Redacción Perico Noticias // El panorama que enfrenta el gobierno de Jujuy tras el adelantamiento de elecciones es cada vez más sombrío. La economía nacional está atrapada en una crisis de reservas, con el campo sin liquidar y la presión sobre las provincias en aumento. El gobierno de Javier Milei, con su política de hiperajuste, ha dejado en claro que no habrá salvatajes ni transferencias generosas a los distritos. La consecuencia inmediata es que las provincias deben ajustar por su cuenta, y en un esquema de gobernanza como el de Jujuy, donde históricamente el ajuste se ha trasladado a los ciudadanos, las tarifas y los impuestos locales serán los primeros en dispararse.
Gerardo Morales, el caudillo que dirigió la provincia con mano firme durante años, se encuentra ahora señalado como el verdadero responsable de la situación. Al adelantar las elecciones, pensó en ganar tiempo para su espacio político, pero lo que hizo fue exponerse prematuramente a un escenario donde la crisis se profundiza. Carlos Sadir, su sucesor, quedó atrapado en una encrucijada: sin recursos adicionales y con la economía provincial dependiente de factores externos, su margen de maniobra es cada vez más reducido. En esta línea, Raúl «Chuli» Jorge, con su rol en la estrategia electoral, también verá su influencia política amenazada si el descontento crece.
La caída de la economía regional y la falta de derrame
Uno de los argumentos que solían sostener la estabilidad en Jujuy era el «derrame» económico de las economías regionales. Con la eliminación de retenciones a productos agrícolas, se esperaba que esta medida impactara positivamente en el sector productivo local. Sin embargo, la realidad demuestra que el efecto no ha sido inmediato ni significativo. El campo en la zona núcleo no está liquidando sus exportaciones, y eso repercute en todo el país.
Jujuy, que depende del tabaco, la caña de azúcar y la minería como motores económicos, sufre una contracción que aún no se ha compensado con políticas provinciales efectivas. A eso se suma el encarecimiento del crédito, la inflación sostenida y el freno en la inversión pública, elementos que agravan aún más la situación. Si el gobierno provincial sigue su receta habitual de aumentar tributos y tarifas, la asfixia económica será total para los ciudadanos, incentivando aún más el malestar social.
El desgaste político y la búsqueda de un cambio
En este contexto, el oficialismo jujeño enfrenta un desgaste inevitable. La ciudadanía, golpeada por la crisis, buscará respuestas y, ante la falta de soluciones concretas, aumentará su inclinación hacia la oposición o hacia fuerzas políticas emergentes que prometan un modelo alternativo. Esto es un golpe directo al esquema de poder construido por Morales, que durante años dominó la política provincial con una estructura verticalista y basada en su capacidad de gestión.
Si bien Carlos Sadir no es el principal responsable del contexto que enfrenta, su figura quedará inevitablemente asociada al ajuste. Su gobierno será el que deba ejecutar las medidas impopulares y lidiar con las consecuencias de una economía contraída. La pregunta clave es si tendrá la capacidad de distanciarse políticamente de Morales y plantear un modelo diferente, o si quedará atrapado en el discurso de la continuidad.
El mariscal de la derrota
Gerardo Morales, que supo manejar la provincia con habilidad política, podría terminar consolidando su papel como «mariscal de la derrota». Su apuesta al adelantamiento electoral podría resultar en una jugada errónea que acelere el desgaste de su espacio político. Con una ciudadanía cansada de los ajustes y sin señales de mejoras económicas, las posibilidades de que el oficialismo jujeño mantenga su hegemonía se reducen día a día.
La combinación de crisis económica, tarifazos y un escenario político adverso podría terminar dándole a la oposición la oportunidad que no tuvo en años anteriores. Si el gobierno de Sadir no logra cambiar el rumbo rápidamente, la historia lo recordará como el administrador de un final anunciado, mientras Morales, una vez más, carga con el peso de haber llevado a su espacio a una derrota que podría haberse evitado.
La gran pregunta, ¿quienes representan en Jujuy a la oposición?