Jujuy: cuando el Estado es el principal patrón… y el principal problema

Jujuy: cuando el Estado es el principal patrón… y el principal problema

Jujuy explica apenas alrededor del 0,9% del PBI nacional. Es una economía chica, primarizada y fuertemente dependiente del empleo público y de transferencias nacionales.

Pero el dato que desnuda el corazón del problema es éste:

  • El 59% de los trabajadores registrados de la provincia depende del Estado (administración pública, educación, salud, empresas estatales).
  • El sector privado formal representa sólo el 41% restante.
  • Sobre ese esquema se monta, además, una informalidad laboral del 60,4%, una de las más altas del país.

Es decir: en Jujuy hay más sueldos pagados por el Estado que por las empresas y, al mismo tiempo, seis de cada diez jujeños trabajan en negro. El “elefante” estatal sostiene a la mitad del empleo formal, pero sobre una base productiva angosta y frágil.

Salarios bajos, pobreza alta, consumo en caída

Con esta estructura, el derrumbe del poder adquisitivo se siente más fuerte. A nivel país, el salario privado registrado perdió una porción importante de su capacidad de compra desde 2017; casi todas las provincias vieron caer el salario real, y Jujuy no fue la excepción.

El resultado está a la vista:

  • En el aglomerado Jujuy–Palpalá la pobreza por ingresos alcanza al 43,6% de la población, por encima del promedio nacional (41,7%).

Con salarios que no alcanzan, precios que corren por delante y tarifas actualizadas a la velocidad de la inflación, el consumo interno se desploma. La respuesta de miles de familias es conocida: tarjeta al tope, adelantos de sueldo, créditos usurarios. El endeudamiento familiar es hoy una política social de hecho.

Presión fiscal al límite: Ingresos Brutos, tasas y rentas

Frente a la falta de inversión y de actividad privada, Jujuy eligió durante años el atajo de subir impuestos. Un trabajo sobre presión tributaria provincial muestra que la provincia duplicó su presión tributaria propia entre 1998 y 2018 (aumento cercano al 100%), ubicándose entre las jurisdicciones donde más crecieron los tributos locales, sobre todo Ingresos Brutos.

Eso se traduce en:

  • Ingresos Brutos altos sobre comercio y servicios, que castigan al pequeño empresario local tanto como a las pymes industriales.
  • Tasas municipales y contribuciones de Rentas utilizadas como caja de compensación: más inspecciones, más sellos, más trámites pagos.

La ecuación es perversa:

  • Un Estado gigante que paga muchos sueldos relativamente bajos.
  • Un sector privado chico, golpeado por impuestos distorsivos.
  • Familias que sostienen todo eso con su consumo cada vez más flaco y con deuda.

Estado empresario: opaco, caro y con resultados dudosos

A este cuadro se suma el experimento de las empresas estatales provinciales. En teoría, debían ser el brazo moderno de un Jujuy productivo: energía, litio, cannabis medicinal, tren turístico, etc. En la práctica, la foto es otra.

  Santiago del Estero: Sadir participó de nueva cumbre de gobernadores del Norte Grande

Distintos relevamientos sobre la estructura empresarial pública muestran que la provincia inyectó más de 200 millones de dólares equivalentes en capitalizaciones y aportes a sociedades estatales —como JEMSE y otras vinculadas a proyectos energéticos y turísticos—, con resultados económicos escasos y balances de difícil acceso para la ciudadanía.

En el caso de los grandes proyectos como Cauchari, buena parte del riesgo quedó sobre las espaldas del Tesoro provincial, a través de garantías y endeudamiento en dólares. Según análisis periodísticos, una porción significativa de la deuda provincial se explica justamente por estos emprendimientos, que todavía no devuelven a la sociedad lo que costaron.

El mensaje implícito es brutal: cuando el negocio sale mal, paga el contribuyente jujeño.

Deuda y vulnerabilidad

El combo de salarios bajos, alta informalidad, más presión tributaria y empresas públicas deficitarias desemboca en lo obvio: más deuda.

Sin necesidad de forzar números finos que la propia provincia se ocupa de esconder o de publicar con retraso, el cuadro general es claro:

  • Crece el peso del servicio de la deuda en el presupuesto.
  • Una parte importante está nominada en dólares y atada a proyectos específicos, lo que aumenta la vulnerabilidad financiera ante cualquier shock externo o devaluación.(www.jujuyalmomento.com)

En criollo: cuando la Reserva Federal estornuda, cuando el precio del litio se mueve o cuando la Nación demora giros, Jujuy se queda sin aire.

Tres derrotas seguidas: las urnas como auditoría

En este contexto, las tres derrotas consecutivas del oficialismo jujeño en elecciones nacionales y provinciales no son un accidente de campaña ni un problema de marketing. Son la auditoría política de la sociedad a un modelo que agotó su crédito.

El votante jujeño no está leyendo papers económicos; está leyendo su recibo de sueldo, su resumen de tarjeta y los precios del súper. Ve:

  • Que el Estado provincial crece en cargos pero no en calidad de servicios.
  • Que su salario vale menos cada mes.
  • Que para abrir o sostener un negocio hay que pasar antes por la ventanilla de Rentas que por el banco.
  • Que los grandes “proyectos estratégicos” se anuncian con pompa, pero no se traducen en mejores empleos ni en tarifas más bajas.

En ese contexto, las urnas funcionan como un grito de hartazgo: contra la casta local, contra el endeudamiento opaco, contra la presión fiscal sin contrapartida y contra una economía diseñada para que unos pocos decidan y la mayoría ajuste.

  De Jujuy a los sets de TV: la revolución silenciosa de Luz Tito, la jujeña que se hizo actriz a puro coraje

Veredicto: un modelo que se quedó sin relato y sin caja

El diagnóstico es duro, pero necesario:

Jujuy es hoy una provincia donde el Estado es demasiado grande para ser eficiente, demasiado caro para ser sostenible y demasiado opaco para ser confiable.

Mientras no se discuta en serio:

  • cómo achicar y profesionalizar el empleo público,
  • cómo bajar impuestos distorsivos y simplificar tasas,
  • cómo transparentar y evaluar las empresas estatales,
  • cómo orientar la deuda hacia proyectos que generen dólares y empleo privado,

las derrotas electorales del oficialismo seguirán acumulándose. No porque los votantes sean “ingratos”, sino porque nadie quiere seguir financiando un modelo que solo ofrece más impuestos, más deuda y menos futuro.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *