Redacción Perico Noticias // La decisión de Estados Unidos de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS) no solo es un golpe político y simbólico, sino también un cambio con profundas implicancias económicas y geopolíticas. Al ser el mayor financiador de la organización, la salida de la economía más importante del planeta deja a la OMS debilitada, lo que podría alterar consensos internacionales en áreas clave como la regulación del tabaco, el alcohol, los alimentos procesados, y hasta afectar la vigilancia sobre pandemias.
En el contexto del NOA, una región de Argentina con economías altamente dependientes de productos como el tabaco, el azúcar y el alcohol, esta decisión genera incertidumbre sobre cómo se reconfigurará el panorama de restricciones, estándares de producción y exportación, en un escenario donde el rol de la OMS como árbitro global pierde fuerza.
EE. UU. y la OMS: un vínculo roto con amplias repercusiones
Desde hace décadas, Estados Unidos ha sido el principal sostén económico de la OMS, aportando hasta un 20% de su presupuesto anual. Este financiamiento permitió impulsar iniciativas globales de salud pública, desde campañas de vacunación hasta recomendaciones sobre límites en el consumo de productos considerados dañinos, como el tabaco, el alcohol, el azúcar y las grasas trans.
La salida de EE. UU. representa no solo un recorte financiero, sino también un debilitamiento del poder regulador de la OMS. Sin el respaldo de Washington, la organización podría enfrentar dificultades para mantener su capacidad de influir en acuerdos internacionales y supervisar el cumplimiento de estándares de salud en productos que impactan directamente a las economías globales y regionales.
El impacto en sectores clave: tabaco, azúcar y alcohol
- Tabaco: Las restricciones internacionales promovidas por la OMS, como el Convenio Marco para el Control del Tabaco, han sido un dolor de cabeza para la industria tabacalera global. Estas medidas limitan la publicidad, aumentan los impuestos y buscan reducir el consumo, afectando la producción en regiones como el NOA, donde el tabaco es un pilar económico. Sin la supervisión activa de la OMS, es probable que la industria encuentre resquicios para flexibilizar estas normativas, aunque enfrentará resistencia en mercados más estrictos como Europa.
- Azúcar y alimentos procesados: En los últimos años, la OMS ha liderado campañas contra el consumo excesivo de azúcar y grasas trans, promoviendo impuestos a las bebidas azucaradas y regulaciones más estrictas en etiquetado. Sin el peso de EE. UU., estas iniciativas podrían perder impulso, lo que podría beneficiar a los productores en el corto plazo, pero con riesgos a largo plazo si se relajan las normativas que afectan la exportación a mercados con altos estándares.
- Alcohol: La industria del alcohol también podría beneficiarse indirectamente de una OMS debilitada, ya que las restricciones sobre publicidad, distribución y acceso podrían relajarse en algunos mercados. Sin embargo, esto también podría aumentar la presión de movimientos locales y regionales para llenar el vacío regulatorio.
El trigo y otros productos agrícolas: ¿un nuevo foco de conflicto?
La OMS no solo regula productos como el tabaco o el alcohol; también establece estándares que afectan a sectores como el trigo y los alimentos básicos. Iniciativas como el control de plaguicidas o los límites a ciertos aditivos químicos podrían verse debilitados. Esto podría beneficiar a los productores en el corto plazo, pero también abriría la puerta a disputas comerciales si los mercados de destino, como la Unión Europea, mantuvieran regulaciones estrictas que los productores no puedan cumplir sin una guía clara.
Impacto en las economías regionales del NOA
En regiones como el NOA, donde productos como el tabaco, el azúcar y el alcohol son fundamentales, la salida de EE. UU. de la OMS podría tener efectos contradictorios:
- Flexibilidad regulatoria: La disminución del poder de la OMS podría reducir las barreras internacionales, permitiendo mayores márgenes de maniobra para exportar productos. Sin embargo, esto dependerá de cómo reaccionen los mercados de destino.
- Pérdida de vigilancia sanitaria: La ausencia de un «ojo internacional» podría desincentivar la mejora en estándares de calidad y salud, lo que a largo plazo podría limitar el acceso a mercados de alto valor agregado.
- Dependencia de otros actores: China y la Unión Europea podrían ocupar parte del vacío dejado por EE. UU., lo que implicaría adaptarse a nuevas normativas y depender más de economías con intereses divergentes.
Un nuevo orden global en salud pública
La salida de EE. UU. de la OMS podría desencadenar una reconfiguración del liderazgo global en salud pública. China, que ha incrementado su influencia en la organización en los últimos años, podría ganar más terreno, mientras que otros actores como la Unión Europea intentarían reforzar su papel. Este cambio afectaría no solo la dinámica regulatoria, sino también el flujo de financiamiento hacia regiones vulnerables como el NOA.
Un escenario de incertidumbre
La decisión de Estados Unidos de abandonar la OMS abre un periodo de incertidumbre para la regulación de productos clave y la salud pública global. En regiones como el NOA, esta nueva realidad presenta desafíos y oportunidades. Si bien la relajación de normativas podría aliviar a ciertos sectores en el corto plazo, el debilitamiento de estándares internacionales también podría limitar el acceso a mercados más exigentes.
En última instancia, el impacto dependerá de cómo reaccionen los gobiernos locales y los actores internacionales ante este vacío de poder. Lo que es seguro es que el mundo de la salud pública y la economía global están entrando en un territorio desconocido, con consecuencias que apenas comenzamos a vislumbrar.