Redacción Perico Noticias // En un contexto político y social marcado por tensiones, promesas incumplidas y un agotamiento evidente del modelo actual, la provincia de Jujuy enfrenta una coyuntura crítica que definirá su rumbo hacia 2025. Con un Frente Cambia Jujuy debilitado, un peronismo (PJ) que no logra rearticularse y una izquierda que ve una oportunidad histórica, las próximas elecciones prometen ser un punto de inflexión en la política jujeña. Hoy los sondeos ponen a LLA avanza al tope de las definiciones, sin embargo la escena territorial en el corto plazo no es alentadora, ya que el electorado muestra signos de apatía inusitada, por lo cual sus ansias de derrumbar la casta, muy marcada en los sondeos, podría inclinar la balanza hacia espacios que hoy no estan siendo considerados.
¿Se teñirá Jujuy de violeta?
La izquierda jujeña, que hasta ahora ha tenido una gravitación limitada, pero definida, podría estar frente a su oportunidad histórica. La inconsistencia territorial de La Libertad Avanza (LLA), cuyo arraigo depende más de la ola nacional generada por Javier Milei que de un trabajo de base local, deja espacio para que actores con propuestas claras y cercanas a las demandas sociales ganen terreno.
Sin embargo, el desafío para la izquierda no es menor. ¿Podrán articular una estrategia sólida que no solo capte el descontento popular, sino que también construya una estructura que los respalde más allá de la coyuntura electoral?
El peronismo: un gigante desarticulado
El Partido Justicialista en Jujuy, antaño una fuerza imbatible en la provincia, parece haber perdido no solo su capacidad de movilización, sino también su identidad política. La ausencia de internas que oxigenen su liderazgo, sumada a una desconexión con las bases populares, lo posiciona en una situación de irrelevancia electoral.
Frente a esta realidad, cabe preguntarse: ¿Es posible una reconstrucción del peronismo en Jujuy? ¿O estamos presenciando el ocaso definitivo de su influencia en la provincia?
El oficialismo y su falsa bifurcación
El Frente Cambia Jujuy, liderado por el exgobernador Gerardo Morales y su hermano Fredy, sigue siendo el epicentro del poder político y administrativo. Carlos Sadir, aunque reconocido por su habilidad para gestionar la relación con Nación y lograr un superávit financiero, enfrenta cuestionamientos debido a los tarifazos y la retracción salarial que han castigado a la población.
Mientras tanto, la incertidumbre sobre el adelantamiento de las elecciones evidencia las tensiones internas del oficialismo. Los sondeos que predicen una derrota contundente generan dudas sobre la viabilidad de mantener el control legislativo y, por ende, el futuro político del espacio.
El rol de los intendentes y legisladores
Los intendentes y diputados provinciales tampoco han escapado al escrutinio público. La falta de una ley de coparticipación provincial, que limita la autonomía de los municipios y condiciona sus gestiones, es vista como un acto inmoral que priva a los ciudadanos del retorno de sus impuestos.
¿Cómo es posible que los representantes municipales y legislativos, encargados de defender los intereses de sus comunidades, permanezcan en silencio ante esta realidad? ¿Qué implica este sesgo institucional para el desarrollo de Jujuy?
Un modelo agotado
El ahogo económico y social al que se somete a la población contrasta con el superávit que exhibe la administración provincial. La desigualdad entre las arcas públicas y las condiciones de vida de los jujeños alimenta un descontento palpable, que ha comenzado a canalizarse en la demanda de un cambio estructural.
Las promesas incumplidas, la falta de inversión en infraestructura básica y el control estatal sobre la economía a través de prebendas y redes de empresarios afines refuerzan la percepción de un modelo desgastado.
Perspectivas hacia 2025: ¿Renacer o colapso?
El camino hacia las elecciones de 2025 está plagado de incertidumbres, la ola violeta podría retraerse o seguir ganando las arenas de los espacios politicos tradicionales, aniquiládolos tempranamente para un desembarco triunfal el 2027.
Si el oficialismo logra adelantar los comicios, ¿podrá mitigar la derrota que los sondeos auguran? ¿Será la izquierda capaz de consolidarse como una alternativa real, aprovechando el territorio para igualar la marea centralista libertaria? ¿O las inconsistencias de la oposición, incluida la izquierda, permitirán a Cambia Jujuy sostenerse en el poder a pesar de su desgaste?
Lo único seguro es que Jujuy se encuentra en un momento bisagra. Los reclamos salariales, las demandas de mayor equidad y la urgencia vecinal de respuestas concretas podrían ser el catalizador de un cambio político sin precedentes. La pregunta que queda es si las fuerzas emergentes estarán a la altura del desafío o si el vacío de liderazgo llevará a la provincia a una crisis aún más profunda.
El 2025 está a la vuelta de la esquina, y con él, la oportunidad de que Jujuy redefina su destino.