Impunidad garantizada: el verdadero motor del ajuste

Por Perico Noticias– Argentina está atrapada en un bucle perverso donde la impunidad no solo es un escudo para delincuentes de traje, sino la condición necesaria para ejecutar el saqueo. No hay ajuste sin blindaje judicial, no hay motosierra sin pactos de silencio, no hay pobreza masiva sin traidores institucionales que garanticen que nadie pague por nada.

Mientras Brasil avanza en el juicio histórico contra Bolsonaro por el intento de golpe, y lo arrincona con pruebas y condenas, en Argentina Bullrich, Caputo, Sturzenegger y los hermanos Milei operan impunes con el descaro de quien ya probó la inmunidad del sistema. ¿Por qué los argentinos debemos soportar que los arquitectos del sufrimiento sigan dictando cátedra de moral mientras el pueblo pide créditos para pagar aguinaldos? ¿Hasta cuándo esta democracia débil va a garantizar la libertad de los verdugos y la cárcel invisible para sus víctimas?

La situación es tan grotesca como dolorosa: comerciantes fundidos, locales cerrados, familias que compran comida día a día porque ya no pueden stockear ni planificar, mientras el gobierno celebra una inflación que baja como baja un enfermo: por inanición. Se festeja el hambre como eficiencia y se reprime el dolor con memes, frases de campeonato y un blindaje mediático de cinismo insoportable.

¿Dónde están las causas? ¿Dónde están los jueces que dejaron pasar las irregularidades de la deuda, del FMI, de las cuentas offshore, de las leyes hechas a medida de los especuladores? Cada vez que la política renunció a la justicia, ganó el mercado. Y no cualquier mercado: el del dólar, el de la bicicleta financiera, el de los CEDEARs, el de los bonos que suben y bajan mientras la vida se achica.

Hoy la CGT denuncia censura, le cierran canales, le hackean redes. Se prepara una movilización que será silenciada por las mismas voces que aplauden cuando se veta una ley de emergencia para discapacitados pero se convalida la bicicleta de Caputo con tasas de interés que endeudan al Estado más que las jubilaciones. Esa es la moral del ajuste: deuda para bancos, hambre para los abuelos.

Y mientras el dólar supera los $1350, el gobierno gasta millones en sostener su farsa. ¿Con qué dólares? Con los que no están para el Garrahan, ni para los comedores escolares, pero sí para comprar futuro financiero y tapar el desastre del presente. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que esta administración de CEO’s sin patria nos arrastre hacia un modelo sin industria, sin Estado, sin educación, sin nada?

Hay que decirlo con todas las letras: este no es un plan de gobierno, es un plan de saqueo. Y quienes lo ejecutan, si no son juzgados ahora, volverán a hacerlo. Ya lo vimos con Macri, ya lo padecimos con Bullrich, ya lo soportamos con Sturzenegger y Caputo. Si no hay justicia, volverán peores, más impunes, más voraces.

Es tiempo de cortar el pacto de impunidad con el voto, pero también con la denuncia, con la calle, con la construcción de un nuevo contrato moral entre quienes queremos vivir en un país con futuro y quienes solo vienen a vaciarlo.

Porque como bien se dijo: no se puede construir un país distinto con los mismos impunes de siempre. Y porque esta impunidad no es abstracta: se come nuestros sueldos, cierra nuestros comercios, expulsa a nuestros hijos.

Argentina necesita un juicio social, político y económico contra los responsables del colapso. Y ese juicio debe empezar hoy, sin miedo, con memoria, con coraje y con el pueblo como tribunal soberano.