NOA «sólo el 15% de la población de hasta 24 años tiene un trabajo asalariado»

 NOA «sólo el 15% de la población de hasta 24 años tiene un trabajo asalariado»

El trabajo no registrado y el desempleo son dos estigmas del mercado laboral en las provincias del NEA-NOA. Para el cierre de 2013 se proyectaba que el empleo en negro superara el 50% de los asalariados de ambas regiones. El problema es mas profundo entre la población juvenil.

Según los datos oficiales, sólo el 15% de la población de hasta 24 años tiene un trabajo asalariado y fue registrado por su empleador.

El último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha mostrado que, a nivel nacional, la tasa de desempleo, al cierre de 2013, ha bajado del 6,9% al 6,4%, el mínimo histórico desde la salida de la Convertibilidad. Enero ha sido el mes de la devaluación, pero las señales negativas para el mercado laboral ya venían vislumbrándose con un trimestre de anticipación, debido al freno de la creación de empleo. Entonces, ¿cómo puede ser que sin generación de puestos de trabajo y con salarios reales cayendo la tasa de desempleo se reduzca? La disminución de la tasa de desempleo se debe a que mucha gente dejó de buscar empleo. Caso contrario, la tasa de desempleo habría aumentado, indica un reporte de Economía & Regiones (E&R). El Indec informó que la población activa (o sea, la gente que trabaja o busca trabajo) tuvo una importante caída, del 46,3% a 45,6% de la población total en el último trimestre de cada año. En otras palabras, si una porción de la gente desempleada no hubiese dejado de buscar trabajo y la tasa de participación laboral no se hubiese reducido, la tasa de desempleo habría aumentado en vez de reducirse, pasando de 6,9% a 7,7%, observa la consultora. La gente que deja de buscar trabajo implica una reducción de la oferta laboral, lo cual es consistente con la teoría económica, ya que la oferta es una función creciente del salario real. A mayor salario, más oferta (búsqueda) de trabajo, sería la ecuación. Del otro lado del mercado, la falta de generación de puestos de trabajo también impacta reduciendo la oferta laboral. En otras palabras, dice E&R, el desempleo cae porque la gente no consigue trabajo y por ende deja de buscarlo; lo cual se da con mucha fuerza en la juventud. Justamente, el reciente plan Progresar es un sinceramiento de esta última problemática, advierte el reporte. El objetivo declarado de esta iniciativa es atacar el problema de los “ni–ni”, es decir, jóvenes que ni trabajan ni estudian que, en el caso argentino, son alrededor de 1,5 millón de casos. El plan Progresar aspira a promover el estudio de los jóvenes entre 18 y 24 años de edad que no trabajan, o que lo hagan con remuneraciones inferiores al salario mínimo legal ($ 3.600), a cambio de $ 600 mensuales que recibirán demostrando que cursan estudios en una institución reconocida por el Ministerio de Educación o por el Ministerio de Trabajo. Se focalizará en los hogares pobres al establecerse que los ingresos de los padres tampoco superen los $ 3.600 al mes.

Según el Indec en los centros urbanos hay casi 4,5 millones de jóvenes entre 18 y 24 años de edad y sólo el 15% tiene empleo asalariado registrado con un salario bruto estimado en $ 6.200. Otro restante 30% tiene un trabajo precario (asalariado “en negro”, cuentapropista, servicio doméstico o familiar sin salario) con remuneraciones en el orden de los $ 1.850. A su vez, hay otro 55% que no trabaja de los cuales un 23% tampoco estudia y sólo un 32% estudia. En resumen, plantea la consultora privada, los datos oficiales muestran que aproximadamente la mitad de los jóvenes se encuentra en situación de vulnerabilidad, ya sea porque tienen un empleo de baja calidad o porque declaran no trabajar ni estudiar. Por el contrario, menos de uno de cada seis jóvenes tiene un empleo asalariado formal.

Es decir, de cada seis jóvenes más de cinco no tienen empleo, por lo que lo más importante y urgente debería ser generar oportunidades de empleo de calidad para los jóvenes de entre 18 y 24 años. “Sin embargo, el plan Progresar no estimula la creación de puestos de trabajo”, sostiene Economía & Regiones.

Según la consultora, el esfuerzo del Estado debería centrarse en reducir las trabas burocráticas y los costos impositivos que desalientan la contratación de jóvenes. “De esta forma, se puede lograr un mercado laboral juvenil más dinámico que automáticamente potenciará la efectividad de las acciones educativas y de formación para el trabajo”, sugiere. Inducir a los jóvenes, en el momento de su ingreso a la vida productiva, a depender del asistencialismo es un error estratégico cuyas implicancias negativas son difíciles de dimensionar, completa.

En pocas palabras, si bien el tramo juvenil es donde se siente con mayor fuerza la debilidad del mercado laboral, la falta de generación de puestos de trabajo afecta a toda la curva de edades y es la contracara de la insuficiente inversión y el bajo nivel de actividad que ya lleva varios años.

Región Norte Grande.com.ar

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