Fallo clave: la Cámara Electoral rechazó reimprimir las boletas de LLA y Buenos Aires queda atada al “efecto Espert”

Fallo clave: la Cámara Electoral rechazó reimprimir las boletas de LLA y Buenos Aires queda atada al “efecto Espert”

La Cámara Nacional Electoral cerró la discusión: no habrá reimpresión de boletas para La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. En el cuarto oscuro seguirán figurando las papeletas con José Luis Espert como primer candidato, aun cuando hoy la lista esté encabezada por Diego Santilli. El tribunal, fiel a su doctrina de estabilidad del proceso y respeto de los plazos, priorizó la certeza electoral por sobre modificaciones de último minuto.

La consecuencia política es inmediata: LLA llega a la elección con una boleta desactualizada en el mayor distrito del país. Eso expone al espacio a confusión de electores, incrementa el voto nulo por error y obliga a un operativo pedagógico frenético para explicar que la boleta “con Espert” sigue siendo válida para votar a Santilli. Es una desventaja autoinfligida, producto de decisiones tardías y una mala gestión de la logística electoral.

En la provincia que concentra casi cuatro de cada diez votos, un tropiezo de esa magnitud puede ser letal. Si Buenos Aires penaliza a LLA con una merma de sufragios por confusión o rechazo a la “boleta vieja”, el golpe nacional se amplifica: ningún buen desempeño en distritos medianos compensa una caída en el conurbano y el interior bonaerense.

El peronismo, que ya venía capitalizando el desgaste social por la recesión y la caída del salario, encuentra aquí un freno adicional al oficialismo: orden de boletas, estructura aceitada y un mensaje simple en el territorio. Mientras LLA explica, el peronismo milita. Mientras unos discuten papelería, otros convierten malhumor en voto.

Desde el punto de vista institucional, el fallo también marca un límite saludable: las reglas no se reescriben a días de la elección. Los cambios de candidaturas y alianzas tienen costos administrativos y políticos que deben asumirse sin pretender trasladarlos a la justicia ni a los contribuyentes con reimpresiones millonarias.

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En términos operativos, a LLA sólo le queda mitigar daños: fiscalización agresiva, señalética clara en los accesos, comunicación directa en redes y medios para repetir que la boleta es válida y que el nombre impreso no altera la lista oficializada. Pero la política no se hace sólo con posteos: hace falta músculo territorial que hoy el peronismo exhibe con ventaja.

Si el “efecto Espert” termina empujando a LLA a una derrota amplia en Buenos Aires, el mapa nacional se reconfigura: pierde el dique que contenía una caída mayor y se consolida un mensaje plebiscitario contra el rumbo económico. El peronismo no sólo aparece como el freno; aparece como la única fuerza con capacidad de reemplazo y gobernabilidad en el principal distrito del país.

Moraleja de campaña: la improvisación se paga en votos. En una elección pareja, una boleta mal resuelta puede valer una banca… o una elección. Aquí y ahora, ese costo amenaza con escribirse en letras bonaerenses.

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