Jujuy: La Esperanza del Sector Privado tras el Fracaso Estatal

Jujuy: La Esperanza del Sector Privado tras el Fracaso Estatal

La provincia de Jujuy, con su tradición agroindustrial y minera, apostó por un cambio en su matriz productiva, impulsado por el Estado y enfocado en las energías renovables y la minería de litio. Esta estrategia, sin embargo, no solo falló en generar el desarrollo prometido, sino que dejó a la provincia sumida en una deuda que sigue ahogando a sus habitantes.

El litio, presentado como el salvador económico, llegó a su pico. Con un 42,1% de la producción nacional, Jujuy es el segundo mayor productor de carbonato de litio, pero la baja en los precios globales ha frenado proyectos de expansión, dejando claro que el recurso, lejos de ser la panacea, también tiene sus limitaciones. La empresa Arcadium Lithium, principal productora en el país, ya ha ralentizado su crecimiento, afectando directamente a la economía provincial.

En medio de esta crisis, el sector tabacalero, relegado por las políticas estatales, ha demostrado una resiliencia sorprendente. Aunque enfrentó retenciones, tarifas dolarizadas y una aparente falta de apoyo gubernamental, sigue siendo una columna vertebral de la economía jujeña, como también lo es la industria azucarera, pero a diferencia de esta, el caracter distributivo de la renta y al ser una gricultura intensiva, el tabaco es un agente componedor en el fragil tejido social jujeño.

Los productores de tabaco, con su propio esfuerzo y gestión, han logrado mantener el cultivo competitivo a nivel internacional, escapando de la primarización y apostando por la semi-industrialización. El tabaco aún emplea a miles de familias en la provincia, siendo un sector que, aunque invisible en la narrativa oficial, es crucial para la economía social.

La intervención estatal no solo provocó el colapso de la iniciativa privada, sino que consolidó una dependencia casi total en el empleo público. Jujuy cuenta con 82 empleados públicos por cada mil habitantes, superando con creces la media nacional, una señal clara de la falta de sostenibilidad del modelo actual. Mientras tanto, el empleo privado está en crisis, con solo 81 puestos por cada mil habitantes, un número alarmante que refleja la incapacidad del gobierno para fomentar el desarrollo del sector.

Hoy, el panorama es desolador. La provincia enfrenta la deuda en dólares per cápita más alta del país, lo que impone una presión adicional sobre una economía ya debilitada. Los proyectos estatales, en su mayoría, no lograron generar el valor agregado que se esperaba, y el sector privado, desnutrido y relegado, se ve forzado a sostener el peso de un Estado que, lejos de aliviar la situación, la ha complicado.

Pero en medio de este escenario sombrío, la esperanza parece residir en el renacimiento del sector privado. Los productores, que lograron resistir al embate del modelo estatal, ahora se perfilan como actores clave para revitalizar la economía. Ya no se trata de una cuestión de supervivencia; es el momento de que los sectores productivos privados tomen las riendas y den forma a un futuro más próspero para Jujuy.

El desafío no es menor: después de años de errores políticos, la provincia necesita una reconfiguración profunda de su estructura productiva. Es el sector privado, con su capacidad de innovación y adaptación, el que puede ofrecer una salida viable. La agroindustria, encabezada por el tabaco y el azúcar, y el potencial aún latente de la minería, deben ser el eje de una nueva estrategia que no dependa de promesas vacías ni de deudas impagables.

La confianza en los dirigentes políticos ha desaparecido. Las promesas de desarrollo a través del cambio de matriz productiva, que nunca tuvieron en cuenta la verdadera potencialidad del sector privado, han fracasado. Hoy, los ciudadanos miran hacia los empresarios, hacia los productores que se mantuvieron en pie, buscando en ellos una esperanza que el Estado no pudo cumplir.

La cuestión que queda en el aire es si estos sectores privados, después de años de relegación, estarán listos para asumir el reto de reconstruir una provincia que ha sido devastada por los errores de sus gobernantes. Y, sobre todo, si tendrán el respaldo necesario para hacerlo.

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *