Ingresos Brutos: “No veo otro camino que desandar lo transitado en los últimos años”

El economista Nadin Argañaraz es uno de los responsables del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) que desde la ciudad de Córdoba trabaja en temas de economía. Habitual columnista en diarios de tirada nacional, profesor de diversas universidades de Córdoba y consultor del CFI y de organismos de ONU, participó en Santa Fe de la conferencia sobre perspectivas y desafíos para la Argentina que viene que organizaron el Centro Comercial de Santa Fe y la Cámara Argentina de Comercio y Servicios.

En la semana previa a la convocatoria del presidente Mauricio Macri a los gobernadores para analizar la reforma tributaria, el economista cordobés habló con El Litoral sobre éste y otros temas.

—¿Qué debería contemplar una reforma fiscal?

—Para mí, una reforma fiscal tiene que incluir cuatro cosas. Una ley de responsabilidad fiscal para Nación y provincias que permita que el gasto aumente pero no más allá de lo que crezca la inflación. No es hablar de ajuste del gasto público, sino que el gasto no crezca más que la inflación, que se mantenga en términos reales, que los salarios y jubilaciones se mantengan en términos reales como también todo otro gasto tanto nacional como provincial. De esa manera, creciendo la economía aunque sea levemente, el peso del gasto en la economía se va a ir reduciendo. Esto es esencial para poder bajar el déficit y bajar los impuestos.

El segundo eje es una reforma tributaria nacional que dentro de este marco de baja fiscal que permita la merma del gasto tiene que focalizarse en los impuestos más distorsivos, concretamente el Impuesto al Cheque, arrancar con eso. Por supuesto, hay muchas otras cosas para hacer: qué exenciones se dejan; qué exenciones no; si se grava la renta financiera que no está gravada a personas físicas. Todas las discusiones que tengan que darse en esa reforma tributaria nacional pero arrancando con una baja del Impuesto al Cheque que es el impuesto más distorsivo que tiene la economía argentina.

Tercer lugar, definir una distribución de recursos entre nación y provincias básicamente automática, previsible, simple. Éste es un desafío muy grande, por algo tras la reforma de la Constitución de 1994 que daba un plazo para votar la nueva ley de coparticipación no se pudo cumplir.

Por último, una reforma tributaria provincial que tiene que estar engarzada con los otros tres ejes y obviamente iniciarse con una eliminación de distorsión de Ingresos Brutos y -de alguna manera- ir encontrando el camino para que los impuestos inmobiliarios y automotores provinciales vuelvan a recuperar participación. No sé si con el peso que tenían en 2001, pero tender a la recuperación.

Son los cuatros ejes que deben discutirse simultáneamente y de manera integral. Creo que estamos ante esa oportunidad, de sentarse las partes a discutir todo. De esa manera, va a surgir el camino fiscal que debe ser previsible, claro para todos y sobre esa base la economía se puede acomodar y empezar a transitar hacia un proceso de crecimiento económico.

—Uno de los puntos más difíciles parece ser Ingresos Brutos porque las provincias son muy dependientes de ese gravamen.

—El 75% de la financiación propia de las provincias hoy es Ingresos Brutos. Hay un montón de restricciones, por eso creo que es clave una discusión integral, simultánea de modo tal que cada parte resigne algo y que dentro de esas resignaciones se encuentre un camino posible y gradual. Es gradual porque no se puede bajar el gasto público en un año cuatro o cinco puntos como quizás haría falta para que la baja de impuestos sea significativa y eliminar rápido el déficit. Éste va a ser el primer año donde el peso del gasto público nacional caerá un punto del PBI. Es un punto sobre 26 puntos que tenemos de gasto nacional, pero claramente es una señal . No es algo significativo, pero hay que empezar, hay que darle continuidad. No veo otro camino que desandar el transitado en los últimos años.

—Queda también el financiamiento a municipios y comunas que aplican tasas por variados conceptos.

—Todo. En la mesa, deben estar sentados también los intendentes. Tiene que ser mesa con nación, provincias, municipios, dirigencia sindical, empresarial, civil. Hay que apuntar a un acuerdo que permita dejar de tironear por la sábana que es corta y empezar a encaminar una solución de fondo. Creo que hoy tenemos esa oportunidad de definir una salida de fondo, que todos sepan, acepten, respeten. De lo contrario si se pone un parche hoy, mañana ese parche se rompe y hay que poner otro, repetimos lo que viene pasando.

—Mientras tanto se debe aprovechar el financiamiento externo que por ahora es barato.

—No es que se puede aprovechar, es lo único que tenemos.

—Esperemos que no haya viento en contra como ocurrió en distintas etapas de la Argentina.

—No se ve eso, pero claramente no se puede pensar que esto es un esquema sostenible en diez años porque vamos a llegar con un nivel de deuda inaceptable. Esta cuestión debe ser manejada con un muy buen timming, porque se corre el riesgo de que en algunos años tengamos el mismo nivel de déficit fiscal que antes pero que esté concentrado en intereses de deuda. El endeudamiento no es un camino de largo plazo. Por eso sostengo que es vital que el gobierno cumpla con las metas y que intente sobrecumplirlas. Si las va sobrecumpliendo la economía tiene chances de arrancar con mayor intensidad.

—Entonces, las provincias tienen mucho que decir.

—Hoy, hay que rescatar el diálogo, hoy hay diálogo. Cada uno expone su posición. No se toman disposiciones unilaterales. Hay que aprovechar el diálogo que es la condición necesaria para poder pensar en opciones donde todos pongan algo, esa es la clave.

Excelente

Argañaraz ponderó durante su exposición en el salón Los Maderos la decisión anunciada por el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, de eliminar Ingresos Brutos de extraña jurisdicción a las industrias que comercializan en esa provincia. “Es una señal muy fuerte, una medida excelente que compromete a las restantes provincias”, afirmó el economista.