“En la Cámara del Tabaco, la gestión se ve en los números: Jujuy mejora su posición en el FET”

“En la Cámara del Tabaco, la gestión se ve en los números: Jujuy mejora su posición en el FET”

“No es verso, son hechos”.
Hace una semana, el presidente de la Cámara del Tabaco de Jujuy, Pedro Pascuttini, se plantó en plena tormenta económica y prometió mejoras inmediatas en un contexto que combina recesión, inflación, despidos masivos y un FET golpeado por años de evasión y decisiones erradas a nivel nacional. Hoy, con los números sobre la mesa, hay que decirlo con claridad: cumplió.

En medio del golpe que significó el despido de 115 trabajadores de la multinacional Alliance One, cuando el mensaje fácil era el derrotismo (“cuando la empresa no gana, el hilo se corta por lo más delgado”), la institución eligió otro camino: gestionar, negociar y presionar para que la provincia no siga perdiendo recursos.

Los resultados están a la vista:

  • Jujuy pasa de 28% a 30,19% en el coeficiente de distribución del Fondo Especial del Tabaco para el ejercicio 2025. Es plata concreta que vuelve al productor.
  • Se deja de descontar la cuota por devolución de porcentaje a Misiones, lo que aliviana los próximos pagos.
  • La industria ya depositó los recursos correspondientes a las ventas de octubre y todo indica que noviembre y diciembre llegarán con montos superiores en relación a meses anteriores.
  • La Cámara abrió una mesa con el Banco Macro para buscar líneas de crédito específicas para los productores que necesitan oxígeno financiero.
  • Hubo reuniones operativas sobre asistencia económica, apertura de acopios, modalidades de recibo y volúmenes de compra, es decir, sobre el día a día real de la actividad.

Nada de eso cae del cielo ni es casualidad.
Es el resultado de gestión empresaria e institucional en un entorno macroeconómico tremendamente adverso.

Una economía jaqueada por la evasión y la desidia estatal

Defender la gestión de la Cámara no implica negar la gravedad del cuadro.
La cadena del tabaco está golpeada por dos factores estructurales que no dependen del productor:

  1. Contrabando y cigarrillos sin impuestos
    En provincias tabacaleras como Salta y Jujuy se venden cigarrillos que no pagan impuestos y provienen de otros países. Cada paquete que entra por la puerta de atrás es menos recaudación y, por lo tanto, menos FET para el productor.
    Cuando el control es ineficiente, se premia al contrabando y se castiga al que produce y declara.
  2. El “señor del tabaco” y el festival de cautelares
    Desde 2017, una empresa concentró una porción enorme del mercado con cigarrillos baratos, amparada en medidas cautelares que le permitieron años de evasión de impuestos mínimos. Esa misma firma hoy debe al fisco miles de millones de dólares por impuestos no pagados, y mientras tanto copó más del 30% del mercado, vaciando el FET y debilitando los ingresos de las siete provincias tabacaleras.
    La caída de la recaudación no empezó ayer: viene desde el gobierno de Macri, siguió bajo Alberto Fernández y se profundiza con el esquema tributario actual y la “Ley Bases”, que alienta paquetes más baratos y achica el 7% que corresponde al FET.
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Todo esto explica por qué, incluso con una mejora del coeficiente para Jujuy, el escenario sigue siendo delicado. Y también muestra por qué la pelea de la Cámara –en Buenos Aires, en el Congreso, en los ministerios– es estratégica para toda la familia tabacalera.

Críticas sí, anonimato no: la unidad se construye de frente

En este contexto, es legítimo que haya críticas, debates y diferencias. Nadie pide obediencia ciega.
Al contrario: una institución que administra recursos tan sensibles necesita cuestionamientos, propuestas y control, porque eso la hace más sólida.

Pero hay una línea que no se puede cruzar:

  • las descalificaciones anónimas,
  • la liviandad de un comentario en redes que destruye reputaciones sin asumir ninguna responsabilidad,
  • la operación desde el teclado mientras otros dan la cara en negociaciones donde se juega el futuro de la actividad.

La Cámara del Tabaco, bajo la presidencia de Pascuttini, ha demostrado que está dispuesta a abrir las puertas al disenso, recibir propuestas superadoras y discutir cara a cara con productores, cooperativas, gremios y proveedores.
Eso es democracia interna real.

Otra cosa muy distinta es convertir Facebook o WhatsApp en un paredón anónimo de agravios, justo cuando la familia tabacalera necesita mostrarse compacta y madura frente a evasores, contrabandistas y un Estado nacional que hace años mira para otro lado.

La unidad como activo económico

En una actividad tan regulada y tan dependiente de decisiones fiscales y de control, la unidad sectorial es un activo económico. Cuanto más divididos estemos hacia adentro, más fácil será para:

  • la evasión seguir licuando el FET,
  • las grandes tabacaleras imponer condiciones leoninas,
  • y los gobiernos de turno posponer soluciones estructurales.

La unidad no significa callar ni disciplinar.
Significa discutir fuerte hacia adentro, con nombre y apellido, y salir con una sola voz hacia afuera para exigir:

  • fin del festival de evasión,
  • control real al contrabando,
  • estructura tributaria que no castigue al productor formal,
  • y reglas de juego estables para que el tabaco siga siendo columna vertebral de la economía de los valles jujeños.

En ese marco, los hechos recientes –mejora del coeficiente, alivio en descuentos, gestión de créditos, coordinación con la banca y con la industria– muestran que la conducción actual de la Cámara no mira desde la tribuna: está en la cancha, con resultados medibles.

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Cerrar filas sin apagar el debate

Defender hoy la gestión de la Cámara del Tabaco y de su presidente Pedro Pascuttini no es un acto de fe, es una lectura objetiva de los hechos:

  • se prometió una mejora en plena crisis,
  • se trabajó en silencio,
  • y el resultado ya impacta en los números que llegarán a los productores.

Quedan muchos desafíos pendientes, nadie lo niega.
Pero la pregunta central es otra:
¿Sumamos o restamos?

Quien critique con propuestas, con datos y con presencia en las reuniones, es parte de la solución.
Quien ataca desde el anonimato y banaliza la discusión en redes, en este contexto, juega a favor de los que siempre ganan cuando el sector está dividido.

La gestión de la Cámara del Tabaco de Jujuy no es verso: los hechos y los números la respaldan.
La unidad que hoy se reclama tampoco puede ser verso: tiene que construirse con participación, respeto y coraje para debatir de frente, como lo que somos: una misma familia tabacalera defendiendo su trabajo y su futuro.

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