La batalla cultural tiene límites: la agenda anti-woke de Milei encuentra resistencia en Jujuy
Redacción Perico Noticias // El presidente Javier Milei ha sido un pionero en la región en la adopción de una agenda anti-woke, incluso antes que referentes globales como Donald Trump. Sin embargo, si bien su figura mantiene altos niveles de aprobación en la provincia de Jujuy, la cuestión de la ideología de género aparece como un punto de fractura dentro de su electorado.
Según una encuesta reciente, el 44% de los jujeños rechaza su postura en este tema, considerándolo un retroceso en los derechos adquiridos, mientras que un 34% respalda su posición y un 12% se muestra indeciso. Este dato resulta revelador en una provincia donde Milei ha gozado de un fuerte respaldo en términos de gestión económica y política, pero donde la agenda cultural encuentra una resistencia significativa.
¿Un Milei fuerte en economía, pero débil en cultura?
La provincia de Jujuy ha sido históricamente un territorio conservador en lo económico, pero con una tradición progresista en materia de derechos y diversidad. Este fenómeno responde, en parte, al rol de los movimientos sociales y de género, que han tenido un impacto profundo en la comunidad y han sido actores centrales en la disputa por el espacio público y las políticas de Estado.
Sin embargo, Milei ha logrado construir una base sólida entre los sectores económicamente desencantados con el kirchnerismo y con la vieja política tradicional. Su mensaje de ajuste, dolarización y liberalismo extremo ha encontrado una audiencia receptiva, lo que lo ha posicionado como una de las figuras con mayor aprobación en la provincia.
Pero, a diferencia de otros puntos de su programa, la agenda de género no encuentra el mismo nivel de consenso. Esto abre la pregunta: ¿es el aspecto cultural el talón de Aquiles de su proyecto?
Género, derechos y un electorado en disputa
El 44% de rechazo a las políticas de Milei en materia de género sugiere que una porción importante de la ciudadanía jujeña percibe riesgos en su cruzada cultural. Para muchos, esta ofensiva contra lo que el presidente llama «ideología de género» no es más que un ataque a derechos conquistados, desde el matrimonio igualitario hasta la educación sexual integral (ESI).
El 11% que aboga por el diálogo indica que existe un segmento de la sociedad dispuesta a discutir estos temas, sin adoptar una posición extrema. Esto podría representar un punto de inflexión estratégico para la oposición y para los sectores dentro del oficialismo que buscan una postura más moderada.
El impacto en la gobernabilidad y el futuro de la disputa cultural
El presidente Milei ha mostrado su intención de profundizar esta batalla cultural, alineándose con los sectores más radicalizados del conservadurismo global. Sin embargo, los datos en Jujuy sugieren que su postura podría erosionar parte de su apoyo electoral, especialmente entre los votantes que, aunque lo respaldan en lo económico, no están dispuestos a ceder en derechos adquiridos.
🔹 ¿Hasta qué punto el rechazo a la agenda de género puede afectar su imagen en la provincia?
🔹 ¿Existe espacio para una estrategia más moderada o Milei seguirá tensionando la cuerda en este tema?
🔹 ¿Podrá la oposición articular un discurso que capture el descontento sin perder fuerza en otros ejes de debate?
El desafío del presidente es claro: sostener su hegemonía sin que la radicalización cultural termine por debilitar su base electoral. Lo que suceda en Jujuy podría ser un termómetro de su futuro político a nivel nacional.
El debate está abierto. ¿Hasta dónde puede avanzar la guerra cultural sin costos electorales?
Dejá tu opinión en nuestras redes y sumate a la conversación.