Tras semanas desafiando la orden del juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes, el magnate y admirado por Milei, Elon Musk, finalmente acató la decisión de la justicia brasileña que investiga las milicias digitales.
Elon Musk se rindió sin atenuantes. Luego de postear durante semanas barbaridades sobre la justicia brasileña, finalmente el bolsillo apretó a Musk: la operación de X en Brasil era sencillamente demasiado grande para aceptar el cierre que le impuso el juez Alexandre de Moraes hasta que no se someta a los requerimientos del máximo tribunal de Brasil.
La rendición del ídolo de Milei ante la soberanía de un Estado es una durísima derrota para el relato de los libertarios, que además golpea en el corazón de las milicias digitales del Presidente: su jefe de estrategia digital Fernando Cerimedo es blanco de la investigación brasileña.
Este martes el dueño de Tesla aceptó pagar más de 3 millones de dólares de multa y ponerse a derecho: nombró un abogado que lo representará en el juicio que investiga las milicias digitales de Bolsonaro -de las que formó parte Cerimedo- que agitaron el intento de golpe de Estado contra Lula.
Este martes el dueño de Tesla aceptó pagar más de 3 millones de dólares de multa y ponerse a derecho: nombró un abogado que lo representará en el juicio que investiga las milicias digitales de Bolsonaro -de las que formó parte Cerimedo- que agitaron el intento de golpe de Estado contra Lula.
Se trata de una decisión de alcance global que lideró el Brasil de Lula: demostrar que ninguna corporación, por más grande que sea, se puede imponer a las decisiones de un Estado en el que opera. Australia y Europa siguieron muy de cerca el juicio y es probable que ahora avancen en regulaciones similares sobre la red de Musk.
La decisión del dueño de Tesla significa que deberá brindar información de las cuentas que formaron parte de la campaña de desprestigio contra el sistema electoral brasileño y el intento de golpe de Estado, que incluyó el asalto al Palacio del Planalto y el Congreso brasileño en una muy visible copia de la insurrección que agitó Trump en Estados Unidos cuando perdió las elecciones ante el demócrata Joe Biden.
Esta decisión de Musk golpea especialmente a Cerimedo, dueño de la Derecha Diario, un medio que ahora es parte de las fuerzas de choque digitales de Milei, contra el periodismo independiente.
En agosto, De Moraes ordenó el bloqueo de cuentas de figuras de los movimientos ultraconservadores que formaron parte de este operativo y exigió datos de inscripción de los usuarios. Fuentes judiciales brasileñas confirmaron que se trata del nombre, mail, dirección de IP y número de celular, datos que la gente acostumbra a usar para crear las cuentas.
Se trata de una decisión de alcance global que lideró el Brasil de Lula: Demostrar que ninguna corporación, por más grande que sea, se puede imponer a las decisiones de un Estado en el que operan.
Si bien no se trata directamente de la causa por intento de golpe de enero de 2023, está vinculado al rol de las redes de los partidarios de Bolsonaro en esa operación en la que Cerimedo está acusado de ser parte del aparato digital que preparó la línea argumental del intento de golpe a Lula, que como en el caso de Trump agitó el fantasma de un fraude electoral que luego se confirmó inexistente.
Como reveló en exclusiva LPO, el estratega digital del presidente Milei es uno de los blancos de la Policía Federal brasileña en esa causa que tiene contra las cuerdas al ex presidente Bolsonaro.
La revelación sobre el rol de Cerimedo forma parte de la publicación del documento de la Corte Suprema de Brasil que autorizó medidas contra Bolsonaro y altos mandos de su gobierno por intento de golpe de Estado. Esa investigación de la Policía Federal brasileña se basa en la confesión del secretario privado de Bolsonaro, el teniente Mauro Cid.
Lo cierto es que en una presentación judicial el viernes por la noche, los abogados de la empresa dijeron que X había cumplido las órdenes del Supremo Tribunal Federal de Brasil con la esperanza de que la corte levantara la suspensión, pero eso no pasó porque la justicia debe corroborarlo.
Según publicó el New York Times, el acatamiento fue una acción inesperada de Musk luego de haberse negado a obedecer lo que calificó de órdenes ilegales para censurar voces en su red social. Musk había despedido a empleados locales y se había negado a pagar las multas.
Pero más allá de su retórica inflamada, el billonario ya tuvo que ceder en otros países, como India y Turquía (a quien se dedica a elogiar frecuentemente aunque no sean de las democracias liberales que suele defender) donde su red social acató las órdenes de censurar determinadas publicaciones. Pero en Brasil y Australia venía resistiendo las órdenes de esos Estados y acusaba a los funcionarios locales de censura.
Ahora, la Corte Suprema de Brasil le impuso un plazo de cinco días a Musk para cumplir con todas los requerimientos pendientes, antes de habilitar un regreso de la red X. Se trata de una decisión que es vital para el billonario que todavía no logra recuperar los más de 50 mil millones de dólares que se gastó que la compra hostil de ex Twitter y que ahora se ve amenazada por la migración de usuarios hacia redes como Blue Sky o Threads, en medio de un desprestigio creciente de X porque ha sido tomada por trolls y haters.
Fuentes cercanas al caso aportaron un nuevo dato que explica la rendición y es la presión de los socios de Musk (que tiene la mayorías de las acciones) en salir de la cruzada ideológica para dejar de perder dinero.