La reciente encuesta de la consultora Isasi-Burdman ha revelado un panorama político sorprendente en Argentina: La Libertad Avanza, liderada por el presidente Javier Milei, encabeza la intención de voto para las elecciones legislativas de 2025 con un 34%. Este resultado deja al peronismo en un distante segundo lugar con un 15%, seguido por el PRO con 14%, y al kirchnerismo relegado al cuarto puesto con apenas un 7%.
Este escenario pone de manifiesto una realidad ineludible: la introspección y las disputas internas han debilitado al peronismo, permitiendo que Milei capitalice el descontento social y se posicione como la principal fuerza política del país.
La fragmentación y la falta de una visión unificada dentro del peronismo han sido factores determinantes en esta caída. Mientras las facciones internas se enfrascaban en luchas de poder y debates estériles, Milei consolidaba su liderazgo y conectaba con un electorado ávido de cambios y soluciones concretas.
La encuesta también destaca que un 50% de los encuestados votaría a favor de candidatos que apoyen la gestión de Milei, mientras que solo un 36% optaría por aquellos que se oponen al actual gobierno. Este dato refleja una aprobación significativa hacia las políticas implementadas por el presidente y una desconfianza creciente hacia las alternativas ofrecidas por la oposición peronista.
La situación económica, tradicionalmente un bastión de crítica hacia el oficialismo, muestra signos de recuperación que han sido bien recibidos por la ciudadanía. Un 40% de los encuestados considera que la situación económica ha mejorado en comparación con el año anterior, y un 51% cree que 2025 será un año mejor. Estos indicadores refuerzan la percepción positiva hacia la gestión de Milei y debilitan la posición crítica del peronismo.
En este contexto, el peronismo enfrenta el desafío de reconstruirse y ofrecer una alternativa viable que recupere la confianza del electorado. Para ello, será necesario superar las divisiones internas y enfocarse en propuestas que respondan a las demandas de la sociedad argentina.
La introspección y el ego han llevado al peronismo a una posición de desventaja que, de no revertirse, podría consolidar a La Libertad Avanza como la fuerza dominante en el escenario político nacional. La capacidad del peronismo para adaptarse y responder a esta nueva realidad determinará su relevancia en las elecciones de 2025 y más allá.
