La visita del premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, a Tigre levantó un revuelo político inesperado. Primero desde el kirchnerismo local apuntaron contra los concejales del Frente Renovador por haberse negado a declarar ciudadano ilustre al activista argentino, cuando sí habían destacado con ese honor al futbolista Fernando Gago.

Luego, los que se llevaron una desagradable sorpresa fueron los propios defensores del gobierno nacional, que escucharon atónitos cómo Pérez Esquivel criticaba duramente a la gestión de Cristina Kirchner y sus medidas económicas.

Durante un evento en la localidad de Troncos de Talar, el reconocido luchador de los derechos humanos consideró que “hay muchas asignaturas pendientes en Argentina, entre ellas la inflación galopante que genera la falta de resolución por parte del gobierno del conflicto con los fondos buitres, restándole recursos al pueblo”.

Para el asombro de los ediles del FPV Tigre, Pérez Esquivel continuó: “Tenemos un país riquísimo, por eso es incomprensible que en Argentina se nos mueran los chicos de hambre y de enfermedades evitables. Hay que revisar las políticas públicas, para generar otros espacios”.

Pérez Esquivel no se quedó ahí. Remarcó que «Cristina negocia con Chevron, una empresa que fue condenada a pagar 9 mil millones de dólares en Ecuador y nosotros le levantamos el embargo, sometiéndonos nuevamente a tribunales de Estados Unidos y Francia. Lo mismo pasa con China y los tribunales de Gran Bretaña”.

Y agregó: “¿De que soberanía estamos hablando? Vienen al país a sacarnos todos los recursos, dejando el hambre y la miseria. Lo mismo que paso en otros países latinoamericanos. Los discursos son muy lindos, muy democráticos, pero después en la práctica no. Hay una incoherencia total y absoluta en esto”.