¿Una capa de maquillaje k?

 ¿Una capa de maquillaje k?

Por Ignacio Ros

Sucede en algunos equipos de fútbol. Vienen jugando por abajo, con un estilo bien definido, y -si ven que no pueden levantar el marcador- a falta de 15 minutos ponen a un nueve de área, grandote, tosco pero buen cabeceador para tirarle centros a la olla.

Atrás queda la idea de juego que se venía pregonando y el estilo que se construyó. Para algunos es pragmatismo, para otros improvisación pura. Lo cierto es que algo de eso podemos observar en los últimos movimientos del Gobierno.

Algunos principios que fueron columna vertebral del Gobierno de Cristina de Kirchner comenzaron a caerse. Al principio, la salida de Guillermo Moreno con jubilación en la embajada de Roma, parecía más una maniobra para cuidar al funcionario leal que un cambio de tendencia. Sin embargo hay algunos movimientos fuera del libreto.

Por sólo recordar algunas cosas, la Presidente repitió hasta el cansancio que en durante su gobierno los especuladores no ganarían con una devaluación. Hoy la caída del peso contra el dólar marca un 51% anualizado en lo que refiere a los últimos 30 días.

Otro de los pilares era la expansión monetaria en una dinámica de consumo al rojo vivo. «El Banco Central  bajó -recuerda un informe de la consultora Econométrica- «la tasa de creación de dinero (del 40% al 27%), incrementando el ritmo de devaluación (de 5% al 24%) y a subiendo las tasas de interés (de 14% al 18%)».

Los acuerdos con empresas que estaban en juicio con Argentina ante el CIADI, el preacuerdo con Repsol para una salida al conflicto que se efectuaría a través de un pago a la petrolera española de US$ 5.000 millones en bonos (faltan garantías importantes), la posibilidad de volver a emitir, el acercamiento al FMI y el enfoque de la inflación son otros cambios que en cuestión de instantes se empezaron a publicitar.

Esa maldita inflación

La semana pasada la Cámara Federal confirmó el procesamiento de Guillermo Moreno por abuso de autoridad y el juez Claudo Bonadío cerró la investigación en torno a la distribución de estadísticas de inflación que publicaban las consultoras.

Hoy, con una silla en la secretaría de Comercio Interior que ni siquiera alcanzó a enfriarse, la visión es otra. «La idea es bajar la presión y que cada uno publique lo que quiera», señaló una fuente del equipo de Axel Kicillof, según consignó el diario La Nación. Le recuerdo que el Gobierno no cambio, simplemente se fue un funcionario.

Las multas impuestas por Moreno quedaron sin efecto. La Corte estableció que estas firmas no realizaron publicidad engañosa ni violaron la ley de lealtad comercial.

Al cierre de esta columna, el directorio del FMI estaba analizando en nuevo IPC nacional que desarrolló el Gobierno para salir de la lista negra del organismo. Según adelantó Ámbito, el voto del organismo que comanda Christine Lagarde sería positivo. Los más optimistas hablan de un primer paso para cerrar años de diferencias con el Fondo y reinsertar al país en los mercados mundiales.

Todavía no descorche

No le voy a mentir, algunos cambios de los que se están dando fueron pedidos incluso desde esta misma columna. No me refiero a la devaluación ni a la suba del dólar tarjeta, pero sí a reducir los conflictos judiciales en lo comercial que tiene el país y el hecho de empezar a mirar la inflación con otros ojos.

Sin embargo, todavía no llegaron las medidas de fondo, ésas que el Gobierno deberá tomar para que este aparente cambio de ruta sea se materialice. ¿Tendrá el coraje? ¿Aceptará llevar a adelante aquellas iniciativas necesarias pero impopulares?

Pasemos en limpio. Si estuviera la decisión firme de medir bien la inflación hoy, ya se estaría haciendo, a través del INDEC, como se realizó hasta 2007, previo a su intervención. Sabe cuándo empezó a manejarse la posibilidad de una asesoría del FMI, en 2009. Años llevó este proceso que -aún si termina de manera positiva- no sería una solución inmediata. En febrero se conocerían los primeros resultados, pero habrá que esperar un año para tener una buena comparación y poder seguir la evolución del aumento del costo de vida.  Suena a comprar tiempo…

Por otra parte, si el acercamiento al Fondo es real, el Gobierno deberá aceptar el artículo IV -que todos los demás miembros del club avalan- el cual establece la auditoría de las cuentas nacionales. A lo largo de los gobiernos kirchneristas este punto fue repudiado, pero es esencial.

Si lo que se quiere es una reinserción total en el mundo financiero, el país deberá pagar su deuda con el Club de París que -contabilizando los intereses- se ubicaría en torno a los US$ 9.750 millones.

Hoy las reservas rondan los US$ 30.400 millones, se subió el dólar tarjeta, pero el Banco Central tiene que seguir vendiendo. El viernes fueron nada menos que US$ 180 millones los que puso sobre la mesa para controlar el contado con liquidación y el blue. No se sabe muy bien cuál es la estrategia, pero sí que hay un plazo tope para aplicarla. El titular de la entidad, Juan Carlos Fábrega, pedirá a los bancos que capten más depósitos en dólares, quizás elevando la tasa. No obstante, no es una tarea sencilla.

Las subsidios también deberán ser revisados y la «sintonía fina» deberá llegar para que los recursos en un país de elevadísimo gasto público no se vuelquen a pagar facturas domiciliaras de gas en Puerto Madero.

Se ven algunos atisbos de cambio, ciertamente impensados para este Gobierno, algunos en el sentido correcto y otros profundizando errores del pasado.

No obstante, los problemas de fondo siguen esperando su solución real.

Habrá que ver si el nueve de área entró para marcar la diferencia o para que el director técnico no se vea inmutable ante la derrota.

Para conversar sobre éste y otros temas de la economía local, te invito a seguirme en Twitter: @IgnacioRos.

Compartí:

Noticias Relacionadas

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.