“El veto es al modelo, es a Milei: las provincias se imponen, el pueblo ya dio el volantazo”

“El veto es al modelo, es a Milei: las provincias se imponen, el pueblo ya dio el volantazo”

En la jornada histórica del Congreso de la Nación, quedó claro que ya no alcanza con discursos, promesas ni con maniobras presidenciales para domar al descontento. Ayer, cuando los vetos de Milei a las leyes de financiamiento universitario y a la emergencia pediátrica del Hospital Garrahan fueron rechazados por mayorías abrumadoras, se consumó algo más que una derrota: nació una nueva era política. El veto no fue solo a ley, fue al modelo. Fue a él.

Argumentos y vaticinios

  1. La voluntad popular como brújula: El lunes pasado, Milei prometía ajustes, vetos y recortes. Ayer, los gobernadores, los rectores, los trabajadores de la salud y los estudiantes respondieron con hecho político concreto: respaldar leyes que restituyan lo recortado. No fue una pulseada legislativa más, sino un puñetazo simbólico del pueblo en el rostro del oficialismo.
  2. Las provincias ya no tienen espalda para sostener ajuste: Cuando se veta una ley que ya cuenta con mayoría en ambas cámaras, se obliga a los gobernadores a tomar posición. Y muchos de ellos, acorralados por crisis económicas locales, indefensión fiscal, falta de recursos y electorados golpeados, hoy ven palpable la necesidad de equilibrar fuerzas con el Poder Central. No hay margen para seguir pagando el costo político del modelo unipersonal.
  3. Congreso: bastión de resistencia institucional: Rechazar los vetos no era un acto menor, es un acto de afirmación democrática. Va más allá del peronismo o la oposición: es la constatación de que las leyes aprobadas democráticamente tienen vida propia, peso político y respaldo social. Ese respaldo ya no se puede ignorar ni silenciar.
  4. Milei llega tarde al volantazo: El ajuste ya se hizo, el recorte ya dolió, los hospitales ya están al borde, las universidades ya sienten el hambre presupuestario. El modelo que vetaba lo que votaba el pueblo ya perdió legitimidad. Y ahora, ni el veto supremo ni la arenga presidencial pueden revertir la indignación colectiva.
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Perfil peronista y llamado urgente

Desde el Peronismo, desde el Frente Primero y los bloques que acompañan, este momento exige firmeza, coherencia y urgencia. Es imprescindible que los gobernadores empiecen a marcar distancia si Milei insiste en sostener un modelo insostenible. Es imprescindible que los que votaron contra los vetos no retrocedan, no titubeen. Porque la memoria social no perdona.

El rechazo definitivo de esos vetos es solo el principio. El próximo capítulo político tendrá que mostrar, con hechos concretos, leyes cumplidas, hospitales sostén, universidades vivas. No basta con rechazar desde el Congreso: habrá que legislar, habrá que gobernar con justicia social, habrá que reconstruir lo que se destruyó en nombre de una estabilidad ficticia.

El Congreso de ayer no solo dijo “no” a los vetos: dijo “basta”. Dijo “este modelo ya no representa al pueblo”.
Si Milei no entiende esto, si insiste en el autoritarismo disfrazado de ajuste, perderá no solo la pulseada legislativa, sino algo más profundo: la credibilidad, la moral de gobernar.

Hoy las provincias se imponen, el pueblo ya dio el volantazo. Ahora resta que todos los que están del lado correcto del futuro lo sostengan, sin miedo, sin cálculos mezquinos. Porque la justicia social no se vetará.

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