Carlos Sadir: la sombra de Gerardo Morales
Redacción Perico Noticias // El liderazgo de la Unión Cívica Radical (UCR) en Jujuy enfrenta un desafío existencial. Carlos Sadir, actual gobernador, es percibido ampliamente como una extensión de Gerardo Morales, cuya figura dominó la política provincial en la última década. Esta dependencia simbólica y operativa plantea serias dudas sobre la capacidad del radicalismo jujeño para renovarse y mantenerse relevante en un contexto político profundamente dinámico y competitivo.
La narrativa de continuidad con Morales, lejos de ser una fortaleza, podría convertirse en el talón de Aquiles de la UCR. Morales, que ha sido un actor clave en el ámbito provincial y nacional, no dejó espacio para la construcción de liderazgos emergentes dentro de la UCR en Jujuy, lo que hoy limita la capacidad del partido para ofrecer una alternativa diferenciada. En un contexto donde el electorado busca rupturas con «la política tradicional», la identificación de Sadir con Morales podría alienar a votantes desencantados.
Gestos hacia La Libertad Avanza: ¿alianza o espejismo?
Una reciente publicación en el portal Infobae revela movimientos estratégicos de algunos referentes radicales, como Alfredo Cornejo y Maximiliano Pullaro, para explorar alianzas con La Libertad Avanza (LLA) en vistas al 2025. Sin embargo, esta táctica parece más viable en provincias donde el radicalismo aún conserva fuerza electoral. En Jujuy, la UCR enfrenta un escenario distinto: su posición se ha debilitado al punto de competir por el tercer o cuarto lugar frente a una LLA en ascenso y un peronismo que, aunque dividido, conserva un núcleo sólido de apoyo.
La hipótesis más plausible es que LLA no necesita a la UCR en Jujuy. Javier Milei y su fuerza han demostrado capacidad de articular discursos y captar votantes descontentos con las estructuras políticas tradicionales, incluidos los radicales. Por lo tanto, cualquier acercamiento entre LLA y la UCR en Jujuy parece, en el mejor de los casos, una jugada desesperada del radicalismo y, en el peor, una estrategia que podría terminar relegándolos aún más.
Adelantar elecciones: ¿una estrategia riesgosa?
Una posibilidad sería adelantar las elecciones provinciales, desmarcándose del calendario nacional para evitar el arrastre negativo de un eventual desgaste del gobierno de Milei. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos. Adelantar los comicios podría irritar al electorado, especialmente después de años en los que la narrativa dominante criticó los costos de perpetuar «la casta política» mediante elecciones desdobladas. Además, un calendario electoral separado podría dejar al descubierto las debilidades de la UCR en Jujuy, exponiéndolos a una derrota sin el paraguas de alianzas nacionales.
Por otro lado, mantener las elecciones en octubre podría ser una apuesta por el tiempo. Un «cisne negro» —un evento inesperado que redefina las dinámicas políticas— podría cambiar las perspectivas para la UCR, permitiéndoles recuperar algo de terreno perdido. Sin embargo, esta estrategia depende de factores que escapan al control del partido y, por ende, es una apuesta de alto riesgo.
¿Un partido en declive?
Si las elecciones fueran hoy, la UCR en Jujuy enfrentaría la posibilidad de ser relegada al tercer o cuarto lugar. Esto plantea un escenario crítico para el partido, que históricamente se posicionó como una fuerza relevante en la provincia. La falta de renovación interna, la dependencia excesiva de figuras como Morales y Sadir, y la incapacidad para adaptarse a un electorado que busca alternativas disruptivas, han dejado al radicalismo en una posición de vulnerabilidad extrema.
Hipótesis para el futuro
- Renovación interna: La UCR necesita, con urgencia, renovar sus liderazgos y su narrativa. Apostar por nuevas caras y propuestas que se alineen con las demandas del electorado jujeño podría ser una vía para recuperar relevancia. Sin embargo, esto requiere tiempo y voluntad política, dos factores que parecen escasear dentro del partido.
- Alianza con LLA: Aunque parece improbable que Milei necesite a la UCR en Jujuy, los radicales podrían buscar acuerdos tácticos en distritos específicos para garantizar algún grado de representación. No obstante, esto podría diluir aún más su identidad como fuerza política independiente.
- Dependencia del peronismo dividido: Un peronismo jujeño fragmentado podría ser la única esperanza de la UCR para mantenerse competitiva. Si los libertarios y el peronismo se dividen el electorado, el radicalismo podría capitalizar un voto residual para mantener algo de relevancia.
- Declive progresivo: Si no logran renovar su discurso ni encontrar alianzas estratégicas, la UCR podría seguir perdiendo terreno en Jujuy, relegándose a un papel secundario o incluso irrelevante en la política provincial.
Conclusión: el momento de decidir
El futuro de la UCR en Jujuy depende de decisiones estratégicas que deben tomarse con rapidez y claridad. La continuidad de Sadir como figura simbólica de Morales no parece ser suficiente para enfrentar los desafíos de un electorado en constante cambio. La capacidad del radicalismo para sobrevivir y prosperar en Jujuy dependerá de su disposición para adaptarse, renovar liderazgos y construir una narrativa que ofrezca algo más que el legado de un liderazgo agotado. El 2025 podría ser el año de su resurgimiento o el capítulo final de su relevancia en la provincia.