ENTREVISTASÁngel Rozas: “Si Macri no pegaba un ‘volantazo’ muy fuerte, nos esperaba la Venezuela de hoy”

 ENTREVISTASÁngel Rozas: “Si Macri no pegaba un ‘volantazo’ muy fuerte, nos esperaba la Venezuela de hoy”

ElParlamentario.Com || En un reportaje exclusivo con parlamentario.com, el jefe del interbloque Cambiemos en el Senado considera que “el gran mérito de Macri es haber logrado que no caigamos al abismo”. Sostiene que en el acuerdo con el Correo “no hubo delito”, pero reclama que la UCR pueda “opinar” antes de la toma de decisiones. Las expectativas electorales y el rol de Martín Lousteau.

Por Carolina Ramos
Ángel Rozas es un verdadero soldado de Cambiemos que le pone el pecho a todas las balas contra el Gobierno. Tiene muy clara la herencia que dejó el kirchnerismo y a ella se remite -aunque sin dejar de reconocer que “hubo errores”- para describir una foto de la Argentina actual. De algo se siente seguro: “Si Mauricio Macri no pegaba un ‘volantazo’ muy fuerte, nos esperaba la Venezuela de hoy”.

El legislador, gobernador de Chaco en dos períodos consecutivos y hombre de la mesa chica de Cambiemos, recibió a parlamentario.com en su refinado despacho en el segundo piso de la Cámara alta, en la previa del paro de la CGT y tras un mes de sucesivas protestas en las calles. “El Gobierno va por el buen camino”, subraya, y sostiene que “el gran mérito de Macri es haber logrado que no caigamos al abismo”.

Rozas observa que “hay algunos sectores minoritarios con características destituyentes”, pero descarta que “esté en riesgo la democracia”. Además, desaprueba el mito de que Macri “gobierna para los ricos”, al asegurar que “es una estigmatización que inventó el kirchnerismo”. Y retruca: “Sacar a 12 millones de pobres en 15 meses no es magia”.

El radical se pone incómodo al hablar de los conflictos de intereses que involucran al jefe de Estado y algunos funcionarios. Se revuelve en su sillón, duda unos segundos. Finalmente, opina que en el caso del acuerdo con el Correo “no hubo delito” y se muestra “convencido de que éste es un gobierno honesto”. “La preocupación de Macri no está en hacer dinero desde la Presidencia, sino en cambiar el rumbo de la Argentina”, resume.

En otro pasaje de la entrevista, señala que el radicalismo está “bien representado” en el Gobierno y que el reclamo no consiste en más espacios de poder, sino en poder “opinar sobre las decisiones de fondo”. “Podemos ayudar a evitar cometer errores evitables”, garantiza. Asimismo, considera al ahora ex embajador Martín Lousteau “un correligionario” y afirma que “en la mayoría de las provincias” la UCR “tiene muy buenos candidatos en condiciones de encabezar las listas”.

– ¿Cómo describiría una foto del Gobierno hoy, tras un mes de sucesivas marchas en las calles?

– El gobierno de Cambiemos va por el buen camino, que es el cambio al que apostó mayoritariamente el pueblo argentino. Lo que pasa es que hay sectores de la población argentina que están reclamando soluciones más rápidas, que son entendibles y legítimas, pero desde el punto de vista institucional sabemos por qué todavía no le está llegando esa buena nueva a vastos sectores de la población: es porque hemos recibido una herencia realmente pesada del kirchnerismo. Un país con un Banco Central vaciado, con default, aislado del mundo, un déficit muy alto, cinco años de no generar un solo puesto formal de trabajo, cinco años sin crecimiento de la economía. El gran mérito del gobierno de Mauricio Macri es haber logrado que no caigamos a un abismo que parecía inevitable. A veces cuando hay sinceramiento de la economía, hay medidas que son duras pero que hay que tomarlas para estar mejor en un futuro inmediato. Si Macri no pegaba un ‘volantazo’ muy fuerte, nos esperaba la Venezuela de hoy, y eso sí hubiese sido muy grave para la Argentina.

– ¿Pero cree que está en riesgo la democracia?

– Yo no creo que la democracia esté en riesgo. Lo que es preocupante es que haya algunos sectores minoritarios con características destituyentes. Lo hemos visto en la Plaza del 24 de marzo, que es una fecha emblemática para todos los argentinos. Algunos hasta se creen los dueños de esa fecha, los dueños de los Derechos Humanos, reivindicando las guerrillas armadas, mostrando un helicóptero para pedir que Macri se vaya antes de terminar el mandato… son señales claras de que tienen poco de vocación democrática, y eso es muy malo para el país. Por eso hubo una reacción el 1ro. de abril, en una marcha autoconvocada por la propia gente, porque eso no lo motivó el Gobierno ni los partidos que integramos Cambiemos, sino que fue la propia gente la que salió a decir ‘basta al pasado’, ‘apostemos al futuro’.

– ¿Hasta qué punto es posible culpar a la herencia?

– Yo no creo que el gobierno de Cambiemos actúe con la soberbia de creer que somos perfectos ni mucho menos los mejores del mundo. Un gobierno comete errores y aciertos. Hay que ver al final del mandato cuáles de los dos pesan más en la balanza. No se puede pedirle a Macri que resuelva los problemas de fondo en 15 meses, después de una crisis estructural muy fuerte. No es que Macri generó en 15 meses los 12 millones de pobres. Es cierto que se incrementó un poco la cantidad, pero en realidad los que construyeron 12 millones de pobres fueron los que estuvieron antes. Sacar a esos 12 millones de pobres en 15 meses no es magia. Hoy por hoy se está viendo una pequeña reactivación, si bien no en la medida que nosotros queremos. Yo entiendo que hay sectores de la población que no la están pasando bien, y van a tener que tener un poquito de paciencia para empezar a ver que hay una Argentina cada día mejor.

– Se generó el mito de que Macri gobierna para los ricos…

– Es una estigmatización que inventó el kirchnerismo para ponerle un sello al Gobierno. En ningún año de los 12 años de kirchnerismo se hizo una inversión fiscal en materia de derechos sociales como hizo en 2016 el gobierno de Mauricio Macri. Yo desafío a cualquier kirchnerista a que tomemos Presupuesto por Presupuesto y veamos la inversión en políticas sociales: lo de Macri en 2016 fue impresionante, empezando por la Reparación Histórica a los jubilados, la reducción del IVA de la canasta básica para quienes reciben la AUH y otros beneficios, y 30 mil millones (de pesos) destinados a políticas sociales (con la Ley de Emergencia). Por eso decir que Macri gobierna para los ricos es una estigmatización política que busca poner a Macri en esas condiciones frente a la sociedad argentina.

– Este año salieron a la luz distintos casos de conflicto de intereses que involucran directamente al presidente y funcionarios, ¿cómo afecta esto a la UCR, que forma parte de este gobierno y, de alguna manera, queda pegada a estos escándalos?

– Yo creo en la buena fe del presidente y estoy convencido de que es un gobierno honesto, que pudo haber cometido errores -y los cometió-, pero tuvo la grandeza que para mi han tenido pocos presidentes, de reconocer el error y dar marcha atrás. Yo no creo que en el tema del Correo haya habido delitos. Pudo no haber prevenido alguna sensibilidad especial en la sociedad argentina, pero delito no cometió. Por lo tanto, nosotros apostamos a la buena fe del presidente y confiamos en su honestidad. Creo que su preocupación no está en hacer dinero desde la Presidencia de la Nación, sino en cambiar el rumbo de la Argentina.

– Por otra parte, ¿cómo está parada la UCR a nivel electoral, teniendo en cuenta la intención de encabezar listas en casi todos los distritos?

– Esta semana se reunió en La Plata la Convención Nacional de la UCR con una masiva presencia de convencionales –cerca de 300- de las 24 provincias. Allí una de las cosas que se consagró casi por unanimidad fue no sólo el acompañamiento al Gobierno, sino que nosotros nos sentimos parte indisoluble de Cambiemos, porque somos cofundadores. Ahora va a empezar un debate con el Pro, la Coalición Cívica y el partido FE por el tema de las candidaturas, y es lógico que así sea en cualquier partido o coalición política. Yo creo que el radicalismo está muy bien posicionado. En la mayoría de las provincias, según las encuestas, tenemos muy buenos candidatos que están en condiciones de encabezar las listas. Pero yo aspiro a que lo hagamos con madurez política y que sepamos que tenemos el gran desafío de hacer una Argentina de cambio, donde le vaya bien no a los dirigentes, sino al pueblo. Veremos si estamos a la altura de los desafíos, para eso estamos trabajando. Somos optimistas, creemos que nos va a ir muy bien en las elecciones, que la gente va a apostar al cambio, lo cual no quiere decir que hayamos hecho todo excelentemente bien.

– Este lunes renunció Martín Lousteau como embajador en Estados Unidos, ¿apuestan a que su candidatura obligue al Pro a abrir Cambiemos en la Ciudad?

– Lousteau está trabajando en la UCR. No sé si es parte indisoluble, pero es parte de una coalición (ECO) en la que la UCR es una estructura política muy importante en la Ciudad de Buenos Aires. Nosotros lo consideramos un correligionario. Yo también me vi sorprendido por su renuncia. Se rumoreaba que podía renunciar en algún momento, esto no era novedad, pero no pensé que lo iba a hacer ahora. Yo todavía no hablé con él ni con nuestros dirigentes de la Capital para saber cuál ha sido el motivo de fondo de su renuncia, si es ser candidato o venir a trabajar sin serlo. Él tiene deseos seguros de ser el futuro jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2019, lo ha dicho públicamente hasta el cansancio, pero no estoy en condiciones de decir si se va a presentar ahora o no.

– ¿Se sienten lo suficientemente escuchados dentro del Gobierno?

– En esto hay un poco de confusión. Muchos periodistas me preguntan por los radicales que reclaman más espacios. Pero me parece que no es ése el reclamo de algunos sectores del radicalismo. Nosotros estamos bien representados: tenemos varios ministros, varios secretarios de Estado, varios funcionarios, muchos más de los que la gente supone. Lo que reclaman algunos radicales no es la cotidianeidad de gobernar -porque eso es facultad inexcusable del presidente de la Nación-, sino que antes de que el presidente tome una definición en algunos temas profundos y centrales de la política, nosotros queremos opinar. Después, como tenemos un sistema presidencialista, aceptamos que el presidente tome las decisiones que crea más correctas. En esto estamos todos los radicales de acuerdo. Queremos participar en esas decisiones de fondo con nuestra opinión. Esto no me parece un pecado, me parece que podemos ayudar a evitar cometer errores evitables. No es que la UCR reclama ser más escuchada, sino que se produzcan algunos debates previos. Pero nosotros nos sentimos cómodos con esta alianza.

– Este gobierno descansa mucho en estrategias de marketing como timbreos y redes sociales, ¿cree que hay cierto vaciamiento de la política?

– El Gobierno, como todo nuevo gobierno, ha evolucionado favorablemente. Para mi la política tiene tres ejes indiscutibles, que son la gestión, la acción de gobierno propiamente dicha y la comunicación. Hoy, después de 15 meses, creo que el Gobierno está tratando de complementar armoniosamente estos tres ejes, y si logra a hacerlo va a ser muy fructífero para Cambiemos y para el país.

– Por último, se presentó con acuerdo multipartidario un proyecto para implementar el juicio en ausencia, ¿por qué creen que este mecanismo servirá para resolver la causa del atentado a la AMIA?

– Es una muy buena iniciativa del Gobierno y de casi todos los bloques parlamentarios. Con esta tradición jurídica de que cuando un imputado está rebelde no se puede continuar con la causa, lo que hacemos es que desaparezcan y así consagramos la impunidad. Eso conlleva a que no llevemos ninguna solución jurídica ni a las víctimas ni a familiares afectados por violación a los Derechos Humanos, y a que tampoco cumplamos con el principio constitucional de conocer la verdad, porque esa es la finalidad última de la Justicia. El juicio en ausencia no significa que como el imputado no está presente vamos a poder hacer lo que queramos. En el proyecto de ley se especifica claramente que el debido proceso y la defensa en juicio están absolutamente garantizados, porque si el acusado no se presenta en los primeros seis meses, el juez le designa un defensor oficial, y si se llegara a presentar en cualquier momento del juicio, el juicio vuelve a ‘foja cero’ y se inicia de nuevo con su presencia. Lo que no queremos es que se consagre como norma la impunidad.

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