El antimileísmo ya es mayoría: el peronismo huele sangre en Buenos Aires y se une por supervivencia

El antimileísmo ya es mayoría: el peronismo huele sangre en Buenos Aires y se une por supervivencia


Hace exactamente un mes lo dijimos: el antimileísmo no solo crecía como estado de ánimo social, sino que se perfilaba como la nueva mayoría silenciosa, agazapada tras el colapso económico, la demolición del salario y el vacío de representación. Hoy, una encuesta de Zuban Córdoba lo confirma: más del 55% de los argentinos rechaza el rumbo del gobierno libertario, superando —por primera vez desde su llegada a la Rosada— al núcleo duro que lo sostenía. La pregunta que sobrevuela como advertencia histórica es: ¿llegará Milei a octubre con aire?

En ese mismo marco, el cierre de listas en la Provincia de Buenos Aires sacudió el tablero político con una única frase: unidad o muerte. Axel Kicillof, Katopodis, Magario, el massismo, La Cámpora y el PJ tradicional entendieron —por fin— que lo que se disputa no es solo un distrito: es el corazón financiero, político y simbólico de la Argentina. Perder Buenos Aires podría significar el tiro de gracia para el plan económico de Milei. Ganarla, en cambio, es el comienzo del contraataque.

La lectura desde el Norte: teníamos razón

Desde esta trinchera en el Norte Grande, lo advertimos sin rodeos: el modelo Milei es inviable en términos sociales, y políticamente insostenible si se empieza a fracturar la mayoría electoral que lo sostuvo por decepción y bronca. Lo dijimos cuando los encuestadores aún se aferraban al espejismo de los 56 puntos. Lo reiteramos cuando la motosierra se convirtió en una licuadora, y lo reafirmamos hoy, con los guarismos a la vista.

La lectura fue clara: el peronismo no debía esperar la próxima elección, debía construir el nuevo contrato social ahora mismo, desde abajo, desde los cuerpos que todavía duelen, desde los sectores que siguen esperando respuesta. Por eso, lo que hoy sucede en Buenos Aires no es un cierre de listas: es una señal de alarma para Milei y un llamado de dignidad para el resto del país.

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El duelo entre Milei y la democracia real

Si Buenos Aires se transforma en el epicentro de la reacción popular contra el experimento libertario, octubre puede ser el principio del fin para una fuerza política que llegó con promesas de libertad pero está dejando hambre, oscuridad y cinismo institucional. Porque Milei no se juega solo su consolidación: se juega su plan económico completo, que hoy cuelga de un hilo en Washington, otro en Diputados y otro en los supermercados vacíos.

En ese contexto, la unidad peronista en la provincia más importante del país no solo se justifica: se vuelve una obligación estratégica. Nadie cree ya que el liberalismo mágico pueda regenerar la Argentina; por el contrario, crece el clamor por un Estado que proteja, que distribuya, que ordene, pero que también se renueve desde sus entrañas. Es decir: un nuevo peronismo, capaz de responder a los desafíos del siglo XXI.

Jujuy y el eco que viene desde abajo

Desde Jujuy hasta La Matanza, el grito empieza a subir: el voto de octubre no será ideológico, será existencial. El peronismo que se une en Buenos Aires tiene el deber de encender la chispa en cada rincón del país. Y el antimileísmo, más que un refugio nostálgico, debe transformarse en una plataforma de futuro, sin repetir errores ni nombres que el pueblo ya no tolera.

La pregunta no es si se puede frenar a Milei. La pregunta es cuándo y con quién. Hoy, tenemos la oportunidad de ofrecer una respuesta. La historia dirá si estuvimos a la altura. Desde aquí, podemos decirlo con orgullo: vimos venir la tormenta, y encendimos el faro antes que muchos. En Jujuy la manifestación del antimiliesmo puede ser una construcción amplia, mayor al propio frente de Unión por la Patria, solo asi lograrán ser eccos de la ola nacional, de lo contrario, otra vez qurdarán en Jujuy al margen los llamados justicialistas. Gerardo Morales ya esta haciendo su parte, tambien debe entender que no tiene chances si sale solo desde Jujuy crece. La nueva identidad que flota en el ambiente se llama antimileismo, que no rechaza todo lo que hace o dice que hará Milei, pero que esta decepcionada por el costo que propone y los tiempos de espera.

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¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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