«El fin de las reglas: vivimos en un mundo rehén de los más fuertes»

«El fin de las reglas: vivimos en un mundo rehén de los más fuertes»


Editorial Global de Perico Noticias | Por el colapso del orden internacional

Vivimos en un mundo sin reglas. La ilusión del “orden basado en normas”, pilar retórico del liberalismo internacional, ha colapsado estrepitosamente. Estados Unidos bombardea territorio iraní sin mandato de Naciones Unidas ni amenaza inminente. Israel responde con precisión quirúrgica y decapita científicos. Rusia invade. China observa. Y todos los demás… especulan.

Desde Medio Oriente hasta Europa del Este, lo que predomina ya no es la diplomacia ni el derecho internacional, sino la fuerza cruda, el cálculo estratégico y el cinismo. ¿Qué queda entonces para países periféricos como Argentina? ¿Un rol decorativo o la sumisión?

El régimen de las normas: una ficción agónica

La humanidad creyó en el derecho internacional desde 1945. Creyó que las normas podían evitar la repetición del horror. Pero desde la Guerra de Irak hasta Gaza, pasando por Ucrania y ahora Irán, las “excepciones” fueron transformando el sistema en una parodia sin autoridad. Hoy no hay reglas: hay precedentes de impunidad.

Las resoluciones de ONU se ignoran. Las inspecciones de la OIEA se distorsionan. Y la diplomacia, otrora recurso de sabios y prudentes, es hoy una formalidad enterrada por la lógica del misil. Las potencias ya no piden permiso. Actúan. Matan. Reacomodan. Imponen. Como si el futuro de todos dependiera solo de ellos.

La proliferación como única defensa

En este mundo anómico, tener un arma nuclear parece ser la única garantía de no ser atacado. Corea del Norte lo sabe. Israel lo demuestra. Ucrania, que entregó su arsenal en los ’90, es hoy el ejemplo de lo que le sucede a los “buenos alumnos” del sistema.

Irán, hostigado, saboteado y cercado, ve cómo su única posibilidad de sobrevivencia es avanzar hacia la bomba, aunque niegue tenerla. ¿Y quién puede juzgarlo con credibilidad en este escenario? ¿Acaso alguien sancionó a Israel por sus más de 90 ojivas? ¿O a Estados Unidos por su historia de guerras preventivas?

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Argentina entre el delirio y la irrelevancia

En este tablero caótico, el presidente Javier Milei ha decidido que Argentina tome partido por el caos. No por la paz. No por el derecho. No por los consensos. Celebró el bombardeo a Irán como si fuera un triunfo deportivo. Emitió comunicados en inglés, en tono mesiánico, como si fuera un portavoz de Tel Aviv y no un jefe de Estado soberano.

Mientras el mundo cruje, Milei se abraza a Netanyahu, desoye a la región y multiplica enemigos innecesarios. Lejos de una diplomacia inteligente que priorice el interés nacional, opta por la gesticulación ideológica. Y el resultado es predecible: aislamiento, desconfianza y daño estructural a nuestra política exterior.

El riesgo de un orden coercitivo global

Lo que está en juego no es sólo el presente. Es el futuro. El régimen de no proliferación está hecho jirones. Las potencias menores, testigos del doble estándar, pueden sentirse tentadas a armarse. La paz ya no será el camino más racional. Será una ingenuidad suicida.

En esa deriva, crecen los incentivos a programas nucleares clandestinos, nuevas carreras armamentistas regionales y conflictos por anticipación. ¿Qué impide entonces que China haga lo mismo con Taiwán? ¿O Turquía con Armenia? ¿O India con Pakistán? El mensaje es claro: si puedes, hazlo. Nadie te detendrá.

Una humanidad al borde del abismo

El mundo ha entrado en una era posnormativa. El multilateralismo es un decorado. Las cumbres diplomáticas son ceremonias de cinismo. La verdad es la primera víctima de la guerra, pero el derecho internacional es la segunda. Y la tercera… podríamos ser todos.

Las futuras generaciones estudiarán estos años como la transición hacia un nuevo desorden global. Un caos sostenido por la coerción, donde sólo los armados tendrán derecho a existir. Donde ya no habrá árbitros, sólo pugilistas.

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En medio de este colapso, Argentina debería resistir la tentación de ser una mascota del poder. Debería volver a ser mediadora, constructora, equilibrista. Pero hoy, lamentablemente, parece decidida a ser una ficha más del tablero que los poderosos ya decidieron voltear.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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