante aparato administrativo y de dádivas; y por la generación de una deuda que hipotecará el futuro de varias generaciones de entrerrianos.
El gobierno de Urribarri, iniciado en el año 2007, multiplicó por 5 la deuda total de la provincia, haciendo que la misma llegue hoy, entre deuda consolidada y flotante a cerca de $12.000 millones. Urribarri todos los meses genera además más deuda mediante la emisión de las llamadas letras de tesorería, que se colocan en el mercado bursátil abonando tasas usurarias, para poder pagar los sueldos de los empleados de la administración pública.
El gobierno de Urribarri ha llevado también al quebranto de la Caja de Jubilaciones de la provincia, que genera un déficit de casi 60 millones de pesos mensuales. El quebranto total de la entidad previsional está por encima de los $1.000 millones, entre otras cosas debido a que la compensación que debía hacer la Nación nunca se hace, y que el gobierno de Urribarri nunca reclamó al poder central por miedo a perder los pocos beneficios que le dispensan gracias a su obediencia. Sin importarle que esa actitud de sometimiento sea una humillación para todos sus comprovincianos.
El gobierno de Urribarri ha destrozado el sistema educativo de Entre Ríos, condenando a los maestros a tener que conformarse con sueldos miserables, a tener que dictar clases en condiciones que en muchísimos casos son humillantes, mientras que el alumnado sufre las consecuencias de todo ello. Los comedores escolares de la provincia son otro ejemplo de la desidia y de lo inhumano del gobierno de Sergio Urribarri ya que lo que se destina para su funcionamiento es nefasto.
El gobierno de Urribarri ha hecho trizas el sistema de salud de Entre Ríos, no solo por las mentiras que en esa materia ha realizado al decir que se iban a construir nuevos hospitales y que se los iba a equipar con tecnología de avanzada, sino por todo el daño que las medidas de su gobierno han ocasionado a los trabajadores de la salud en general al dejarlos sin ningún tipo de insumos y equipamiento como para poder atender convenientemente a los miles de entrerrianos que día a día concurren a los hospitales de la provincia.
El gobierno de Urribarri, a pesar de todas las promesas realizadas, no ha podido hacer ni 1 kilómetro de ruta nueva; solo ha realizado parches y arreglos que duran unos meses y vuelven a surgir. Durante la gestión Urribarri rutas provinciales que eran de ripio, hoy son de tierra, ya que ni siquiera se han podido mantener, a pesar que el ripio es un material natural de esta provincia. Eso sí, los presupuestos que se destinan a la compra de ese material siempre son como para enripiar diez veces en el año todos los caminos de la provincia. Pero cada vez hay más caminos de tierra.
El gobierno de Urribarri ha descuartizado a la justicia entrerriana, provocando situaciones gravísimas que son permanentemente denunciadas por abogados del fuero local. Desde aprietes por medio de fiscales complacientes, hasta escuchas telefónicas, forman parte de esas denuncias casi diarias. Todo eso tiene un claro objetivo: Proteger a la inmensa red de corrupción instalada durante la gestión Urribarri.
Por todo ello, si los sectores más “ultras” del kirchnerismo buscan un candidato que represente cabalmente al “modelo”, ese es Sergio Urribarri. Él es sin duda alguna el mejor exponente de todo el desastre que ha representado el kirchnerismo para los argentinos. La provincia que él gobierna es la prueba más evidente de ello. Salvo que prefieran creerle al “ladriprogre” de Sergio Urribarri. El mismo que en 2003 no hubiese tenido ningún empacho de colgarse del saco de alguien que para el kirchnerismo es la representación máxima de lo contrario a lo nacional y popular. El mismo que, también en 2003, acompañó fervientemente la candidatura presidencial de Adolfo Rodríguez Saá, en contra de Néstor Kirchner.
Urribarri no tiene ningún pergamino, ni gestión, ni merecimiento que lo hagan merecedor de ser ni siquiera“pre” candidato a la Presidencia de la Nación. Sólo tiene “relato” y para el kirchnerismo con eso parecería que es más que suficiente y por eso lo preferirían. Por ser el peor de todos.     
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