Jujuy: la hora de la unidad peronista y el liderazgo de Pascuttini

Jujuy: la hora de la unidad peronista y el liderazgo de Pascuttini

La derrota de Milei en Buenos Aires dejó una señal contundente: cuando el peronismo se une, es invencible. Esa frase, repetida hasta el cansancio por Rubén Rivarola apenas una semana antes, hoy resuena con una fuerza demoledora en Jujuy, donde el peronismo, lejos de limitarse al sello del PJ o a la rigidez de Fuerza Patria, se presenta como un movimiento más amplio, generoso y esperanzador aglutinado en El Frente Primero Jujuy Avanza.

En ese marco, emerge la figura de Pedro Pascuttini, un dirigente que no viene de la rosca, sino del esfuerzo productivo. Pascuttini encarna la novedad política que necesitaban los jujeños: un peronismo que habla de trabajo, familia y paz, pero no desde la tribuna vacía, sino desde la experiencia concreta de sostener miles de empleos en la actividad privada. Su voz es genuina, propia de la quebrada, los valles, la puna y las yungas, y no un eco foráneo dictado desde Buenos Aires.

“Compañeros y compañeras, hoy es un hermoso día porque podemos compartir, estar juntos”, expresó Pascuttini en uno de sus últimos actos, agradeciendo a los dirigentes que confiaron en un proyecto cimentado en ideas, proyectos y planificación, pero sobre todo en la convicción de que “nadie nos puede privar de la alegría de vivir”. Ese mensaje, cargado de humanismo y realismo, ha comenzado a perforar la apatía y el desencanto de muchos jujeños que ya habían dado la política por perdida.

Con templanza y humildad, Pascuttini está recuperando la confianza entre la gente y la dirigencia. Como Kicillof en Buenos Aires, ha sabido dejar de lado los dogmas radicalizados, sin renegar de los peronistas ni de la historia del movimiento, reconociendo a todos como hombres y mujeres de bien. Esa síntesis lo convierte en el candidato legítimo de Jujuy: no por imposición, sino por la fuerza de la esperanza que transmite.

  Kicillof toma el centro y deja a Milei en la cornisa

“Vamos juntos, no aflojamos, debemos vencer. Los mejores días aún no lo hemos pasado”, sentenció Pascuttini, levantando la moral de un pueblo cansado de la improvisación libertaria y del desgaste radical. La política jujeña, que tantas veces fue escenario de frustraciones, tiene hoy la oportunidad de declarar su salida definitiva de la pobreza. Por primera vez en años, las coincidencias están alineadas en un mismo plan, y ese plan se llama unidad peronista con rostro jujeño.

El 26 de octubre no será solo una elección más. Será el momento de elegir entre la continuidad de la decadencia o la construcción de un futuro con empleo, vivienda y paz. Y en ese camino, Pedro Pascuttini se ha convertido en el pivote de la argamasa de la esperanza, el hombre que, con el lenguaje simple del trabajo y la honestidad, puede darle a Jujuy los mejores días de su historia.

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *