En una década marcada por el endeudamiento desenfrenado, la provincia de Jujuy enfrenta una crisis financiera sin precedentes. Según informes recientes, la deuda consolidada de la provincia ha alcanzado los 495.127 millones de pesos a diciembre de 2023, un aumento de 91 veces en comparación con 2013. Este brutal incremento ha dejado a Jujuy en una situación de fragilidad económica extrema, haciendo cada vez más difícil su sostenibilidad y desarrollo.
La gestión de la Unión Cívica Radical (UCR) en Jujuy, encabezada por el gobernador Gerardo Morales, apostó fuertemente por el endeudamiento para financiar proyectos productivos, como el parque solar Cauchari, que requería recursos significativos y fue en parte financiado a través de bonos verdes. Sin embargo, esta estrategia ha resultado en una carga financiera inmanejable, ya que el 84% de la deuda provincial está en moneda extranjera, sujeta a las fluctuaciones del tipo de cambio. Esta dependencia del dólar no solo incrementa el riesgo financiero, sino que también limita la capacidad de Jujuy para responder a sus compromisos sin ajustar aún más la economía local.
La débil economía jujeña y el fracaso del Estado empresario
El panorama económico en Jujuy es complejo. La provincia cuenta con una economía basada en el sector primario y con pocas alternativas de diversificación, lo que hace que dependa fuertemente de los recursos externos. La administración de Morales intentó instaurar un «Estado empresario», invirtiendo en proyectos de gran escala, como el parque solar, que pretendían posicionar a Jujuy como líder en energías renovables. Sin embargo, estos proyectos no han generado el retorno esperado, y el alto costo de mantenimiento y los compromisos de pago han sobrecargado aún más las finanzas provinciales.
El fracaso de esta política estatal en generar ingresos suficientes para cubrir la deuda ha dejado a Jujuy en una posición de dependencia extrema de la ayuda nacional y de los ingresos fiscales, que son insuficientes para cubrir los pagos de una deuda que, en términos de dólares, no deja de aumentar con cada devaluación. Este modelo de “Estado empresario” ha demostrado ser ineficaz para una economía tan vulnerable y con tan poca autonomía financiera.
Un futuro incierto: los desafíos del nuevo gobierno en 2027
El próximo gobierno que asuma en 2027 se encontrará con una provincia prácticamente inviable desde el punto de vista financiero. La deuda en dólares y la creciente inflación presentan un doble desafío para las futuras gestiones. Cada devaluación incrementa el peso de la deuda en pesos, y el ajuste fiscal necesario para cumplir con los compromisos pone en riesgo aún más la economía local, ya que la única vía posible sería mediante recortes en servicios públicos o un ajuste en el salario estatal, medidas que afectarían profundamente a la sociedad jujeña.
El futuro gobierno deberá plantear estrategias audaces y realistas para intentar reestructurar o renegociar esta deuda, evitando caer en un colapso financiero total. La situación económica de Jujuy demandará políticas de ajuste severas y posiblemente una revisión de los proyectos de inversión, evaluando su viabilidad real y el impacto a largo plazo en las finanzas provinciales.
La urgencia de un cambio de modelo
Para que Jujuy logre salir de este laberinto financiero, se requiere un cambio estructural en su enfoque económico. La política de endeudamiento desmedido y de dependencia de proyectos de alto riesgo ha demostrado ser insostenible. La provincia necesita diversificar su economía y fomentar el crecimiento de sectores menos dependientes de la inversión estatal, como el turismo, la tecnología o la agricultura de valor agregado. Sin un cambio de rumbo, la capacidad de Jujuy para sostenerse por sí misma seguirá disminuyendo.
En conclusión, el endeudamiento feroz impulsado por la UCR y su modelo de “Estado empresario” ha convertido a Jujuy en una provincia prácticamente inviable. El desafío para el próximo gobierno en 2027 será monumental, ya que deberá gestionar no solo una deuda desbordante, sino también la reconstrucción de una economía debilitada y la restauración de la confianza en un futuro viable para los jujeños.