LIBERTADOR GENERAL SAN MARTÍN | CRISIS SOCIAL
En Libertador General San Martín se vive una crisis social de extrema gravedad. Más de 60 familias que durante 23 años sostuvieron la tradicional Feria Teodosio López —un espacio de economía popular, producción local y trabajo digno— fueron abruptamente desalojadas por decisión del Ejecutivo municipal. La medida, ejecutada con violencia y sin alternativas de reubicación, dejó a decenas de trabajadores en la calle, sin ingresos y perseguidos por fuerzas policiales cada vez que intentan vender sus productos.
Este martes, representantes de los feriantes encabezados por Jacqueline, vecina y trabajadora del predio, se hicieron presentes en el Concejo Deliberante para entregar una nota formal, acompañada de centenares de firmas de apoyo vecinal. Exigen una solución urgente, de carácter social y humanitario, al cuerpo legislativo. La nota, dirigida al presidente del Concejo, René Álvarez, fue entregada en mano y registra el pedido de audiencia y tratamiento de un proyecto de ordenanza que permita a los trabajadores volver a ejercer su actividad en condiciones dignas.
“El intendente nos dio la espalda. Nosotros lo apoyamos en campaña, lo votamos, y hoy nos echa como delincuentes”, denunció Jacqueline, visiblemente emocionada. “No somos ambulantes, pagamos impuestos, tenemos todo en regla, y sin embargo, somos perseguidos”.
Una situación insostenible

La medida no solo dejó a decenas de feriantes sin su fuente de ingresos. También rompió redes familiares y comunitarias que durante años tejieron vínculos de producción, confianza y consumo con los vecinos. Muchos de ellos, además, compran la mercadería con crédito, pagan proveedores y sostienen otras fuentes de trabajo indirecto. “Nos persiguen, nos dicen que no podemos vender, nos hostigan con inspectores y policías. Nuestra mercadería se echa a perder, las boletas siguen llegando, y no tenemos cómo sostener a nuestras familias”, relató una de las damnificadas.
La situación de Libertador no es un caso aislado. En todo el país, la economía social y popular está siendo diezmada en nombre de una política de “orden urbano” que borra a los trabajadores independientes del mapa sin proponer alternativas reales. En un país con más de un 50% de pobreza infantil, con inflación y desempleo récord, cerrar ferias y castigar al que trabaja es un acto cruel e irresponsable.
El Concejo Deliberante, ante la encrucijada
Por ahora, los concejales prometieron analizar el pedido y dar respuesta. Pero el tiempo apremia. Cada día sin trabajo es una herida más en el tejido social de Libertador. Los trabajadores esperan ser llamados, escuchados y, sobre todo, reincorporados. Saben que su lucha no es solo por un puesto en una feria, sino por el derecho elemental al trabajo en paz.
“El intendente quiso embellecer la ciudad echándonos. Pues que embellezca sin destruirnos. Nosotros queremos seguir donde siempre estuvimos, pero con mejoras, con reglas claras, con derechos. No somos descartables”, sentenció Jacqueline.
Una advertencia que resuena en todo Jujuy
Este conflicto interpela a toda la dirigencia provincial. ¿Qué modelo de ciudad se está construyendo si se persigue al que produce, al que vende, al que resiste en el día a día con su esfuerzo? ¿Qué democracia se sostiene si se ignora la voz de los más humildes?
Desde el Norte Grande, la historia de la Feria Teodosio López se transforma en símbolo. Porque en esta tierra olvidada, la dignidad no se negocia.