El gobierno brasileño criticó fallo «político» contra Dilma
El gobierno brasileño reaccionó enérgicamente contra el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), que reprobó los números de la gestión de 2014, al acusarlo de proceder con intenciones políticas y forzar «artificialmente» una suerte de «casación electoral» de la presidente Dilma Rousseff, reelecta el año pasado.
El abogado general de la Unión, Luis Inácio Adams, afirmó que el Tribunal de Cuentas procedió con parcialidad y presunta intencionalidad política porque, sostuvo, «el debate extrapoló lo técnico» y se forzó«artificialmente» el parecer contra Rousseff.
Según el representante legal del Poder Ejecutivo «las conclusiones del TCU» al fallar contra Dilma propiciaron «un movimiento de casación electoral» pero a pesar del traspié sufrido por el gobierno «el juego no acabó», advirtió el funcionario.
Al rechazar las cuentas del gobierno en 2014 el Tribunal abre camino a un eventual juicio político contra Rousseff en el Congreso, donde será examinado el parecer de ese organismo de carácter consultivo.
El jefe de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, un defensor declarado del «impeachment», recibió ayer a congresistas opositores para trazar una estrategia sobre como implementar el enjuiciamiento, publicó el diario Folha de San Pablo.
El Partido de la Socialdemocracia Brasileña, del ex candidato presidencial Aécio Neves, y otras formaciones opositoras anticiparon que la reprobación de las cuentas de Rousseff en 2014 es «grave» y justifica el juicio por impedimento.
En tanto la oficina de prensa de la Presidencia de la República comunicó que «los órganos técnicos y jurídicos del gobierno tiene plena convicción de que hay motivos legales para el rechazo de las cuentas».
En la nota oficial publicada en el portal de la Presidencia se critica al Tribunal de Cuentas por haber sancionado medidas del gobierno destinadas a financiar «programas sociales como la Bolsa Familia y Mi Casa, Mi Vida».
