Redacción Perico Noticias // El reciente voto de la mayoría del peronismo jujeño en favor del Seguro Provincial de Salud (SEPROSA) ha marcado un punto de inflexión histórico. Al apoyar una ley que elimina la gratuidad de la salud pública para los jujeños, el partido que alguna vez representó la justicia social ha traicionado no solo a sus bases, sino a los principios fundacionales que lo identificaron. Este acto de entreguismo político, que transforma a los ciudadanos jujeños en extranjeros dentro de su propio sistema de salud, es la manifestación más cruda de un partido vacío de historia, humanidad y moral.
Con elecciones convocadas para mayo de 2025, la relevancia del peronismo en el escenario político provincial ha quedado pulverizada. No tienen reputación, rol ni moral para liderar un proyecto alternativo, ya que se han convertido en cómplices del oficialismo que administra una provincia sumida en el autoritarismo y el desgobierno.
La Traición del Peronismo: Un Fin de Ciclo
La aprobación del SEPROSA no es un hecho aislado. Es el símbolo de una decadencia prolongada en la que el peronismo jujeño ha abandonado a los sectores que históricamente debió defender. Al alinear sus votos con el oficialismo del Frente Cambia Jujuy, el peronismo no solo consolidó un modelo de exclusión social, sino que también reforzó la estructura autoritaria de un unicato político que concentra el poder y asfixia la democracia provincial.
Este acto revela una verdad que ya no se puede ocultar: el peronismo jujeño no es oposición, sino una extensión funcional del gobierno de turno. En lugar de resistir, han optado por entregar los derechos fundamentales de los ciudadanos a cambio de migajas políticas.
La Salud Pública Vedada: Un Derecho Convertido en Privilegio
El SEPROSA convierte a los jujeños en extranjeros en su propia tierra, negándoles el acceso gratuito a la salud pública y obligándolos a pagar por un derecho que está consagrado en la Constitución Nacional y Provincial. Este sistema excluyente exige que las familias con ingresos bajos se sometan a un proceso humillante de acreditación de pobreza, mientras que las demás quedan obligadas a enfrentar un arancel que muchas no podrán pagar.
La medida no solo es inhumana, sino también jurídicamente inconstitucional, al violar los principios de igualdad y universalidad en el acceso a la salud. El peronismo, al votar a favor, ha pisoteado los valores de justicia social que alguna vez defendió.
Un Presupuesto Irreal: El Colapso del Rojo Fiscal
El oficialismo, con el respaldo del peronismo, ha aprobado también un presupuesto provincial que carece de sustento real. Presentado como equilibrado, es en realidad un dibujo financiero diseñado para ocultar un déficit fiscal insostenible. El discurso del superávit no puede disimular la realidad de una provincia endeudada, con servicios colapsados y una economía que depende cada vez más de ajustes sobre los sectores más vulnerables.
¿Cómo puede hablarse de justicia social cuando el costo del déficit se carga sobre los trabajadores informales, las familias de bajos ingresos y los ciudadanos sin obra social? La farsa del presupuesto no hace más que profundizar la desconfianza hacia una clase política desconectada de las necesidades reales del pueblo.
Las Elecciones de 2025: Una Farsa Sin Alternativa
Con la pérdida de reputación y credibilidad, las elecciones convocadas para mayo de 2025 carecen de sentido político real. El peronismo, al aliarse con el oficialismo, ha perdido su rol como oposición y su capacidad de ofrecer un proyecto alternativo. Lo que alguna vez fue un partido que representaba a los trabajadores y a los sectores más postergados, hoy es simplemente una pieza más en el engranaje de un gobierno autoritario.
La población jujeña enfrenta una democracia que es apenas una fachada. Unicatos políticos disfrazados de pluralismo, partidos vacíos de ideales y un sistema electoral que ya no garantiza cambios reales son la evidencia de una provincia que se encuentra al borde del colapso institucional.
El Llamado a la Reflexión y la Resistencia
En este contexto, el futuro de Jujuy no dependerá de los partidos tradicionales, sino de la organización popular y de los sectores que aún se atreven a defender los derechos fundamentales. Las voces críticas, como las de la diputada Natalia Morales (PTS-FITU) y el exjuez Vicente Casas, son un recordatorio de que la dignidad y la justicia social no están completamente perdidas, pero requieren una lucha activa.
«El peronismo jujeño ha elegido ser cómplice del autoritarismo. Ahora, el pueblo deberá elegir si permanece pasivo o se organiza para recuperar lo que nunca debió perder: la justicia, la dignidad y los derechos que le pertenecen.»