Disipan el misterio de dinero incautado en rutas del NEA-NOA

 Disipan el misterio de dinero incautado en rutas del NEA-NOA

El misterio alrededor del irregular movimiento de dinero en las rutas del Norte Grande (NEA-NOA) durante el aislamiento obligatorio comienza a disiparse. Las fuerzas federales incautaron decenas de bultos ocultos con pesos, dólares y hasta dos lingotes de oro, cuyo valor total supera los $ 90.000.000.

Control

Durante una recorrida en puestos de control vial instalados en Salta, fuentes oficiales confirmaron que la principal hipótesis sobre el origen de esos billetes apunta a las actividades narco, que ven condicionada la circulación habitual de sus ganancias por las actuales restricciones para el tránsito de personas y el cese parcial de atención en bancos y casas de cambio, según publicó La Nación.

Los investigadores siguen la pista del narcotráfico y el contrabando. El dinero secuestrado representa importantes capitales provenientes de negocios ilegales arraigados en las zonas de fronteras. Ayer una patrulla de la Gendarmería interceptó un camión en el kilómetro 1752 de la ruta nacional N° 9, en las cercanías de la ciudad jujeña de Purmamarca. En dos bolsas de arpillera estaban escondidos más de $ 7.000.000. Ese decomiso forma parte de los $ 90.000.000 incautados en controles viales.

«El dinero y las drogas circulan de Norte a Sur y de Este a Oeste. A veces pasamos cinco días buscando información, por ejemplo con un helicóptero, y luego nos desplegamos en el monte», explicó uno de los primeros investigadores que comenzó a cruzar información de bases de datos y redes sociales para desarrollar procedimientos cuando descubrió un cargamento de dinero.

Una de las señales de este nuevo fenómeno de circulación de billetes, confirman los investigadores, es la utilización de nuevas empresas fantasmas registradas como proveedoras de servicios esenciales. Los montos de las incautaciones en los operativos, tanto de mercadería, drogas y paquetes de dinero son millonarios y cada vez más frecuentes.

Explicó uno de los investigadores que la ruta nacional 34 actualmente es escenario de importantes operativos porque las restricciones del ASPO exponen el sistema de blanqueo de los narcos que trafican droga en la frontera, y reingresan su dinero al sistema legal rápidamente con insumos básicos o contrabando de granos o verduras, a través de falsas empresas que utilizan como pantallas. Aquí también se incautan municiones, cocaína y marihuana.

Patrullas en el monte

El personal de un operativo que presenció LA NACIÓN fue dirigido por un oficial cordobés instruido en drones, un sargento cazador del litoral, una destacada suboficial operativa, todos a cargo de un especialista en drogas y conocedor del campo, que solía ser agricultor en Misiones. Los seguían a su vez un buen número de cabos y gendarmes que no hablaban demasiado. Trabajaban en silencio, sabiendo perfectamente que frente a ellos tenían contrabandistas y criminales con mucho dinero en juego.

Un pizarrón con cifras en un puesto de guardia en medio del monte confirmaba que el jefe de una sección de Gendarmería desplegada en la zona de frontera -cuyo nombre permanecerá bajo reserva por seguridad- incautó junto con sus pelotones durante la pandemia, $ 20.000.000 y cerca de US$ 15.000. Esos operativos se realizaron en las rutas nacionales 34 y 81, en las que circula el contrabando de mercadería, drogas y dinero negro entre verduras, cereales, encomiendas, o cualquier tipo de insumos básicos.

Durante una recorrida por las zonas de frontera, el oficial a cargo de una sección desplegada en los alrededores de la ruta nacional 34, intentaba mantener el buen ánimo de su tropa en plena pandemia, en una zona de alto riesgo por coronavirus. Llevaba una mochila con bastante carga. Comentó que solo duerme tres horas durante la siesta y que luego continúa operando en el Chaco salteño. Con el objetivo de ir monte adentro, aseguró, es necesario desarmar las motos para que parezcan viejas y disfrazarse como campesinos en estos montes aledaños a la frontera con Bolivia.

«Aquí, la regla más importante es el silencio», explicó el oficial. Se trata de procedimientos en busca de bultos ocultos con dinero o drogas. Al advertir que las patrullas de las fuerzas federales siguen a estos camiones, los encargados de controlar la ruta del dinero encaran hacia la ruta con camionetas a toda velocidad, para advertir a los conductores que llevan la carga sobre la presencia de los agentes.

En un segundo operativo realizado sobre los límites internacionales, en sitios cercanos a la frontera con Paraguay y Bolivia, otro alto oficial entrenado en investigaciones señaló las sendas clandestinas que suele vigilar, y explicó que alguien espera a los camiones sobre la ruta 54 en una tranquera que no tiene señalización y que abre camino a una huella para llegar a los países limítrofes.

El camino que señalaba ese oficial configuraba una ruta ilegal nueva que aún está bajo investigación por la que, explicó, ya han visto cómo se desvían varias cargas de contrabando. Allí, tras una nube de polvo de tierra observó desde la ruta cómo desaparecían rápidamente un grupo de cuatro vehículos de gran porte. Tras divisarlos, los agentes montaron allí un retén de forma inmediata. Y desplegaron una patrulla con escopetas y pistolas.

Mientras llegaba la noche, una oficial joven, un sargento y dos cabos salieron con velocidad para interceptar una camioneta que ladeaba los camiones y que, presumían, llevaba dinero. El conductor de una moto de los contrabandistas iba y volvía por la ruta enfrentando desafiante el retén de Gendarmería. Luego pasó un auto, dos veces, también intentando intimidar a los gendarmes. Para estos gendarmes fue solo otra tarde más en medio del monte.

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