«Jujuy en la Encrucijada: ¿Principio del Fin para la Era Morales?»

«Jujuy en la Encrucijada: ¿Principio del Fin para la Era Morales?»

Redacción Perico Noticias // La política jujeña se encuentra en una etapa crítica, atrapada en un modelo de gobernabilidad que, tras casi una década de dominio radical, parece haber agotado su margen de maniobra. Lo que comenzó como una coalición poderosa de la UCR, el PRO y el Frente Renovador, hoy se sostiene gracias a alianzas impensadas y parches estratégicos. La continuidad de Gerardo Morales, hoy encarnada en la figura de Carlos Sadir, enfrenta su mayor desafío: evitar que el desgaste político, económico y social transforme el próximo año electoral en el ocaso definitivo del oficialismo.


Partidos Fugaces y una Gobernabilidad en Riesgo

El declive del PRO y el Frente Renovador en Jujuy no es casual. Estos partidos, que le permitieron a Morales construir una coalición lo suficientemente fuerte como para sostener su hegemonía durante dos períodos, se desmoronaron al ritmo de los cambios nacionales y de las tensiones internas. Sin embargo, lo más alarmante para la UCR no es solo la pérdida de aliados, sino la dependencia que se generó con un PJ transformado en una especie de «muleta encubierta».

Esta alianza tácita fue clave para aprobar la controvertida reforma constitucional y mantener la estabilidad en los momentos más críticos. Sin el apoyo peronista, la gobernabilidad habría sido prácticamente imposible, dejando al descubierto la fragilidad del modelo político jujeño.


La Asfixia Económica: Un Estado Gigante e Ineficiente

El gobierno de Sadir asumió en un contexto económico radicalmente diferente al que disfrutó Morales en su apogeo. El corte de fondos discrecionales desde Nación dejó a Jujuy sin el oxígeno necesario para sostener sus tradicionales «cajas políticas», llevando al oficialismo a depender de una dramática presión fiscal sobre los ciudadanos.

El modelo actual, que emplea más personas en el sector público que en toda la actividad privada formal e informal combinada, es insostenible. La reciente crisis de agua potable en San Salvador de Jujuy, que dejó al descubierto la ineficiencia y falta de planificación de las empresas estatales, es un ejemplo palpable de un sistema colapsado. Los ciudadanos, ya agobiados por impuestos y tasas, comienzan a cuestionar seriamente la capacidad del gobierno para gestionar incluso los servicios básicos.

La opción de privatizar sectores clave, como el agua o la energía, se perfila en el horizonte, aunque es improbable que este gobierno lo aborde. Sin embargo, las elecciones legislativas de 2025 pondrán sobre la mesa una agenda inevitable: replantear el rol del Estado en la economía y buscar un giro hacia el desarrollo del sector privado.


Un Año Electoral Decisivo: ¿Alternativas Reales o Más de lo Mismo?

El 2025 será el año de la verdad para Sadir y, por extensión, para Morales. La posibilidad de un adelantamiento electoral refleja no solo un intento de preservar el poder, sino también un reconocimiento implícito de la debilidad del oficialismo. La jugada sería políticamente riesgosa, ya que implicaría destinar recursos para sostener el poder mientras los salarios siguen licuados y las promesas de desarrollo privado permanecen incumplidas.

La oposición, por su parte, no ofrece garantías. La izquierda, aunque capaz de capitalizar el descontento social, no tiene un proyecto económico que contemple el achicamiento del Estado. La Libertad Avanza (LLA), pese al aura de Milei a nivel nacional, carece de dirigentes formados y cuadros probados en la provincia. Y el peronismo, fragmentado y sin una narrativa clara, enfrenta la difícil tarea de reinventarse bajo la sombra de una Cristina Fernández eclipsada por Axel Kicillof.


¿Un Nuevo Horizonte para Jujuy?

La gran incógnita es si surgirá una fuerza emergente capaz de interpretar las demandas de los jujeños. Con el descontento generalizado y la velocidad con la que hoy se instalan nuevas narrativas políticas, no es descabellado imaginar que una opción fresca y disruptiva pueda convertirse en protagonista.

Mientras tanto, el oficialismo se prepara para resistir. La reciente movilización de funcionarios, intendentes y gabinetes muestra que la UCR no subestima el desafío que se avecina. Sin embargo, el verdadero reto no es solo evitar una debacle electoral, sino demostrar que aún puede ofrecer respuestas a una ciudadanía agotada por el ajuste fiscal y la ineficiencia estatal.


¿Principio del Fin?

El próximo año será un punto de inflexión para Jujuy. Las elecciones de 2025 no solo evaluarán la gestión de Sadir, sino que podrían marcar el principio del fin de la era Morales. La provincia se encuentra en una encrucijada: continuar con un modelo agotado o abrirse a una transformación radical. Los jujeños, cansados de pagar el precio de un Estado que asfixia más de lo que alivia, tendrán la última palabra.

La pregunta es si los actores políticos estarán a la altura de este momento histórico o si, una vez más, las oportunidades se perderán en el laberinto de la mediocridad y los intereses de corto plazo. Jujuy está rota, pero aún puede reconstruirse. ¿Habrá sectores capaces de liderar esa tarea titánica?

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