El dilema libertario en Jujuy: ¿hacia dónde migran los decepcionados de Milei?

El dilema libertario en Jujuy: ¿hacia dónde migran los decepcionados de Milei?

Si algo define al votante libertario jujeño, es su hastío con la política tradicional y su profundo rechazo a un Estado sobredimensionado que los asfixia con impuestos y regulaciones. La mayoría de ellos son comerciantes formales e informales, pequeños emprendedores que buscan autonomía económica y jóvenes estudiantes convencidos de que el sistema político provincial les dio la espalda. Por eso, en 2023, no dudaron en volcarse masivamente por Javier Milei, el outsider que prometió quitarles “el pie del Estado del cuello” y devolverles la libertad de producir sin trabas.

Sin embargo, a menos de tres meses de gobierno, el desengaño empieza a calar hondo. La promesa de una Argentina desregulada, con menos impuestos y tarifas más justas, ha quedado reducida a un discurso monocorde, sin impacto en la vida real. Las tarifas suben, los impuestos no bajan y la política de ajuste extremo golpea con más fuerza a los sectores productivos, esos que creyeron que el cambio les beneficiaría. En Jujuy, los referentes libertarios han demostrado una pasividad alarmante: no mueven un dedo para que las políticas de desregulación sean reales, mientras Milei se enreda en escándalos financieros y designa jueces por decreto.

El votante libertario jujeño no es ingenuo. Toleraría los negocios turbios si la economía mejorara, pero tras hacer un esfuerzo sobrehumano, no ven luz al final del túnel. Entonces, ¿qué harán?

El éxodo libertario: de la ilusión al pragmatismo

La decepción con La Libertad Avanza está generando dos tipos de migraciones electorales. Un sector aún espera, confiando en que el plan de Milei funcionará a mediano plazo. Pero otro grupo ya está tomando distancia. Son aquellos que sienten que los libertarios jujeños los abandonaron, que los ajustes brutales no traen alivio y que el Estado sigue exprimiéndolos con impuestos, pero ahora sin anestesia.

¿Hacia dónde miran?

  1. Hacia posturas más pragmáticas: No necesariamente hacia la casta, pero sí hacia sectores políticos más ordenados y menos caóticos. Hay quienes vuelven a considerar opciones con experiencia en gestión, aunque con una mirada de desconfianza extrema.
  2. Hacia alternativas provinciales: La decepción con la política nacional abre el camino para liderazgos más cercanos, con capacidad de gestión y una agenda menos ideologizada.
  3. Hacia el voto bronca o la abstención: Una parte del electorado libertario podría optar por el desencanto total. El no votar o el votar en blanco podría ser su forma de castigar a los referentes que no cumplieron.

El desafío: ¿quién representará a los desencantados?

El problema es que la oferta electoral jujeña no está a la altura del desencanto libertario. Ni la UCR, ni el PJ, ni los libertarios locales han logrado capturar a ese votante que busca representación real. Si alguien lograra interpretar sus demandas sin caer en las viejas lógicas de la política tradicional, tendría un caudal electoral explosivo.

El votante libertario jujeño no es un militante, es un pragmático. Apoyó a Milei porque lo vio como la única herramienta para salir del ahogo estatal, pero si el cambio no se concreta, no tendrá problemas en dar vuelta la página y buscar nuevos horizontes.

La gran pregunta es: ¿surgirá un nuevo espacio que entienda esta oportunidad o los libertarios en Jujuy perderán definitivamente a su electorado?

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