En Jujuy; el desempleo y las miserias saltaron por el aire

Finalmente el gobierno no pudo tapar bajo la alfombra las ridículas cifras de contención laboral que difundía. El conflicto policial desnudó que el relato solo era un cuento, que ayer se hizo demasiado cruel para los jujeños.
Jujuy. 10.12.2013
Hoy se conmemoran 30 años del retorno de la democracia, recuperarla costó coraje y dolor, tanto a nuestra argentina, como a nuestro Jujuy.
Sin embargo, en nuestra provincia, tras un día feroz de saqueos e impotencia, no hay nada que festejar, ya que las conquistas alcanzadas por los diferentes gobiernos que tomaron el control del país, y de la provincia, se ven desvirtuadas por la asimetrías siempre constantes y las enormes deudas sociales que el INDEC metió bajo la alfombra, sepultando con esa actitud, la pobreza escandalosa de nuestra provincia, por ejemplo.
La muerte de dos personas ocurridas en la jornada de ayer por episodios de saqueos (San Pedro de Jujuy / Perico), resultan pérdidas irreparables, no solo por la invalorable vida humana, sino porque tras 30 años de ejercer la democracia los indicadores del desarrollo humano en Jujuy, siguen en retroceso, es decir, poco y nada hemos aprendido.
El conflicto salarial desatado por los magros salarios que perciben las fuerzas del orden público, hombres y mujeres pobres según sus recibos de sueldos, responsables además de la seguridad de la provincia, desencadenó en la muerte de dos personas, un adolescente en Perico y un joven en la ciudad de San Pedro; siendo el saldo la consecuencia terminal de una provincia que perdió toda aspiración de defender el sistema federal fundacional, ya que Jujuy, es solo una delegación con 800.000 almas arrodilladas, donde dependemos de manera absoluta del poder central, el cual aporta el 92% de los recursos para el sustento del estado.
Los hechos acaecidos en la jornada de ayer, no pueden circunscribirse a un reclamo salarial de las fuerzas públicas, representan además la síntesis del grado de desempleo y exclusión social que existe en Jujuy; los semejantes que salen a realizar los actos vandálicos, son personas que el estado abandonó, son argentinos excluidos del sistema educativo, impedidos de ingreso al circuito laboral, expulsados del ascenso social, condenados a la supervivencia en el gris de la informalidad, sumidos en las prácticas oscuras del vandalismo, el narcotráfico y la vagancia generada desde la desidia por ausencia de planificación, ya que durante todo el año se radicaron más de 100 mil denuncias por hurtos, robos, violaciones, asesinatos en ocasión de robo, asaltos, atracos, llevando a los vecinos a cortar rutas nacionales en reclamo de seguridad.
El gobierno jujeño, no supo dar repuestas laborales, los 30 puntos de desempleo real en la provincia saltaron por el aire; flagelo denunciado por el observatorio social de la Universidad Católica Argentina, realidad impunemente ocultada por el gobierno nacional (INDEC) y el propio gobierno provincial (DIPPEC).
Se supone, que en un cuadro de situación como el que atravesamos los jujeños, realizar críticas podría considerarse un aporte negativo, pero cuantas veces los medios independientes fuimos señalados como los pregoneros de fantasmas del fracaso, y hoy lamentablemente la realidad hace visible un Jujuy marginal, hoy los hechos revelan los escándalos que se cosechan cuando se ha sembrado impunidad, cuando se dieron pésimos ejemplos en transparencia, cuando no se genera confianza rindiendo cuentas al pueblo, cuando nada se hace para mejorar la gestión pública en un país donde están bajo sospecha de enriquecimiento ilícito desde el presidente, hasta un concejal en Perico; cuando no se logró una mejor distribución del ingreso, ni se alcanzaron metas de empleabilidad.
Los parches y remiendos, sujetos a una inflación insoportable, terminaron con todo intento de recuperar un Jujuy de perfil industrial, con un amplio desarrollo de la actividad privada. Hoy estamos sumidos bajo el yugo del clientelismo político. con el monopolio de un estado empleador en el juego de la compra de voluntades.
Jujuy, tiene un problema, las estadísticas ocultas, deben salir a la luz, debe haber una mesa amplia para discutir ideas y propuestas, Jujuy debe marchar hacia una convergencia que permita recuperar objetivos para abrazar un proyecto colectivo superador, desde el mesianismo, el hiperpersonalismo y la verticalidad insensata de los mandos políticos, no habrá repuestas a las demandas de la sociedad.
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Estamos de duelo por las 12 personas que murieron por inhalación de monóxido, en una vivienda de la localidad jujeña de Caspalá. En la posibilidad de un suicidio en grupo al estilo finlandés En tanto que Jujuy es el lugar con la taza de suicidio más alta del país. Desde luego, no se trata de problemas económicos y que el bienestar material por sí mismo no garantizaría la felicidad de la persona. El drama esta creado por los planteos que el GOBIERNO está llevando, como los problemas de la desigualdad, ya sea económica social o educativa. LA RESPONSABILIDAD ES DEL ESTADO, que debe indemnizar o reparar los daños.