En el mismo día en que Perico celebra su 58º aniversario como ciudad, Eco Reciclados Mer Plas alcanza sus 21 años de vida empresarial. Y no se trata de una coincidencia menor: esta empresa de origen familiar, nacida el 19 de abril de 2004 como una pequeña fábrica de bolsas de polietileno, ha sabido crecer al compás de una comunidad que busca, como ella, reinventarse desde el trabajo, la innovación y el compromiso ambiental.

Conducida con pasión, firmeza y visión por Sandra Aparicio, Eco Reciclados Mer Plas no es solo una empresa: es un símbolo del nuevo paradigma económico que el mundo exige. Uno donde producir no significa depredar, y donde crecer no implica destruir. Con una impronta de triple impacto —económico, social y ambiental—, esta firma instalada en el Parque Industrial de Perico es hoy faro del NOA en materia de reciclado, sostenibilidad y economía circular.
Sandra Aparicio representa con fuerza a esa nueva generación de mujeres empresarias que no heredaron el poder, sino que lo construyeron, día tras día, entre desafíos, barro, plástico reciclado y decisiones que marcaron el destino de su comunidad. Con sensibilidad ambiental y espíritu industrial, Sandra transformó una fábrica familiar en un proyecto con horizonte global.

Desde la reutilización de materiales, el tratamiento de residuos industriales y el desarrollo de productos reciclados con valor agregado, Eco Reciclados Mer Plas se ha convertido en un engranaje esencial en la economía verde regional, con impacto en la cadena productiva, en la generación de empleo digno y en la promoción de una conciencia ecológica activa.
No es casual que este aniversario coincida con la celebración de Perico como ciudad. Eco Reciclados Mer Plas encarna el tipo de empresa que Perico necesita y merece para pensar un futuro más justo, sustentable y próspero. Una empresa con raíces locales y visión planetaria, que demuestra que es posible producir cuidando el entorno, que es viable crecer sin dejar huellas de daño, que el desarrollo no está reñido con el planeta, sino con la negligencia.

“Gracias a Dios, al esfuerzo y al compromiso de todos los que nos acompañaron, seguimos avanzando”, dice Sandra con humildad, pero con la firmeza de quien sabe que está abriendo camino donde antes no lo había. Clientes, proveedores, colaboradores, vecinos y amigos son parte de esta historia de lucha y superación que hoy cumple su mayoría de edad.
En tiempos de crisis ambiental global, donde la economía y el clima parecen chocar a cada paso, Mer Plas demuestra que otro modelo es posible y está ocurriendo en Perico. Y detrás de ese modelo hay una mujer, un equipo, una comunidad que decidió que cuidar el medioambiente no es una opción, sino una forma de existir y de producir.