El proteccionismo de Trump sacude Jujuy: o baja impuestos el Estado o colapsa el sector privado

El proteccionismo de Trump sacude Jujuy: o baja impuestos el Estado o colapsa el sector privado

Por Perico Noticias | Análisis Especial

Mientras el mundo intenta descifrar la lógica salvaje del nuevo arancelario global, Donald Trump juega al siglo XIX, como un caudillo industrialista, encendiendo un cigarro puro ―peronista, si se quiere― mientras lanza bombas arancelarias con el mismo desparpajo con el que impone su retórica nacionalista. El «América primero» de Trump ya no es discurso, es realidad pura y dura. Y como toda realidad dura, golpea más fuerte donde hay más debilidad estructural: Jujuy.

Un caos global con epicentro en Washington… y réplicas en Perico, Ledesma y Palpalá

La ola proteccionista que desencadenó el expresidente norteamericano no es solo un capricho electoralista, sino una reconfiguración brutal del comercio internacional, con consecuencias que llegan hasta la planta química de Perico, las tabacaleras del sur jujeño, los ingenios azucareros del Ramal y el frágil ecosistema metalúrgico de Altos Hornos Zapla.

Jujuy queda atrapada en un fuego cruzado entre un mundo que se blinda y un gobierno nacional que se abre como si el libre mercado existiera. Pero no hay tal cosa: la única libertad que reina es la de los capitales que huyen. Y en ese marco, los sectores productivos jujeños quedan desamparados, con precios que no alcanzan, costos en ascenso y sin ningún paraguas protector.

El estado provincial: ¿acompañante de lujo o verdugo impositivo?

En este nuevo tablero, el Estado jujeño se enfrenta a una decisión de hierro: o ajusta sus políticas fiscales bajando impuestos y aliviando cargas, o se convierte en cómplice del colapso productivo. Con una presión tributaria distorsiva, tarifas de servicios imposibles de pagar y regulaciones obsoletas, el sector privado empieza a emitir señales de asfixia total.

Hoy, el sector litífero ve cómo los aranceles de Trump encarecen la exportación y restan competitividad, mientras la planta química de Perico, proveedora clave de insumos, empieza a recortar personal y rediseñar planes de producción. Si la provincia no actúa con inteligencia, el combo será mortal: menos exportaciones, menos empleo, menos inversión y más pobreza.

Y esto no es un problema futuro. Es hoy.

El interior productivo ya se está retrayendo

En Ledesma, el azúcar y el etanol no encuentran precios de equilibrio. Las retenciones se fueron, sí, pero los aranceles los reemplazaron con un daño aún mayor. Y el tabaco, con sus mercados más restringidos, ya anticipa que no se podrá cerrar precio completo esta campaña, obligando a entregas parciales para evitar pérdidas.

Los industriales lo saben: si no hay acompañamiento del Estado, se vienen los recortes, los cierres y el estallido. La pregunta es si el gobierno provincial lo asumirá a tiempo o dejará caer, una vez más, a sus principales fuentes de empleo formal.

El ajuste que viene no es del pueblo: es del Estado

No se trata de ajustar más a la ciudadanía. Ya no hay margen. La única vía para evitar un derrumbe económico es que el Estado provincial se ajuste a sí mismo. Y que lo haga rápido. Reducción de impuestos a sectores exportadores, suspensión de cargas fiscales a empresas industriales y revisión urgente de tarifas y tasas distorsivas.

El modelo de “recaudación a cualquier precio” llegó a su fin. O el Estado se retrae, o la economía real se extingue. Trump ya puso las condiciones. El mercado internacional se cerró de golpe. Y la inflación, el atraso cambiario y la presión tributaria harán el resto, si no se corrige el rumbo.

¿El gobierno provincial está preparado para enfrentar este nuevo escenario?

La gobernación de Jujuy debe elegir:

  1. ¿Defenderá a sus productores, empresarios y trabajadores con medidas fiscales activas?
  2. ¿O se quedará esperando que alguien desde Buenos Aires reparta algún salvavidas tardío?

Mientras tanto, el ajuste silencioso ya lo está haciendo el sector privado, y si no hay un giro inmediato, el mapa económico provincial puede volverse irreparable.


Conclusión:
Trump prendió el fósforo, el mundo arde, y Jujuy —con su litio, su caña, su tabaco y su industria— está en el centro de la hoguera. El Estado debe dejar de ser espectador y asumir su rol estratégico. O se transforma, o desaparece.

¿Qué es lo que más te preocupa hoy en Jujuy?

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