Redacción Perico Noticias // La revolución tecnológica está transformando el mundo del trabajo a una velocidad vertiginosa. En Argentina, la llegada de la robotización y la digitalización amenaza con reconfigurar sectores clave, desde la industria hasta la administración pública. Mientras los robots y los algoritmos avanzan, las preguntas sobre el rol del sindicalismo, liderado por la CGT, y las respuestas del gobierno se vuelven cada vez más urgentes. ¿Están preparados para enfrentar el desempleo masivo que podría desencadenarse? ¿Qué medidas se tomarán frente a la inevitable reducción del aparato estatal por la digitalización?
El impacto de la automatización en el empleo
Los datos son contundentes. Un informe reciente destaca que, a nivel global, el 40% de las tareas laborales podría ser automatizado en los próximos 15 años. En Argentina, sectores como el automotriz, la manufactura, la logística y el comercio ya muestran señales de esta transición. Máquinas capaces de realizar tareas repetitivas con mayor eficiencia y menor costo están reemplazando a trabajadores humanos, y esto no solo afecta a empleos operativos. Incluso profesiones de alta calificación están viendo su funcionalidad modificada por la inteligencia artificial.
En el ámbito público, la digitalización de procesos administrativos amenaza con reducir la necesidad de empleados en áreas tradicionales, como atención al ciudadano, contabilidad y recursos humanos. Para un Estado históricamente grande como el argentino, esto plantea una cuestión crucial: ¿cómo reorganizar la fuerza laboral pública sin profundizar las tensiones sociales?
La CGT frente al dilema tecnológico
El sindicalismo argentino, liderado por la CGT, se encuentra en una encrucijada histórica. Durante décadas, la central obrera ha sido un bastión de defensa de los derechos laborales en contextos de crisis económica. Sin embargo, la automatización plantea un desafío inédito: ¿cómo proteger los empleos cuando la competencia ya no es entre trabajadores, sino entre humanos y máquinas?
Hasta ahora, la CGT ha reaccionado con reticencia ante estos cambios, defendiendo modelos tradicionales de empleo. Pero el avance de la automatización exige respuestas más creativas. Algunos analistas sugieren que los sindicatos deberían liderar debates sobre la reducción de la jornada laboral, el fortalecimiento de la capacitación tecnológica y la implementación de impuestos a la automatización para financiar la transición laboral.
El gobierno: entre la digitalización y el empleo
El gobierno argentino enfrenta presiones contradictorias. Por un lado, la digitalización del Estado podría generar ahorros significativos en el gasto público, mejorando la eficiencia en la prestación de servicios. Por otro lado, esta transición amenaza con dejar a miles de empleados públicos sin trabajo, generando un fuerte impacto social y político.
A pesar de la retórica sobre modernización, no se han anunciado políticas claras para gestionar este cambio. Países como España y Francia han explorado modelos de renta básica universal y programas masivos de reconversión laboral. En Argentina, sin embargo, estas discusiones aún son incipientes. La falta de un plan estructurado podría agravar los problemas de desempleo, especialmente en un contexto de alta informalidad y pobreza.
¿Qué se puede hacer?
La ola de automatización no puede detenerse, pero sí puede gestionarse para minimizar su impacto negativo. Algunas recomendaciones incluyen:
- Educación y reconversión laboral: Implementar programas masivos de capacitación en habilidades tecnológicas para preparar a los trabajadores para los empleos del futuro.
- Políticas fiscales progresivas: Crear impuestos a las empresas que implementen automatización sin generar empleos alternativos, utilizando esos fondos para programas sociales y educativos.
- Reducción de la jornada laboral: Explorar esquemas de trabajo más cortos que permitan redistribuir las horas laborales entre más trabajadores.
- Diálogo social: Establecer mesas de trabajo entre la CGT, el gobierno y el sector privado para diseñar políticas que equilibren eficiencia y equidad.
Un futuro incierto, pero inevitable
La robotización y la digitalización están aquí para quedarse, y su impacto en el mercado laboral será profundo. La CGT y el gobierno argentino deben asumir un rol proactivo para evitar que esta transición tecnológica exacerbe las desigualdades y el desempleo. Sin una estrategia clara, el país corre el riesgo de enfrentar una crisis social de gran magnitud, en la que los avances tecnológicos, lejos de liberar, condenen a miles al ostracismo laboral.