Fernández se guarda un as en la manga si llega a la Casa Rosada: el eventual salvataje financiero de China

 Fernández se guarda un as en la manga si llega a la Casa Rosada: el eventual salvataje financiero de China

Alberto Fernández sabe que si llega a la Casa Rosada deberá reestructurar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y enfrentar años complicados con una Argentina acorralada por la crisis económica y financiera. Sin embargo, Fernández ya tiene un as en la manga para acompañar la compleja negociación con el FMI: un potencial financiamiento de China para capear una tormenta política de consecuencias inéditas.

El candidato presidencial del Frente de Todos buscará un salvataje (bailout) económico de Beijing, si gana las elecciones y tiene que negociar una prorroga del Stand By Agreement cerrado por Mauricio Macri con el FMI. Esta estrategia fue confirmada a Infobae por los analistas de política exterior del Frente de Todos y su referente económico Guillermo Nielsen, quienes ya hablan del«salvavidas financiero llamado China».

Como se trata de un complejo asunto de geopolítica, adonde siempre aparece presenta la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la novedosa estrategia financiera de Fernández se mueve entre bambalinas y con las mayores reservas diplomáticas.

En este contexto, Infobae tiene confirmado que Fernández mantuvo una reunión informal con el embajador de China en Argentina, Zou Xiaoli, donde hablaron de las futuras relaciones entre ambos países. Ocurrió antes de PASO, y el compromiso fue retomar las conversaciones cuando concluya la contienda electoral.

Sin embargo, el vocero del candidato presidencial del Frente de Todos, Juan Pablo Biondi, negó que haya existido ese encuentro y aclaró que «por ahora Alberto no hablará nada sobre China».

En la página oficial de la embajada china no aparece este cónclave informal, mientras que el secretario político de la sede diplomática, Yi Yuanging, aseguró  a Infobae que no recordaba la reunión entre Fernández y el embajador Zou.

Desde los tiempos de Mao, cuando la diplomacia era reservada entre Beijing y los estados occidentales, sus embajadores jamás niegan los encuentros ante una pregunta de los periodistas. Sólo decían: «no me acuerdo».

Jorge Taiana, el ex canciller de Cristina Kirchner y actual asesor de Alberto Fernández también mantuvo reuniones con el embajador chino. Lo mismo hicieron varios referentes de política exterior del Instituto Patria con el embajador Zou donde le comentaron la necesidad de estrechar lazos entre ambos países.

«No debemos involucrarnos en la pelea entre China y Estados Unidos porque no es nuestro problema. Lo que sí diría es que Estados Unidos quiere que China no ingrese a América Latina, que le preste a América Latina la atención que China le presta. Lo que no puede es pedirnos que renunciemos a inversiones que él no cubre tampoco», opinó Fernández ante los medios locales.

En este escenario, la eventual ayuda financiera de China a un posible gobierno de Fernández puede ser una herramienta necesaria ante la crisis económica y financiera. El candidato presidencial ya sabe que la negociación con el FMI será larga y extenuante.  

El economista Nielsen -que asesora a Fernández en tema de deuda externa- utilizó una metáfora para hablar de un eventual salvataje chino.  «El mundo financiero es como un océano. Uno puede bucear en aguas más profundas: hoy existen recursos. Es fácil financiarse. Básicamente, se cuenta con el G7, China, los Tigres Asiáticos. Todos tienen acceso a un pool de recursos muy grandes», precisó.

Claro que en el Frente de Todos hay una amplia variedad de matices sobre el andamiaje en que se debería sustentar la relación con China. Tan amplio es ese abanico como la cantidad de interlocutores que hay para la política exterior del kirchnerismo.

Financiamiento puro y proyectos

En el grupo de asesores más estrecho de Alberto Fernández en política exterior que lidera el ex canciller Jorge Taiana y Jorge Argüello figura la idea de una relación «estratégica integral» con China. Esto es: cooperación económica en infraestructura, agricultura, minería, energía y hasta financiamiento directo en moneda extranjera.

En un trabajo que publicó en su portal de Embajada Abierta, Argüello dijo que «hay que apurarse: si China sigue creciendo así, en diez años la sede central del FMI se trasladará a Beijing» y remarcó que «en América Latina, el avance chino recortó la influencia de Estados Unidos y la UE. Es ahora principal o segundo socio comercial de la mayoría de los países sudamericanos, proyecta un intercambio de 500 mil millones de dólares con la región en la próxima década e inversiones recíprocas de 250 mil millones en energía y grandes infraestructuras regionales, desde represas a accesos fluviales y corredores bioceánicos».

Allegados a Taiana. otro asesor en política exterior de Fernández,  comentaron a Infobaeque el ex canciller es de la idea de mantener con China una relación estrecha donde no se descarta aumentar los giros de yuanes en swaps al Banco Central para sustentar el agujero de reservas que eventualmente pueda dejar Mauricio Macri.

Macri recibió a su par de China Xi Jinping el año pasado en Olivos© Proporcionado por THX Medios S.A. Macri recibió a su par de China Xi Jinping el año pasado en Olivos

Xi Jinping y Macri mantuvieron un vínculo a pesar de la cercanía de la Argentina con Estados Unidos

También están los asesores de la línea de Cristina Kirchner, nucleados en el Instituto Patria, como Eduardo Sigal, Oscar Laborde, Carlos Raimondi o María del Carmen Alarcón, que creen en que «la relación con China se dará como algo natural donde China será un actor que tendrá mucho peso» en la resolución de la crisis económica en Argentina.

Y figuran también como interlocutores más satélites en el Frente de Todos como el empresario Carlos Spadone, que entienden la relación de Argentina y China como «necesaria y salvadora».

«China deberá ser nuestro socio y salvador si es que queremos salir adelante como economía ya que hay mucho interés de invertir aquí», expresó Spadone a Infobae. Este empresario aliado al kirchnerismo está convencido que se puede desarrollar un amplio menú de proyectos de Beijing en el país «sin la necesidad de invadir de chinos la Argentina».

Bancos y garantías

Claro que no todo parece tan sencillo de encarar. El actual embajador argentino en Beijing, Diego Guelar, suele decir que los bancos chinos podrán prestar dinero a la Argentina pero siempre buscarán sustentar esto en un «crédito prebendiario». Es decir, que la moneda de cambio será el reclamo de garantías en el petróleo y gas de Vaca Muerta o en el litio del norte argentino.

También existe el fuerte interés de China por hacer pie en la Argentina en proyectos como las represas de Santa Cruz y la construcción de una central nuclear con tecnología integramente china. Este acuerdo por 9.000 millones de dólares de un préstamo que la administración de Xi Jinping iba a cerrar con Macri acaba de caerse por la situación complicada de la Argentina. Es la tercera vez que Beijing debe abandonar ese proyecto por reparos o problemas domésticos que impone el gobierno de Macri.

El Exim Bank de China o el Banco de Desarrollo de China son las caras visibles que tendrá el Estado chino para eventualmente girar divisas a la Argentina. Pero ninguno de estos bancos prestará fondos a un eventual gobierno de Alberto Fernández si a cambio no hay garantías reales llamadas recursos naturales.

© Proporcionado por THX Medios S.A.

El embajador de China recibió a Taiana y Gioja en la sede de la embajada en Argentina

En el Frente de Todos coinciden en que la relación que supo entablar Cristina Kirchner en su momento con China deberá ser reflotada. Después de todo, a Beijing no le fue nada mal tras ese vínculo estrecho: hizo pie en proyectos de infraestructura en la Argentina, aprovechó la compra de soja a bajos costos y finalmente logró instalar la estación espacial china en Neuquén cuyo uso dual (militar y civil espacial) está en severos cuestionamientos ya que depende direcatmente del Ejército Popular de China.

El G5 y el ingreso de Huawei

En el medio de todas estas negociaciones también hay un tema que a China le interesa sustancialmente y es el ingreso en América latina del G5 bajo la tecnología de la gigante Huawei. Esta es la pulseada de fondo que Xi Jinping tiene hoy con Donald Trump y que contempla la seguridad nacional mundial.

El actual secretario de Modernización Andrés Ibarra acaba de elaborar un «plan de despliegue del 5G en la Argentina». Según ese informe reservado al que tuvo acceso Infobae, ya se lanzó una convocatoria donde prestadores, fabricantes de equipos, academias y otros sectores interesados harán sugerencias sobre la nueva red 5G.

La intención de Macri era instalar esta red que suplantará al actual 4G para el 2021 y se preveía un amplio abanico de consultas con proveedores tecnológicos de China, Estados Unidos, Chile, Gran Bretaña, México y Perú. Pero todo esto quedó en stand by hasta que se defina el resultado electoral de octubre.

No se trata de una tarea sencilla por el simple hecho de que detrás de la gigante Huawei se encuentra el Estado chino que todo lo vigila y donde no hay control alguno más allá del politburó que manejea Xi Jinping.

Desde el Frente de Todos hay una idea preconcebida de lo que implica esta guerra entre China y Estados Unidos por el avance del 5G en el mundo.El ex canciller Taiana acaba de publicar un trabajo para la revista Mundosur que elabora un grupo de intelectuales del kirchnerismo y allí destacó: «el gobierno estadounidense prohibió a las empresas norteamericanas proveer de insumos a las empresas chinas Huawei y ZTE, tratando así de romper la cadena productiva global. Unos días después -recaló el el canciller de Cristina Kirchner- Google decidió suspender sus vinculaciones con Huawei, obligándola a crear sus propios códigos operativos».

Para que no queden dudas de la postura del Frente de Todos en este espinoso tema Taiana remarcó que «detrás de esta ‘guerra comercial’ existe el claro objetivo de impedir que China logre, en el futuro, el liderazgo científico-tecnológico global y también implica la subordinación de los países que consideran aliados».

Desde esta misma lógica habrá que evaluar si Alberto Fernández está dispuesto a cambiar de aliados en el caso de llegar a la Casa Rosada o si la subordinación económica al FMI no pasará a ser en el futuro subordinación a Beijing.

No sería descabellado pensar que Alberto Fernández decida abrazar al régimen chino. Después de todo acaba de sostener que el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela no es una dictadura.

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