“El dólar va a abandonar al Gobierno”: la profecía de Giacomini que ya está en marcha

“El dólar va a abandonar al Gobierno”: la profecía de Giacomini que ya está en marcha

El dólar no se disciplina con insultos, ni la economía se encarrila con bravuconadas. Mientras el presidente Javier Milei y su ministro Luis Caputo simulan fortaleza con gestos rimbombantes, el dólar espera agazapado su momento de fuga. Diego Giacomini lo advierte con crudeza técnica y claridad demoledora: el dólar no será liberado por el gobierno, será el dólar quien abandone a este gobierno.

El ancla cambiaria, sostenida por endeudamiento externo, restricciones artificiales y una brutal recesión interna, es un castillo de arena frente a la marea. El gobierno no emite dólares. El Banco Central tampoco. Pero los necesita como el aire. Y en Argentina todos –ciudadanos, empresas, Estado– demandan dólares como refugio ante la descomposición del sistema. Ese desequilibrio es estructural, no discursivo.

El tipo de cambio “planchado” es una ficción sostenida por organismos multilaterales, financiamiento puente y un acuerdo político con el FMI para llegar a las elecciones. Pero la economía real habla otro idioma: desplome de la inversión extranjera directa (negativa), cierre de exportaciones, importaciones deprimidas, salarios que no alcanzan y consumo desmoronado. Es un modelo sin dólares genuinos, sin crédito de los mercados, sin confianza y sin futuro.

Como bien señala Giacomini, usar el dólar como ancla inflacionaria en el único país donde el dólar es más escaso que nunca, es una inconsistencia suicida. El precio del dólar, al igual que el precio de cualquier bien escaso, está destinado a subir. No es ideología: es economía básica. Y cuando lo haga, lo hará con furia.

La violencia retórica de Milei, su desprecio por el adversario político y la autopercepción mesiánica agravan el problema. Nadie le dice “pará” al presidente, y eso lo aleja aún más de la realidad. Pero la economía no se convence con tuits, se impone con hechos. Y los hechos hoy le gritan: no hay plan, no hay credibilidad, no hay futuro sin dólares.

La pregunta no es si habrá una devaluación, sino cuándo. Y lo más preocupante es que ese salto del tipo de cambio podría ocurrir en un país devastado, sin capacidad de respuesta interna, con salarios licuados y una clase media al borde del colapso. Un estallido silencioso que se cocina a fuego lento.

  La recesión es brutal, sobre todo en el interior: una Argentina cara, endeudada y al borde del colapso

El rebote del gato muerto ya terminó. Lo que viene es la caída del animal entero.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *