En un movimiento inesperado pero prometedor para el sector de la construcción y el mercado inmobiliario, el Gobierno ha oficializado la eliminación del Programa Crédito Argentino (ProCreAr) y ha lanzado un nuevo sistema de financiamiento a través de hipotecas divisibles. Este cambio, publicado en el decreto 1018/24, marca un antes y un después en la política de vivienda en Argentina, dando paso a un esquema de financiamiento basado en bancos privados y públicos, sin subsidios estatales.
La decisión de disolver el Fondo Fiduciario del ProCreAr, creado en 2012, responde a la necesidad de reducir el gasto público y transferir el peso del financiamiento de proyectos de construcción a la iniciativa privada. Firmado por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos, y el ministro de Economía Luis Caputo, el decreto estipula que la liquidación del fondo será ejecutada por el titular de la cartera económica, cerrando así un capítulo de políticas estatales en el ámbito de la vivienda.
¿Qué son las Hipotecas Divisibles y cómo cambiarán el mercado?
Las hipotecas divisibles son una herramienta financiera que permite dividir una propiedad en varias unidades hipotecarias. En términos prácticos, esto significa que un inversor o comprador puede adquirir una porción de un proyecto inmobiliario en desarrollo, sin necesidad de esperar a que toda la obra esté finalizada o de comprometer una cantidad total de dinero en una sola hipoteca. De este modo, cada unidad hipotecaria puede transferirse, venderse o utilizarse como garantía de forma independiente, lo cual abre nuevas posibilidades para la inversión en propiedades y permite a los compradores flexibilidad en sus compromisos financieros.
Este nuevo modelo, alineado con la política de reducción de subsidios, está diseñado para dinamizar el mercado, atraer capital privado y fomentar una mayor participación de bancos en el financiamiento de viviendas. Según economistas, este esquema podría convertirse en un motor de crecimiento para la construcción y ayudar a descongestionar la oferta limitada de propiedades.
Impacto en el sector de la construcción y en la inversión privada
La eliminación del ProCreAr y la introducción de las hipotecas divisibles generan un contexto más atractivo para la inversión privada en la construcción, al tiempo que alivian la carga fiscal del Estado. Las empresas del sector ahora podrán acceder a financiamiento sin depender de los fondos públicos, mientras que los bancos tendrán un papel central en la expansión del mercado inmobiliario.
La medida también busca abrir puertas para aquellos que deseen invertir en proyectos inmobiliarios, no solo como propietarios sino como inversores en proyectos con potencial de revalorización. La fragmentación de los créditos mediante las hipotecas divisibles ofrece una estructura de menor riesgo y mayor liquidez, facilitando la entrada de pequeños y medianos inversores que antes quedaban fuera de este mercado.
Un nuevo panorama para quienes buscan una primera vivienda
Aunque el acceso a la vivienda es un desafío constante en Argentina, las hipotecas divisibles representan una alternativa atractiva. Aunque menos accesible que el sistema de subsidios, el nuevo modelo ofrece una flexibilidad que podría resultar beneficiosa para quienes desean comprar su primera propiedad, pero que hasta ahora no calificaban para los créditos convencionales o no contaban con los recursos para asumir una hipoteca tradicional.
Desde el Gobierno se apunta a que este cambio, sumado a la reactivación del mercado, beneficiará a mediano plazo a los compradores de clase media y media alta, quienes podrán acceder a créditos con menos restricciones y a condiciones de financiamiento adaptadas a sus necesidades.
Un mercado en evolución y la expectativa del sector
Si bien el cambio plantea algunos desafíos, especialmente para quienes dependían de los subsidios del Estado para acceder a la vivienda, expertos coinciden en que el nuevo esquema de hipotecas divisibles representa un paso hacia un mercado más dinámico y autosostenible. La reducción de la intervención estatal podría incentivar la competencia entre bancos y entidades financieras, lo que podría traducirse en mejores condiciones de financiamiento a medida que aumente la oferta de créditos hipotecarios.
Este nuevo marco financiero también será clave para que el mercado inmobiliario evolucione y adopte esquemas más eficientes de financiación, lo cual, a largo plazo, beneficiará tanto a compradores como a inversores. Con la expectativa de que esta política impulse la construcción y permita mayor movilidad en el sector, muchos desarrolladores ya están explorando cómo integrar este modelo en sus futuros proyectos.
Conclusión
El fin del ProCreAr y la introducción de las hipotecas divisibles marcan el comienzo de una nueva era en el mercado inmobiliario argentino, que ahora está orientado a la inversión privada y al dinamismo del crédito. Con menos intervención estatal y un enfoque en la eficiencia y la autosostenibilidad, esta política podría transformar la forma en que los argentinos acceden a la vivienda y ofrecen nuevas oportunidades para inversores en el sector de la construcción.